Políticos y Cargos Públicos

Galíndez Suárez, Jesús de

El ilustre ensayista colombiano Germán Arciniegas escribe en El Tiempo de Bogotá, 1957, a un año de su desaparición, "Presencia de Galindez". Lo recuerda en una asamblea de "hombres libres", en Nueva York:

"Yo le recuerdo cuando nos hablaba con su manera tan vasca y tan directa, como un estudiante, apremiado por decirlo todo en la forma más franca y desnuda. Pero eran discursos que tenían el brillo encantado de lo que se sueña en una noche de verano, y se disipa al amanecer. Ahora no. Como nos reunimos esta noche en Nueva York, se están reuniendo amigos de Jesús de Galíndez en todos los rincones del mundo libre dondequiera que hay un grupo de gentes que aman la libertad y la decencia. Ellos se juntan para escuchar su voz que nos llega más fresca, más clara, más persuasiva que nunca y nos repite la misma admonición que es ahora el tema grande de nuestro tiempo: Defended la libertad si queréis conservarle al hombre lo único que le coloca cerca del espíritu".

Félix Martínez Suárez, en El Universal de Caracas, 1960, lo recuerda en su cuarto aniversario con una apretada biografía: "Aquel Jesús de Galíndez". La Universidad de Columbia, de la que era profesor, reivindica la personalidad de Galíndez en su órgano Columbia Dally Spectator. El escritor peruano Luis Alberto Sánchez escribe en El Tiempo de Bogotá, 1962. Bajo el título "La lección de Galíndez", esboza su semblanza:

"... No era Galíndez un hombre predestinado aparentemente para la tragedia. De buena firma y mejor humor, gustaba de la vida y el estudio. Su magisterio en la Universidad de Columbia, de Nueva York, era de los más preferidos por sus alumnos... Tenía la tenacidad de su tierra. Era cristiano, luchador, sistemático y belicoso. Estaba apenas dando sus primeros frutos. Destilaba simpatía, vitalidad. No tenía pasta de vencido. No temía a nadie. Eso sin duda le perdió."

Enrique Lafourcade, máximo definidor de la "generación chilena de 1950", afectado por la suerte de Galíndez, lanza su novela El festín del rey Acad. En ella describe imaginativamente su martirio a manos del dictador. Por otra parte, el semanario argentino Voz de Mayo publica un poema dedicado a Galíndez, escrito por Roberto A. Vaccarezza, del que damos aquí una muestra:

"Ha retoñado el Gernikako Arbola
poco después de la masacre horrible,
como si el jugo de toda tu tierra
dijera terco: ¡El roble no se rinde!
Desde aquel día mismo de tu muerte
eres del Santoral de héroes civiles.
Ha retoñado el Arbol de Guernica
y en nuestros corazones siempre vives
ya en las veintiún repúblicas de América
tendrás el homenaje de los libres
y hasta en esa ciudad dominicana
no tendrá estatua el vil que ahora la oprime
pero tú tienes el amor del pueblo
dominicano. ¡Jesús de Galíndez!"