Políticos y Cargos Públicos

Fernán II Pérez de Ayala

Fernán Pérez de Ayala, vasallo del rey de Navarra. La razón de las relaciones que mantiene Fernán Pérez de Ayala con el rey navarro Carlos III reside en su cargo de máxima autoridad del rey de Castilla en Gipuzkoa, y de la obligación inherente a su cargo de mantener la paz en la frontera con Navarra, constantemente cruzada por los señores guipuzcoanos (entiéndase parientes mayores y sus atreguados), especialmente los señores de Lazcano, en sus correrías depredadoras por tierras navarras. Desde 1406 registran los Comptos navarros sumas de dinero abonadas a mensajeros de los reyes navarros encargados de llevar "letras" a D. Fernán Pérez de Ayala. Así, por ejemplo, el 22 de setiembre de 1415 Juan Pasquier, notario de la Corte, se traslada a Vitoria a hablar con "Ferrant Périz de Ayala de parte de los comisarios de Navarra, en razon de las treguas de los de Guipuzcoa et Alava et de los de la casa de Ciordia et de otros solares del reino". Hay que señalar, por otra parte, que la actitud constante de D. Fernán Pérez en estos conflictos fronterizos fue la de pacificador y apaciguador de las tensiones existentes. Las buenas relaciones que mantiene D. Fernán Pérez con su vecino navarro culminan en 1418, cuando el 4 de abril de este año le da Carlos III "considerando los muy grandes et notables servicios que nuestro caro et bien amado Ferrant Periz d'Ayala, merino mayor de Guipuzcoa, nos ha fecho en muchas maneras tanto en el concilio general que ha seido tenido en Constanza sobre la union de la Iglesia de Dios como en otras partes" las rentas de los bailíos de Oteiza, Legardeta y Villatuerta, con todas sus pechas, derechos, costos, tributos, etc. Carlos III le ratifica en 1421 esta donación y en 1423, el 10 de diciembre, en atención a los servicios que había prestado a su hija la reina Blanca, le dona el lugar de Villatuerta, con las pechas, bailio y costería, y todos los derechos, excepto la "subprioridad" y la alta justicia, que se reserva el rey para sí. El mismo día le cambia la pecha de Oteiza por la de Cirauqui, pues aquélla no renta todo lo que debiera, por haber disminuido su población. Sin embargo, por el obligado apoyo que ha de prestar D. Fernán Pérez a su rey y señor, Juan II de Castilla, en la ya citada guerra de 1428/29, habiendo entrado en Navarra y tomado Buradón, el 15 de setiembre de 1429, en Olite, la reina manda confiscar a D. Fernán Pérez todos los bienes que éste posea en Navarra. Así terminan, ciertamente que de un modo expeditivo, las relaciones entre D. Fernán Pérez de Ayala y la casa real navarra.