Compositores

Eslaba, Hilarión (1807-1878) (versión de 1981)

Maestro de capilla y compositor. Nació en Burlada, en la casona llamada Benitorena (Navarra), el 21 de octubre de 1807. Murió en Madrid, el 23 de julio de 1878. Pastor en su infancia, a los ocho años ingresó en el colegio de infantes de la catedral de Pamplona y el rector, Mateo Jiménez, le dio las primeras lecciones musicales; pronto mostró excepcionales dotes componiendo pequeñas piezas y tocando el órgano y el violín con bastante perfección. La guerra civil ocasionó el sitio de la capital navarra en 1823 y obligó a Eslava a suspender sus estudios -entre ellos el de Humanidades- y a abandonar el colegio citado. Levantado el sitio recibió aleccionamientos de Julio Prieto y en la catedral, según disponía el maestro de capilla, tan pronto tocaba el órgano, el violín o el contrabajo, como cantaba partes de contralto o tenor, lo que le ayudó a conocer mucha música. Por entonces compuso distintas obras religiosas haciéndose famoso su Motete a ocho voces, orquesta y órgano, destinado a la novena de la Anunciación. Después de una permanencia de siete meses en Calahorra, donde completó sus estudios musicales con Francisco Secanilla, Eslava se trasladó a El Burgo de Osma; opositó y ganó el magisterio de capilla de la catedral, que desempeñó durante cuatro años; cursó la asignatura de Filosofía e inició la carrera eclesiástica, ordenándose de diácono. En 1834 era maestro de capilla en Sevilla, donde recibió las sagradas órdenes y celebró la primera misa en el convento de la Encarnación. Continuó produciendo música sagrada entre la que se destaca el Miserere, de interpretación anual en la población andaluza y con la colaboración de famosos divos (Gayarre lo cantó varias veces). Se produjeron acontecimientos políticos que privando de sus rentas al Cabildo, redujeron sensiblemente la prebenda de nuestro maestro, quien, para poder subsistir, tuvo que abordar el teatro lírico. Esta fue la causa de que escribiese las óperas Las treguas de Tolemaida, El solitario y Don Pedro el Cruel (textos de Téllez, Lope de Vega y Calderón), representadas en Sevilla, Cádiz, en otras capitales y en los teatros de la Cruz y Circo, de Madrid, entre 1841 y 1844. La producción dramática de Eslava, que se halla en completo olvido y a la que algunos apasionados biógrafos atribuyeron importancia excesiva, proporcionó a su creador algunos ingresos, aplausos y fama, mas también disgustos y sinsabores, pues el Cabildo encontraba mal aquella actividad, y los críticos no estaban de acuerdo al enjuiciar las óperas, pues unos las encontraban llenas de misereres, salmos, etc., y otros colmadas de polos y tiranas. En Madrid, mediante la obtención de la plaza de maestro de la Real Capilla, pudo consagrarse exclusivamente a producir páginas sacras y a la enseñanza, abandonando el género teatral. Algún tiempo desempeñó la cátedra de composición del Conservatorio madrileño y en 1866 se posesionó del cargo de director, realizó importantes mejoras en el Centro de enseñanza, una, fundar la cátedra de órgano, que él mismo regentó gratuitamente hasta que le asignaron consignación. Tenía escrito y publicado su Método completo de Solfeo y la Escuela de Composición, integrada por los tratados de Melodía, Armonía, Contrapunto y Fuga e Instrumentación. El método nombrado ha hecho célebre a su autor; contiene una serie de lecciones portadoras de melodías inspiradas, bonitas, fáciles de retener, por lo que mueven al estudiante a sentir simpatía por el método y por quien lo ha escrito; con él han estudiado el noventa por ciento de los músicos del país. Eslava, que vivió entregado totalmente a la música, realizó otros trabajos de importancia que son: Lira Sacro Hispana (siete volúmenes que reúnen una selección de obras de nuestros más grandes maestros del pasado), Museo Orgánico Español y Breve memoria histórica de los organistas españoles. Fundó y dirigió la revista "Gaceta Musical". Al crearse, en 1873, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Sección de Música, constituida por 12 académicos, ingresó en ella Eslava, así como los navarros Emilio Arrieta y Juan Guelbenzu y el vizcaíno Valentín María de Zubiaurre. A Eslava le aquejó una pulmonía el año 1871 y de resultas de ella su salud se quebrantó; transcurridos siete años expiró en Madrid, en su domicilio de la calle de San Quintín, número 8. Sus restos yacen en el atrio de la iglesia parroquial de Burlada, a unos pasos solamente de la pila en que le administraron el bautismo. Aparece personificado en el film Gayarre (1958), de Domingo Villadomat, en la biografía que se hacia del cantante navarro. También aparece su personaje en Romanza final (Gayarre), de José María Forqué (1985).