Literatos

Epaltza, Aingeru

Pamplona, 1960.

Aingeru Epaltza nació en Pamplona en 1960. Tras realizar estudios de periodismo, trabajó en diversos medios de comunicación (Deia, Euskal Telebista, Navarra Hoy), hasta que empezó como traductor del Gobierno de Navarra. A pesar de ello, ha continuado colaborando en prensa durante estos últimos años (Noticias de Navarra, Argia y Nabarra, entre otros medios).

Dio a conocer sus primeros trabajos entre 1984 y 1989 en la revista literaria Korrok, surgida en torno a la librería Auzolan de Pamplona. En 1990 recibió el premio Rikardo Arregi de periodismo, en la categoría de periodismo de valoración. Aunque ha escrito teatro (Mugetan irri que escribió en 1984 para el grupo Ortzadar), relatos (Garretatik erauzitakoak, 1989; y Lasto sua, 2005), así como ensayo (Bezperaren bezpera, 2007), Epaltza es un novelista nato, y en ese ámbito ha dado sus trabajos más mencionables (seis hasta el momento), sin olvidar novelas dirigidas al público juvenil.

En 1985 obtuvo una beca del Ayuntamiento de Pamplona para escritores nóveles con la novela Sasiak ere begiak baditik, que un año más tarde publicó la editorial Elkar. En su primera novela ya aparecen fijadas las constantes que volverán a aparecer en sus siguientes novelas: por un lado, la reconstrucción de una época histórica y la narración de una historia colectiva de una época concreta por medio de un personaje principal; por otro lado, adoptar lo marginal, lo lindero o periférico como centro de la literatura, y reformular el identidad vasca, desde la perspectiva en alguna medida periférica que le da la identidad navarra; y, en tercer lugar, subrayar esa navarridad por medio de un euskera que, aunque sin abandonar el estándar, tiende hacia el dialecto navarro.

En esa primera novela, el protagonista, Pedro Mari Arrieta, es un baztanés que se dirige a la guerra con los partidarios de Carlos, en la Primera Guerra Carlista. Después de una batalla, escapa con uniforme de liberal e, inesperadamente, termina en el bando liberal. A continuación, las sorpresas y las aventuras se suceden: los carlistas lo encuentran y tratarán de castigarlo; pero, los liberales lo consideran como uno de los suyos. Esta novela de Epaltza reúne las características clásicas de la novela histórica de aventuras: guerras, batallas, huidas, amores imposibles... Pero, además de esto, la novela también es una relectura de las carlistadas, distinta de la interpretación habitual del nacionalismo vasco; de hecho, parece que su principal objetivo es romper el maniqueísmo, y evitar el continuum histórico-ideológico entre las guerras carlistas y el conflicto político actual.

Epaltza, en su primera novela, usó la técnica del manuscrito encontrado, la misma que volvería a emplear veinte años después en la novela Mailuaren odola (Elkar, 2006), primera entrega de la trilogía denominada Erresuma eta fedea, que narra la historia del reino de Navarra, y a la que podríamos encuadrar en los parámetros de Sasiak ere begiak baditik: más que una novela histórica se trata de un libro que propone una reinterpretación de un periodo histórico, a la vez que critica indirectamente ciertas mitificaciones de la historia. La novela narra el ocaso del Reino de Navarra y las posteriores guerras de religión, desde la época anterior a la conquista de 1512 hasta el siglo XVII. El salto entre siglos lo damos acompañados de tres generaciones de la familia Mailu, en la que dos hombres son los protagonistas principales: uno es Joanes Mailu, que nos narra en primera persona, y su abuelo Miguel Mailu. Joanes Mailu es un personaje marginal (doblemente bastardo real, pero ni Borbón, ni Albret, y a la vez sombra de ambos; ni hombre ni niño); esto le ofrece a Epaltza la atalaya necesaria para hacer referencia a los temas que le interesan: el paso de la adolescencia a la edad adulta, las relaciones familiares y dinásticas, tratando constantemente de evitar lecturas maniqueas de la historia. Por otro lado, los juegos de espejos y simetrías son otra de las técnicas narrativas más reseñables de la novela.

El segundo volumen de la trilogía se titula Izan bainintzen Nafarroako Errege (Elkar, 2009) y cuenta el último cuarto del siglo XVI y el fin del Reino de Navarra, tratando de situar su destino en el contexto de la Europa de la época. El Joanes Mailu de la anterior novela continúa siendo el protagonista, junto con un personaje histórico real, el hijo de Juana de Albret, Enrique III. Casi toda la novela discurre en París y muestra cómo Enrique III va adentrándose paulatinamente en los valores franceses, mientras que Joanes Mailu ejerce como contrapeso navarrista y protestante.

Pero entre su primera novela, elaborada entorno a la historia de Navarra y la mencionada trilogía, Epaltza ha publicado otras tres novelas, cada una de las cuales aporta un valioso retrato de una época. Ur uherrak fue la segunda novela publicada por Epaltza, que le deparó el premio Xalbador en 1991 y fue publicada por Pamiela en 1993. La novela está construida sobre dos personajes principales: por un lado, tenemos a Jacinto, un bersolari mayor, al que no le sonríe la suerte en las plazas ni en la vida; por otro lado, tenemos a Billie, cantante de un grupo de rock, hija de un veterano de la guerra de Vietnam, a quien su piel negra y la suspicacia hacia lo diferente de sus vecinos la tiene marginada. Aunque no se menciona ningún nombre, el escenario principal de la novela es un pequeño pueblo de Navarra; la vida de ambos, que discurren separadas, se cruzan y se unen, conforme avanza la historia. La novela se estructura por medio de dicotomías fuertes: la tradición y la modernidad, el pueblo y la ciudad, Billie y Jacinto, el rock y el bersolarismo, lo extraño y lo propio... Pero más allá de estas contraposiciones, la novela da testimonio de la búsqueda de la síntesis entre ambos; esto es, Epaltza en su libro ofrece una salida al colectivo que se halla condenado al silencio: juntarse y unirse, tal como se simboliza en los versos de Jacinto insertos en el rock de Billie. En definitiva, Epaltza en su segunda novela ofrece una lectura multicultural y nueva de la situación sociopolítica vasca.

Su siguiente novela Tigre ehizan (Elkar, 1997) nos retrotrae hasta la época de la Guerra Civil, concretamente al 7 de agosto de 1944, ya que todo cuanto sucede en la novela se concentra en un solo día. Los espacios de los acontecimientos, en cambio, son dos, y también dos, los personajes y los hilos narrativos: un padre y un hijo de una familia huídas de Bizkaia a causa de la guerra. Martín, el padre, se encuentra en Venezuela, cazando un jaguar (aunque le llaman "tigre") que ha atacado a un hombre en la selva; Martintxu, el hijo, por su lado, se encuentra con su familia en Larresoro, y en compañía de sus amigos juegan a "cazar" un tanque alemán (un "tigre", según lo llaman) en la Lapurdi ocupada. Las dos narraciones avanzan en paralelo, con sueños y recuerdos mutuos como elementos de conexión, hasta que el fin de la Segunda Guerra Mundial cambia las cosas. Epaltza habla en su novela de la diáspora: de la diáspora vasca interior (Martintxu es medio vizcaíno y medio labortano) y de la diáspora global fuera del País Vasco (el padre emigrado a Venezuela). En esta ocasión, Epaltza adopta la diáspora, apartada de la centralidad, para mirar a la historia vasca desde una mirada esquinada, haciendo protagonistas a personajes de identidad híbrida.

La siguiente novela de Epaltza, por cuanto que huye de acontecimientos históricos y de temas sociopolíticos, resulta, en apariencia, bastante distinta a sus trabajos anteriores. Rock'n'roll, publicada en 2000, se enmarca en los parámetros de la novela negra: el periodista Edu Saragüeta deberá investigar un asesinato y la desaparición de un cuerpo, y, poco a poco, la investigación irá complicándose. Aunque su nombre no se menciona, Epaltza sitúa su novela en una ciudad que podría ser Pamplona, pero la ciudad de la novela está adaptada a las necesidades de la ficción: casi vacía por ser agosto, lugares decadentes y marginales que son escenario de los acontecimientos. A pesar de valerse de los tópicos del género negro, la novela puede considerarse una parodia del género, además confecciona un retrato generacional a través de Edu Saragüeta y de su cuadrilla, y testimonia la decadencia de una generación que fue joven en los 80, cuando vuelven a juntarse y salen a la luz sus miserias.

Al igual que en sus novelas, el escritor pamplonés ha tenido muy presente la historia del País Vasco y, sobre todo, de Navarra, en sus relatos. Su primer libro de cuentos, de hecho, reúne historias ambientadas cada una en distintas épocas de la historia de Euskal Herria. Los cuentos que conforman Garretatik erauzitakoak (Elkar, 1989) tratan la Edad Media, la Revolución Francesa, el siglo XIX, el período de las dos Guerras Mundiales y la Guerra Civil, la posguerra y la década de los 80. En todos ellos, Epaltza da una perspectiva bastante oscura de la historia vasca, en un euskera que, al igual que en sus novelas, tiende hacia el dialecto navarro. Este primer libro de cuentos tiene concomitancias con su novela Sasiak ere begiak baditik (1986), de hecho, si la narración de la novela ambientada en las carlistadas era el manuscrito de un tal Etxebertz, aquí, el propio Etxebertz es el que rescata los cuentos del libro de un incendio; lo que otorga unidad a la colección.

Después de largos años sin publicar otra recopilación de relatos, en 2005 publicó su, hasta el momento, segundo libro en este género, Lasto sua (Alberdania), que reúne trabajos hechos por encargo y publicados aquí y allí durante años. El autor recupera y coloca en primer lugar de este volumen un relato que se quedó sin publicar en aquella primera recopilación de cuentos por lo crudo del tema (al parecer, criticaba a ETA de manera demasiado dura para la época). El último cuento del libro también aborda el conflicto vasco. Los cuentos intermedios, por su parte, tienen un tono más ligero y dejan paso al humor. Los temas son variados: hay cuentos acerca de funcionarios y la administración; también los hay que reinterpretan figuras literarias (Etxepare o Quijote), o también cuentos sobre la situación política de Navarra.

En su primera incursión en el ensayo, en 2007, Epaltza aborda la política navarra. Bezperaren bezpera (Pamiela) es la crónica de los eventos socio-políticos de Navarra, con el foco sobre el negro destino que ha sufrido lo vasco y el nacionalismo.

Por último, Epaltza también ha practicado la literatura infantil y juvenil, publicando trabajos que han recibido buena acogida. Lur zabaletan (Pamiela, 1994) es su primer trabajo en este ámbito, una novela de aventuras pura, que trata la emigración de los vascos a América, protagonizada por tres jóvenes vascos. Sus viajes y las aventuras que viven cuando llegan a América componen el eje de esta animada novela. Su siguiente obra fue Sorginkerien liburua (Pamiela, 1998), vinculado a la fantasía y a la tradición oral. Kattalin, una niña, va de vacaciones a un caserío, donde encuentra un libro de encantamientos y pasará aventuras inesperadas en un mundo de fantasía. El hermano de Kattalin, Mikeltxo, es el protagonista de la siguiente narración de Epaltza en literatura infantil (Baloika, Pamiela, 2000). El autor ha confesado que en sus historias para niños le gusta de utilizar personajes maniqueos y busca contrastes fuetes; así sucede en Baloika, en que Epaltza enfrenta al equipo de fútbol de Mikeltxo y al equipo de malvados que les vencen haciendo trampas. Urtegijauna (Pamiela, 2002) es su último trabajo infantil hasta el momento, y en él se cuenta otra historia de Mikeltxo: el niño va por dos semanas a un campamento de verano, con su amigo Ibai; las vacaciones que, en principio se le antojan aburridas, acaban llenas de aventuras y misterio. En esta narración juvenil tampoco faltan las alusiones indirectas a la situación socio-política de Navarra.