Monarquía y Nobleza

Enrique III de Navarra y IV de Francia

El rey de Navarra, que dirigía la Unión Calvinista francesa, volvió a acogerse a la fe protestante y reanudó la lucha contra los católicos. Esta guerra, considerada como la quinta guerra de religión francesa, finalizó en mayo de 1576 con la firma del rey francés Enrique III del edicto de Beaulieu, edicto que promulgaba la libertad de culto para los hugonotes. Parte de los católicos se sentían defraudados por la actuación del monarca y se agruparon para formar la Liga Católica. Enrique III de Francia conseguiría ponerse a la cabeza de esta liga y de nuevo católicos y protestantes se enfrentaron en la sexta guerra de religión. El conflicto finalizó el año 1577 con la paz de Bergerac y se promulgó el Edicto de Poitiers, el cual restringía las condiciones del culto protestante que habían sido concedidas por el Edicto de Beaulieu.

Por otra parte, el rey francés no tenía herederos directos. Su sucesor en el trono era su hermano Francisco, duque de Anjou y de Alençon, y a la muerte de éste, en 1584, el aspirante que poseía más derecho al trono de Francia era Enrique III de Navarra. Para preparar su acceso al reino, Enrique dejó como regente de la Baja Navarra y de sus posesiones a su hermana Catalina de Borbón, esposa de Enrique de Lorena, duque de Bar, y Catalina gobernó estos territorios como regente hasta la fecha de 1593. Asimismo Enrique contaba con la ayuda del vizconde de Baigorry, Antonio de Echauz, hombre de cualidades diplomáticas que habían sido útiles al rey, por ejemplo, para solventar conflictos en la Corte o para representarle en embajadas a España.

Con la muerte del duque de Anjou volvieron a estallar los enfrentamientos armados. El sucesor legítimo de la monarquía era un hugonote, lo cual desagradaba a los católicos franceses pero también a otros monarcas europeos. El periodo bélico que comienza en 1585, que da lugar a la octava guerra de religión francesa, es conocido como la "Guerra de los Tres Enriques" ya que en esta contienda se enfrentaron Enrique de Guisa, jefe de la Liga Católica y aliado del rey Felipe II de España, Enrique III de Francia y Enrique III de Navarra. Asimismo intervino en el conflicto el Papa Sixto V, el cual, siguiendo la voluntad de Felipe II, firmó una bula que anulaba los derechos del monarca navarro. El conflicto tuvo su desenlace entre los años 1588 y 1589; en 1588 Enrique III de Francia mandó asesinar a Enrique de Guisa, y en 1589 fallece el monarca francés también fue víctima de asesinato. Antes de morir reconoció a Enrique III de Navarra como su sucesor. Éste se encontraba ahora ante un trono vacío, pero se oponían a que lo ocupase los católicos franceses y las tropas españolas enviadas por Felipe II. El monarca español pretendía que el trono francés fuera ocupado por su hija Isabel Clara Eugenia -descendiente de la casa Valois, dinastía que acababa de extinguirse en el trono de Francia-, y la postura de los católicos franceses se encontraba dividida; parte de ellos estaban dispuestos a aceptar el gobierno de un monarca extranjero mientras que otros prefieren a un sucesor francés.

Por otra parte, en las sus posesiones de Enrique III, los enfrentamientos se produjeron entre el caudillo católico ya de edad avanzada, Carlos de Luxe, señor de Tardets, y Belsunce, hugonote fiel al rey Enrique.