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Emakume Abertzale Batza

La pérdida de la guerra trajo para las emakumes el exilio en Francia, Bélgica, Inglaterra, mientras otras se establecían en Cataluña que estaba en poder de los republicanos. Allí también, en pleno furor antirreligioso de anarquistas, comunistas y socialistas, dieron la nota cristiana, abriendo una capilla y con ella, reanudando el culto en zona "roja". La nueva casa de las emakumes se llamó "Gure-Etxia". La Junta Directiva nombrada en circunstancias tan dramáticas fue la siguiente: presidenta: Concepción de Azaola; vicepresidenta: María Teresa Salcedo; secretaria: Angeles Zuazagoitia; vicesecretaria: Martina Bernal de Azurmendi; tesorera: Garbiñe de Urresti; vicetesorera: María Elosua de Irizar; vocales: Patrocinio Alava de Miremón, María Olondo de Etxebarria, Miren Irujo, y Miren de Guerricagoitia. Junto a ella se constituyeron las comisiones de propaganda, cultura, hogar, culto, caridad y trabajo. Y aún tuvieron ánimos para organizar un curso de euskara sin dejar de impulsar vigorosamente las suscripciones para el gabón, canastillas de umetxus, etc. Las capillas fueron dos porque también instalaron otra en el "Hospital Euzkadi" allí creado. Más tarde instalaron y fundaron "El Hogar" para buscar alojamiento a las mujeres vascas procedentes de refugios de diversos pueblos de Cataluña, asistiéndolas económica y moralmente. Así mismo recogía a religiosas y religiosos vascos que vivían clandestinamente. Los hospedaban en el Hogar y les proporcionaban pasaporte para pasar a Francia. La tarea de asistencia a refugiados y refugiadas vascas fue inmensa y difícil. Aún allí surgieron grupos de gorularis, dantzaris y poxpoliñas con el fin de proporcionar una cierta alegría a tanto niño dispersado. La atención de las mujeres vascas llegó a numerosos hospitales, asilos, colonias infantiles y otros centros. Otra de las actividades fue el proporcionar colocación y trabajo a gran número de refugiadas vascas en Cataluña, incluso poniendo en marcha un taller propio y un Ropero. Las emakumes fueron noticia en Barcelona, sobre todo, con sus intentos de restaurar el culto público que en forma privada ya practicaban en las dos citadas capillas. Para ello contaban con el ministro vasco D. Manuel de Irujo. Con la pérdida de Cataluña las emakumes emprenden una nueva fase del calvario vasco. Falta decir que la Organización de Emakume Abertzale Batza se ramificó por el mundo del exilio estableciéndose en Chile, Uruguay, Argentina y, sobre todo, en Arrecifes, Rosario y Tandil. Ref. Larrañaga, Policarpo: Emakume Abertzale Batza (Editorial Auñamendi).

Texte original​: Bernardo Estornés Lasa