Concepto

El cómic en el País Vasco

Aunque el lenguaje del cómic estaba constituido en lo fundamental desde bastante antes -los estudios más rigurosos del medio identifican como autor fundacional al suizo Rodolphe Töpffer (1799-1846)-, la difusión generalizada de las historias contadas en viñetas data de finales del siglo XIX, cuando los periódicos populares norteamericanos las utilizaron como gancho comercial para vender ejemplares. Arma principal para una competencia feroz entre cabeceras, el cómic se constituyó rápidamente en medio de masas y en una de las formas fundamentales del entretenimiento en el mundo occidental.

A lo largo de la primera mitad del siglo XX, el desarrollo del cómic estuvo muy ligado al de la prensa, que le sirvió de soporte fundamental aun cuando aparecieron otros formatos independientes -revistas, cuadernillos, álbumes-, concebidos para un tipo de lector más específico, el infantil. Fue así hasta que la aparición de otras formas de entretenimiento familiar, en particular la televisión, desplazó a la prensa de su papel eminente a ese respecto.

Dicha simbiosis de origen entre cómic y prensa explica las constricciones que inciden en el cómic vasco desde sus primeras muestras. Los periódicos del País Vasco nunca superaron dimensiones propias de una prensa local, de difusión geográfica restringida, tiradas modestas y siempre -hasta la reciente experiencia de Euskaldunon Egunkaria (1990-2003) y Berria (2003-...)- editada en las lenguas mayoritarias, las que proporcionaban mejores perspectivas comerciales. Su capacidad para producir cómics con una mínima continuidad fue siempre muy limitada.

El humor y la sátira política, en forma de caricaturas y chistes, tuvieron presencia intermitente en la prensa vasca -en diarios y revistas- desde finales del XIX, cuando lo permitieron las circunstancias políticas cambiantes y la tolerancia del poder, pero formatos continuos como la tira diaria de personaje fijo fueron inusuales hasta la llegada de las series sindicadas norteamericanas. En ese modesto panorama, recordamos la obra de autores como Jon Zabalo Ballarin, "Txiki", o Eduardo Lagarde en los años veinte y treinta por su evidente talento de dibujantes, que destaca entre otras de realización gráfica notablemente más pobre, aunque ambos sólo aportaron ilustraciones y chistes aislados.

La guerra civil y su secuela de estrecheces económicas y políticas truncaron de inmediato la producción original, que por mucho tiempo fue rara. "Don Celes" de Luis del Olmo, que comenzó a publicar el diario bilbaíno La Gaceta del Norte en 1945, es la más notable y longeva de las escasas muestras. Su humor inofensivo y amable, a base de catástrofes mudas, la hizo viable en una época hostil y ha sobrevivido a cambios políticos, sociales y culturales dramáticos. Sigue publicándose en El Correo.

La transición a la democracia provocó una reordenación brutal del panorama de la prensa: desaparecieron las cabeceras locales de la Prensa del Movimiento y nacieron diarios de larga vida, como Deia y Egin en 1977, entre otros de existencia más fugaz y varias revistas. La libertad y una época en que por primera vez el cómic gozó de algún predicamento social propiciaron la creación de tiras de cómic propias, pero no siempre las hubo. Deia siguió imprimiendo sobre todo tiras clásicas norteamericanas, aunque en 1980 nació la tira propia más duradera del diario, "Marizoro", que dibujó Iñaki Cerrajería sobre guiones de Jesús Mari Alegría hasta 1987.

Egin se estrenó con tiras de tres autores vascos de personalidad gráfica rotunda, que dejaron su impronta en la memoria de la época. Yon Zabaleta, Juan Carlos Eguillor (ambos sin título fijo) y Antton Olariaga ("Zakilixut") publicaron en sus páginas a la vez. Las colaboraciones de los dos primeros desaparecieron del diario en la primavera de 1979 y luego ambos autores dejaron de lado el cómic como medio principal de expresión para probar otros lenguajes artísticos, pero la tira de Olariaga, treinta años largos y varias cabeceras después, sigue viva en Berria y en 2011 es una de las pocas muestras de cómic vasco en prensa. Desde su inicio, "Zakilixut" bromeó en euskera y sin titubeos sobre cuestiones políticas o sexuales, combinando el humor con el comentario de actualidad.

Por tiempo breve, también los suplementos juveniles semanales de algunos diarios ofrecieron historietas. En 1984, Egin publicó en Gaztegin una página dedicada a la historieta, con tiras y cómics de Mauro Entrialgo, Pedro Osés y Joaquín Resano, entre otros; y El Diario Vasco ofreció, en DVórame, tiras de José Mari Alemán Amundaráin, a quien sustituyeron otras firmas. Pero ninguna tira ha logrado la continuidad de las mencionadas.