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Durango

Iglesia de Santa María de Uribarri. Reedificada en el siglo XVI y en 1940 tras el espantoso bombardeo franquista del 31 de marzo de 1937. Una placa dedicada a Wenceslao Mayora, arcipreste de la iglesia desde la caída de Durango, y fechada en noviembre de 1945, conmemora esta reconstrucción. Posteriormente, habiendo sido declarada Monumento artístico, hubo dificultades para efectuar los cambios requeridos por el Vaticano II (nuevo altar, sagrario, etc.), con lo que el aspecto del presbiterio resultó bastante cambiado.

La fábrica originaria de este templo era anterior al siglo XVI, perteneciendo a las primeras épocas del estilo gótico. La torre se sustenta en la antigua fortaleza de Arandoño y acaba en pináculos y crestería. Al exterior tiene un atrio, al que se abre una de las portadas, de estilo renacentista, con un nicho en el que hay un Sagrado Corazón. En la portada principal aparece la imagen de Santa María de Uribarri, también en un nicho. La iglesia es de tres naves y mide ciento cuarenta por ochenta y ocho pies; las naves están separadas por arcos renacentistas, con columnas herrerianas, que rematan en una cornisa con balaustrada donde se apoyan las bóvedas de crucería de las primeras épocas del Renacimiento; bajo éstas hay ventanas con arcos escarzanos, que antiguamente eran ventanas apuntadas. El retablo fue realizado en el año 1578 por Martín Ruiz de Zubierta, discípulo de Ancheta. Fue restaurado en el año 1914 y es de estilo renacentista. Está presidido por una figura de la Virgen gótica, remozada en el mismo año que el retablo. Encima aparece la Asunción y en la parte superior la coronación por la Santísima Trinidad. En los restantes paneles están representadas escenas de la vida de Jesucristo y la Virgen; además de imágenes de santos, de cierta influencia flamenca. En el presbiterio, de jaspe, hay dos capillas, la de San Sebastián, que luego guardó el sitio del tesoro del templo, con ornamentación del renacimiento y tiene ventanas ojivales; y la de San Juan Bautista, que sirve de acceso a la cámara de la Virgen. Ambas capillas estuvieron presididas antiguamente por los santos titulares. A cada lado del presbiterio están los escudos de armas de la villa. En la nave derecha los altares son: de San Miguel, de estilo barroco, con el escudo de armas de Durango; de las Animas, del mismo estilo, con relieves, tras este altar se conservó durante mucho tiempo un expediente contra los herejes de tiempos del rey Juan II; y de la Virgen de Fátima, también barroco, aunque con una ventana ojival, antiguamente estuvo dedicado a la advocación de San José, cuya figura aparece en la parte alta junto a San Ramón Nonato y San Pedro Nolasco.

En la nave izquierda hay diversos altares: hubo, tras la guerra de 1936-1939, una Capilla de los Mártires, que poseyó una imagen yacente de Jesucristo y en la que figuraban los nombres de los habitantes de la villa caídos en esta guerra civil del lado del bando vencedor (entre los cuales los de 22 presos que elementos incontrolados fusilaron el 25 de septiembre de 1936 en represalia por la muerte de 17 muchachos que mató una bomba lanzada por la aviación franquista). La capilla fue eliminada y los nombres borrados antes del 31 de marzo de 1978 en que se celebró por primera vez un funeral público por las víctimas del bombardeo.

También citaremos el altar de San Antonio de Padua, que es el más moderno; el de San Martín de Tornos que carece de mayor mérito artístico; el de la Inmaculada, barroco, la figura de la titular es moderna, perteneciendo al estilo barroco las de San Pedro Claves, San Francisco Javier y la Trinidad; y el del Sagrado Corazón, antiguamente a la advocación de Santiago, que es también barroco. Esta nave se comunica con la sacristía por una puerta renacentista, donde se guarda una buena cajonería de cedro. En la sacristía había un cuadro de la Virgen de Guadalupe, churrigueresco, donado en el año 1764 por D. Ambrosio de Meabe, quien regaló además trece reposteros de damasco y un terno. En un nicho, en la sacristía, hay un bonito crucifijo. El coro del templo, realizado en el siglo XVI, se forma por un arco escarzano, con decoración de estilo plateresco, apoyado en cuatro columnas. Su decoración es de estilo plateresco. La balaustrada es de hierro labrado.

Poseyó un buen órgano de la casa Amezua de Azpeitia que fue destruido en el bombardeo de 1937. El notable órgano moderno que le sucedió fue el último que construyó la casa Walker & Ludwigsburg de Alemania antes de perecer en un bombardeo; construido para la catedral de Argel, el tren en el que viajaba fue interceptado por los maquis y trasladado a Hendaya; fue adquirido por los durangueses en 1942 inaugurándose en 1943.

Parroquia de Santa Ana. Edificada en el año 1539, destruida en el incendio de 1554 y terminada su reconstrucción en el año 1626, año en que se realizó el campanario, que es cuadrado, con remates de estilo barroco; en el año 1626 la torre chapitel fue fabricada por Pedro de Dueña y, examinada el 16 de octubre del citado año por dos carpinteros, uno nombrado por la parte de Dueñas y otro por Durango. El 14 de enero de 1723 el obispo de Calahorra autorizó la demolición de la antigua iglesia de Santa Ana de Durango y que se procediese a la construcción de la nueva. Esta se fabricó en lugar distinto del que ocupaba la antigua y se diseñaron tres planos, siendo el admitido el de D. Juan de Erdoiza, por atenerse más a la estructura de la antigua. El vecindario, reunido en ayuntamiento general, decidió emplear en la construcción 22.000 ducados y con tal fin se puso un impuesto de siete blancas por cada azumbre de vino que se vendiera en la villa. [Labayru; "Historia General del Señorio de Bizcaya", t. VI, pp. 125 y 126]. En la puerta principal, hay una figura de la titular, en un nicho. Y un pórtico con pilastras de orden toscano. La planta de estilo herreriano, en forma de cruz latina, con tres naves, la cubren bóvedas de crucería, que se apoyan en pilastras de tipo toscano; fueron remozadas en el año 1940, aunque fue la única iglesia que quedó intacta tras el bombardeo de 1937. En el retablo del altar mayor hay unos cuadros, obra de Barroeta. Debajo de este altar se guardan reliquias de Santa Aurelia Vitalia.

Es notable una figura de la Magdalena, procedente de la iglesia dedicada a la misma, hoy desaparecida, en un altar lateral. En la nave de la derecha hay una capilla en la que destaca un cuadro de la Virgen de Guadalupe, donado por los Arguinzóniz de Méjico. En la sacristía del templo se conserva el grupo escultórico de la Virgen, el Niño y Santa Ana, que antiguamente presidía el altar mayor; se fecha entre los siglos XVI y XVII. En el año 1732 se sacó a remate la obra para enlosar las sepulturas de las parroquias de Santa María y Santa Ana de Durango, quedando a favor del maestro Martín de Arízaga por el precio de noventa y cinco reales cada una de las de Santa María y ochenta y cinco las de Santa Ana y un osario en la primera. [Labayru, "Historia General del Señorio de Bizcaya", t. VI, p. 181]. Iglesia de San Pedro de Tabira . Se ha creído ver en él el primer templo católico de Bizkaia. Su primera construcción fue realizada en estilo románico, que se conserva en algunas partes del edificio. En el muro S. se ven tres épocas, la parte baja es del siglo X, formando sillares, a continuación es muro de mampostería y el tercer cuerpo es ya propiamente románico, de entre los siglos XII y XIII. Posee una ventana, con arco apuntado, que es románica y un óculo del mismo estilo, cegado y con ornamentación dentada. En el muro del O. hay una pila, también románica, que se sitúa entre los siglos XII y XIII. La iglesia fue reedificada en el estilo ojival entre los siglos XV y XVI. De esta época son los ventanales del ábside y del muro S., y la portada del siglo XVI con baquetones que es de las últimas épocas del gótico. El templo tiene una nave, que mide cincuenta y ocho por treinta y cuatro pies, está cubierto por dos bóvedas de crucería. La nave está dividida por un arco ojival del siglo XV que se sustenta en los capiteles poligonales de dos columnas con tres fustes cada una, que son arranque de los nervios de las bóvedas al igual que las cuatro columnas simples que hay en las esquinas del templo. En el lado N. hay un arco apunta do con cinco arquivoltas apoyadas en cuatro columnas poligonales, las exteriores en dos ménsulas con estrías. Encima de esta puerta hay un Santo Cristo y las figuras de Santa Marta, San Pablo, San Blas y San Antón; otras imágenes hay también sobre cuatro canecillos.

Este arco sirve de comunicación con la capilla de Nuestra Señora del Rosario, cuyo altar barroco ostenta en el centro la figura de la Virgen; además aparecen las estatuas de Santa Teresa, San Ignacio de Loyola, del Niño Jesús, San Juan Bautista, estas dos en una peana, y de San José, que es la más moderna. En el presbiterio hay tres altares, el del medio, del tránsito al barroco, de las últimas décadas del siglo XVI, tiene en el centro, en un nicho, la imagen del titular, que está remozada; además hay buenas tablas de los misterios del Rosario y en lo alto una de la Encarnación. El altar de la izquierda, barroco, posee una figura de San Marcos. El de la derecha, plateresco, lo preside una figura de la Virgen con el Niño, del siglo XVI. Además hay una tabla de San Roque; en la base del altar presenta relieves y sobre ésta, cuatro espacios vacíos que antes lo ocupaban unas tablas desaparecidas. En el coro la tracería del antepecho es de estilo árabe así como los pequeños arcos de herradura que hay entre la cornisa y los canecillos, se fechan en el siglo XIII, de la primera reconstrucción de la iglesia. Bajo el coro hay dos sepulcros, pertenecientes a Sancho Estigiz y su esposa. En la sacristía se guarda una figura de la Virgen con el Niño, de treinta y tres centímetros, de finales del siglo XV; un crucifijo con un Cristo pintado, del siglo XVI; una buena cajonería, y un panel de un retablo con relieves.

En el mismo templo, arrinconados, están las figuras de Cristo, de las últimas décadas del siglo XVI y de la Virgen, ésta en piedra y de estilo gótico. El durangués D. Matías de Landáburu, regaló en 1767 a la iglesia de Santa María de Uríbarri un terno blanco. A este mismo señor se debe el retablo dorado de la capilla del Rosario de la iglesia de San Pedro de Tavira, con su efigie, y la de San Ignacio de Loyola. [Labayru: "Historia General del Señorio de Bizcaya", t. VI, p. 386.] Ermita de San Fausto. Fue levantada en el año 1766, y ahora se encuentra en estado ruinoso. Convento de San Antonio. De monjas Clarisas. Reedificado en el año 1846 y vuelto a restaurar en las últimas décadas del siglo XIX, realizándose la fachada y torre actuales. Conserva el retablo de la desaparecida parroquia de Santa María Magdalena. Convento de Santa Susana. De Agustinas Calzadas. Edificado en el año 1590, en la calle de los Conventos de la Villa. En el año 1651 los religiosos de Santa Susana de Durango acordaron con el maestro arquitecto Juan de Balzola y con el cantero Martín un contrato para la construcción de la iglesia de su convento, estipulando que la obra costaría 53.000 reales y que debía estar terminada para fin del año 1654. Con tal fin se compró el 1 de marzo de 1651 el terreno donde se iba a edificar. [Labayru, "Historia General del Señorio de Bizcaya", t. V, p. 377.] Convento de los Agustinos Calzados. Construido en el año 1578. Hoy es un Hospital a cargo de las Hijas de la Caridad; pero conserva su iglesia, en cuya fachada, de estilo renacentista, hay una estatua, en piedra, de San Agustín. Sus retablos se conservan en Dima el mayor, y un lateral en Yurreta. Cruz terminal de Pinondo. Sobre una columna renacentista está la cruz; en un lado aparece Cristo y en el otro hay una Piedad. Torre de Láriz. Actualmente se encuentra muy reformada. Su fachada tiene canecillos entre los que destaca uno con la figura de un guerrero y otro con ocho piernas en rueda. Torre de Arandoño. Hoy forma parte de los cimientos de la torre de la iglesia de Santa María de Uribarri. En su oratorio había una imagen de la Virgen. Palacio de los Ampuero. De importancia histórica por haber nacido en él D. Bruno Mauricio de Zabala, fundador de Montevideo. Monumento a Fray Juan de Zumárraga.

En los jardines de Ezkurdi. Traído de Méjico, se compone de una figura de bronce. Portales. En las murallas de Durango había seis portales: de San Martín, conservado hasta el siglo XIX; de San Pedro, de San Juan, de Nuestra Señora de la Piedad, de Santa Ana, construido en el año 1566 y restaurado en el año 1744 y que en un lado ostenta, frente a Pinondo, un escudo de armas imperiales y en el otro, en un nicho, la Santa junto · con la Virgen; y el de Krutziaga, que tiene una cruz terminal de estilo gótico, aunque con algunos vestigios del románico, considerada por Carriazo del siglo XV. Está formada por tres cuerpos. Primeramente está el tronco de un árbol rodeado por una serpiente con cabeza femenina, a un lado aparece Eva con la manzana en la mano; en el lado contrario están las figuras de Adán y Eva con la manzana; en otro de los lados está representada la Expulsión del Paraíso. En el segundo cuerpo, sobre las manzanas del capitel, aparecen los doce Apóstoles con sus atributos. Todo el conjunto citado remata en la cruz; al otro lado de ésta se ve a la Virgen con el Niño entre dos santos. Ferrería de Aranekoa. De gran antigüedad. Conserva una puerta de estilo gótico. Plaza de Ezkurdia. Conjunto arquitectónico-escultural (1970) moderno trazado por los arquitectos Fullaondo y Olabarría. Es una plaza sumamente armoniosa dotada de estanque, paseo, sala de exposiciones, escultura y sectores verdes. Idolo de Mikeldi. Es de piedra y representa un cuadrúpedo. Fue descubierto en el año 1864 cerca de la ermita de San Vicente de Mikeldi, en Durango. Ha habido muchas opiniones sobre lo que representa y la época en que fue realizado. Don Gonzalo de Otalora, en el año 1634, escribe sobre él, describiéndolo como un rinoceronte con un globo entre las patas, inscrito, aunque se desconoce su contenido por resultar ilegible.

El P. Flórez lo sitúa en la época de los cartagineses. Cean Bermúdez cree que es una figura de un elefante, al que le falta la cabeza, símbolo de Africa, y el disco, que representa el mundo, fechándolo, también, en la época cartaginesa. Trueba, que fue uno de sus descubridores, junto con Delmas, en el año 1864, lo considera como un monumento funerario de la Edad Media. Recientemente D. José María de Bernaola ha descubierto algunos caracteres inscritos en el disco, como había afirmado Otalora en el siglo XVII. Basándose en este hallazgo, Pierre París considera que el globo no tiene ningún significado especial y también por dicha inscripción lo fecha en épocas anteriores a los romanos, pues las letras no son romanas. Y lo considera como un monumento funerario que estuvo colocado antiguamente sobre una tumba. Ayuntamiento. De estilo clásico y soportal bajo arcos. En 1597 se comprometen Martín de Lázpita y Pedro de Icabalceta a construir en 3 años la casa consistorial de Durango. Este tiempo se ampliaría luego en otros 3 años. (Labayru, "Historia General del Señorio de Bizcaya", t. IV, p. 610).