Prosopografía de la emigración vasca. Hacendado nacido en Portugalete (Bizkaia) en 1817. Llegó como emigrante pobre, con 14 años, a Cuba.
A finales de los años treinta era ya un importante industrial. En 1843 aparece ya inscrito como comerciante en La Habana (Cuba). En 1848 funda en Santiago de Cuba, junto a Antonio López (futuro marqués de Comillas) y Patricio Satrústegui, la Compañía de Navegación Transatlántica, que navegaba todavía con buques veleros. En 1855 tenía ya un capital respetable y era accionista mayoritario de la empresa de Fomento del Sur, empresa de distribución comercial con cinco almacenes distribuidos por la isla, tres buques y diversos terrenos y edificios. Invirtió luego en la industria azucarera, adquiriendo el ingenio flor de Sagua, en Sagua La Grande, que en 1878 se valoraba en 400.000 pesos; más tarde adquirió otro al que denominó Portugalete, donde trabajaban más de doscientos esclavos y que rentaba más de 40.000 pesos al años.
Fue socio fundador y uno de los mayores accionistas del Banco Español de la Isla de Cuba. Continuó multiplicando sus negocios y, hacia 1890, sus bienes se valoraban en más de un millón de pesos/oro.
Además, fue uno de los más activos miembros del Casino Español de La Habana , que representaba al llamado "partido español", defensor a ultranza de la permanencia de Cuba en la monarquía. Entre 1868 y 1870 realizó intensas gestiones en Madrid ante los gobiernos del Sexenio revolucionario apoyando los intereses de los sectores empresariales proespañoles en Cuba. Al iniciarse la actividad en Cuba de los partidos políticos, tras la primera guerra de independencia, en 1878, Calvo fue uno de los principales sostenedores del Partido Unión Constitucional -junto a otros vascos como Zulueta, Apezteguía o Ajuria-, que representaba a los partidarios de una "Cuba española", partido que dominaba en la práctica el gobierno de la isla.
Cuando Cuba alcanzó su independencia, Calvo, ya octogenario, regresó a su patria vizcaína.
Juan Bosco AMORES CARREDANO
Profesor de la Universidad del País Vasco / E.H.U.
A finales de los años treinta era ya un importante industrial. En 1843 aparece ya inscrito como comerciante en La Habana (Cuba). En 1848 funda en Santiago de Cuba, junto a Antonio López (futuro marqués de Comillas) y Patricio Satrústegui, la Compañía de Navegación Transatlántica, que navegaba todavía con buques veleros. En 1855 tenía ya un capital respetable y era accionista mayoritario de la empresa de Fomento del Sur, empresa de distribución comercial con cinco almacenes distribuidos por la isla, tres buques y diversos terrenos y edificios. Invirtió luego en la industria azucarera, adquiriendo el ingenio flor de Sagua, en Sagua La Grande, que en 1878 se valoraba en 400.000 pesos; más tarde adquirió otro al que denominó Portugalete, donde trabajaban más de doscientos esclavos y que rentaba más de 40.000 pesos al años.
Fue socio fundador y uno de los mayores accionistas del Banco Español de la Isla de Cuba. Continuó multiplicando sus negocios y, hacia 1890, sus bienes se valoraban en más de un millón de pesos/oro.
Además, fue uno de los más activos miembros del Casino Español de La Habana , que representaba al llamado "partido español", defensor a ultranza de la permanencia de Cuba en la monarquía. Entre 1868 y 1870 realizó intensas gestiones en Madrid ante los gobiernos del Sexenio revolucionario apoyando los intereses de los sectores empresariales proespañoles en Cuba. Al iniciarse la actividad en Cuba de los partidos políticos, tras la primera guerra de independencia, en 1878, Calvo fue uno de los principales sostenedores del Partido Unión Constitucional -junto a otros vascos como Zulueta, Apezteguía o Ajuria-, que representaba a los partidarios de una "Cuba española", partido que dominaba en la práctica el gobierno de la isla.
Cuando Cuba alcanzó su independencia, Calvo, ya octogenario, regresó a su patria vizcaína.
Juan Bosco AMORES CARREDANO
Profesor de la Universidad del País Vasco / E.H.U.