Isla de los Faisanes
Hay una isla en mitad
del río.
No tiene misterio alguno.
Pequeña,
de perfiles justos,
de árboles pocos y espaciados,
descansa sin detener
la mirada que la atraviesa.
Frente a ella,
sentado en la yerba,
estás pescando mientras te vas a ti mismo
desde enfrente
junto a las mujeres
que trabajan la tierra.
Silencio y luz
-el agua quieta-
sostenidos
por el ritmo del azadón.
La continuidad
pasa por la isla.
nítida, pequeña, limpia.
Y al abismo es insondable.