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Bilbao

La lengua hablada por los bilbaínos ha sido siempre el euskera, hasta muy recientemente. Era la lengua de la tierra. La situación idiomática de Bilbao se había hecho crítica a finales del siglo XIX: la villa hablaba vascuence y castellano indistintamente lo mismo que su entorno próximo, Algorta, Getxo, Begoña, interior vizcaíno y las anteiglesias de la orilla izquierda de la ría, Abando y Barakaldo. Hacía ya tiempo que el vascuence se había perdido en Portugalete y Santurce, lo mismo que en el valle de Mena, los pueblos de la Bureba castellana y de la Rioja alta. Debía Bilbao comunicarse con el interior castellano, por tierra, y con franceses, ingleses, flamencos y alemanes, por mar. Era la misma situación de los grandes puertos europeos. Entonces, como ahora, las relaciones comerciales con los castellanos se habían solucionado con el bilingüismo comercial y el monolingüismo civil y familiar. El aprendizaje de lenguas y el uso de intérpretes era usual en las relaciones con los clientes por vía marítima. Pero Bilbao no pudo hacer perdurar y perfeccionar este estatuto justo. Bilbao, como Barakaldo y Abando, dejaron en el siglo pasado de ser euskaldunas. No siguió Bilbao el ejemplo de los grandes puertos europeos que continuaron y continúan hablando la lengua de sus mayores.

En una lista de pueblos vascos, hecha después de 1823 por el franciscano P. Fr. Pedro Antonio Añíbarro para los fines de predicación en vascuence, coloca a Bilbao villa en el 39 lugar de la misma. Incluye también a Barakaldo, Abando, Begoña y, claro está, a Algorta y Deusto. El mapa del príncipe Bonaparte coloca a Portugalete fuera del área euskaldun de ese tiempo.

La villa fue bilingüe desde época ya lejana. Tanto el vascuence como el romance de la misma ofrecen arcaísmos léxicos y gramaticales. Una gramática escrita en 1635 por el bilbaino doctor Rafael Micoleta nos deja ver cómo era su vascuence y hasta los modos de vida de su pueblo; aparte las notas gramaticales, vocabulario y hasta reglas de versificación, trae los diálogos del hidalgo don Pedro, su criado Alonso, el amigo Juan y su ama. Un catecismo vizcaino inédito, compuesto a fines del siglo XVIII apunta con ironía que los bilbainos hablan una especie de tertium quid que no es ni vascuence ni romance. Debido a su cercanía con la frontera de dos lenguas de estructura tan distinta, este vascuence usaría de muchas voces romances como los nombres de los meses, cuyos nombres castizos ya no se empleaban en la villa.

Ref. Michelena, L.: "Prólogo" al Lexicón Bilbaíno, de E. Arriaga, ed. 1960.

Nivel de euskera de la población de dos y más años. Finales siglo XX y comienzos siglo XXI
Fuente: EUSTAT. Estadísticas de Población y Viviendas.
Año 1996Año 2001
Total353.195342.382
Euskaldunes
Total50.75853.051
Alfabetizados42.18044.331
Parcialmente alfabetizados6.1457.050
No alfabetizados2.4331.670
Cuasi-euskaldunes
Total82.45591.204
Alfabetizados58.46363.481
No alfabetizados10.15210.301
Pasivos13.84017.422
Erdaldunes
219.982198.127

Lengua parentalLengua doméstica
Población clasificada según la lengua parental y la doméstica. Finales siglo XX y comienzos siglo XXI
Fuente: EUSTAT . Estadísticas de Población y Viviendas.
Año 1996Año 2001
Total358.875349.972
Euskera16.27216.314
Castellano323.805316.388
Las dos11.51710.218
Otra7.2817.052
Euskera5.5596.244
Castellano334.946327.668
Las dos16.23513.312
Otra2.1352.748

Tipología de movilidad lingüística (>= 5 años). Finales siglo XX y comienzos siglo XXI
Fuente: Departamento de Cultura (Viceconsejería de Política Lingüística del Gobierno Vasco); EUSTAT. II Mapa sociolingüístico; Censos de Población y Viviendas.
Año 1996Año 2001
Total345.652334.976
Vascófonos12.37411.876
Bilingües de origen6.5216.005
Neo-vascófonos30.62433.421
Neo-vascófonos parciales62.14867.228
Parcialmente castellanizados4.6493.961
Totalmente castellanizados2.3021.814
Castellanófonos227.034210.671

Desde muy atrás Bilbao era bilingüe. Aquí como en otras partes periféricas de Euskalerria, el romance surgía nutrido de elementos del vascuence nativo. Unamuno ha estudiado el habla románica de Bilbao. En las siete calles hay mucha gente -dice- aun nacida en Bilbao, que habla vascuence, poco o mucho, mal o bien, y mucho aldeano establecido. En el romance vizcaíno hay otro elemento procedente del habla santanderina, por mediación de las Encartaciones vizcaínas. Y hay otro elemento, propio de puerto, de términos de origen náutico, quedando un remanente de voces dificilísimas de filiar. Dice Unamuno que el lenguaje de su niñez (se refiere al romance bilbaino) era:

"un habla especial, con acento de vascongado que ha aprendido el castellano, con giros especiales y con un vocabulario en que había mucho de vascuence castellanizado y trabucado en algo que es difícil saber de dónde proviniera. Frases como esta: "¡Sinsorgo!, ¿a chuchu de chirloras sospales tambien t'arrapas, eh?"

Por lo que a la construcción en general hacía, disntinguíase por las expresiones elípticas. En el acento unas veces se alargaba lo que es más breve en castellano como llamar píe a pié, y otras veces -lo más común- se contraía, diciendo pais, monosilábico, en vez de país, bisílabo. Por lo que al léxico se refiere, una buena parte de él era vascuence, modificado a veces, de la más pintoresca manera. Había también mucho castellano estropeado y un extraño caudal de voces de genuina cepa castellana. De todos modos, el léxico bilbaino lo recogió con mucho cariño don Emiliano de Arriaga en su libro Lexicón Bilbaíno. Las voces y locuciones del habla bilbaina definidas en este libro pueden clasificarse en tres grupos: Procedentes del euskera o bilingües, 45 % Originarias exclusivamente del romance, 45 %; De dudosa filiación, americanismos y del francés, inglés, italiano, catalán o valenciano, 10 %. Hoy se habla en Bilbao un castellano como el de cualquier otra parte, ni mejor ni peor, y si algo se dejaba oír en sus barrios altos era acento riojano.

Refs. M. Unamuno: De mi país, pp. 151- 155; Jon Bilbao: "Tres cartas de Unamuno sobre el habla de Bilbao", Boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos, 1955, pp. 73-74.

Los documentos bilbaínos, como los del resto del país, se han escrito siempre en el alfabeto latino y las numeraciones romanas y arábigas. La ortografía ha seguido las mismas vicisitudes que la del castellano en general. No se ha escrito en vascuence salvo en contadas ocasiones. No hay que olvidar que Bilbao y Vizcaya, en general, fueron tierras proveedoras de escribanos para todo el reino. Los documentos de los archivos del Consulado y de la villa, por ejemplo, pueden servir para un estudio de la escritura, grafología, ortografía e incluso caligrafía. Igualmente las firmas y sus rúbricas o signos empleados en su defecto.

El más valioso históricamente es el pergamino original de la Carta-Puebla de la Villa de Bilbao, expedido por el Señor de Vizcaya don Diego López de Haro el 15 de junio de 1300, y la segunda carta expedida por la Señora de Vizcaya doña María Díaz de Haro el 25 de junio de 1310. Bilbao conoció tempranamente la letra de cambio y una legislación comercial avanzadísima y precursora de muchos códigos comerciales modernos. El libro de acuerdos de la villa más antiguo que se conserva es de 1463.

En 1517 quedaba Bilbao en el interior del país de habla vasca. En 1300, don Diego López de Haro da su Carta-Puebla a la villa. En ella se señalan los linderos bilbaínos desde el Puntal de Zorrotza, aguas arriba por el Kadagua, al campo de Zornozaga, en derecho a Percheta y, subiendo el cerro, el del de Eguilaz, Pagasarri y Olaluzeta, descendiendo de aquí a Bujana y al vado de Echévarri para sobre montar a Ganguren y desde esta sierra pasar al Puntal de Deusto, donde miraba a la torre antigua de Luchana. Todos los términos son euskéricos. Son indicio del intenso uso de la lengua vasca. Es la época en que se hablaba vascuence en los propios dominios de los Haro en la Rioja. El historiador bilbaino don Teófilo Guiard recogió la toponimia vasca de Bilbao que es abundante, castiza y nativa de la villa: Abrisketa, Atxuri, Aldanondo, Amezkorta, Angolakoetxe, Aperribai, Aranzuri, Arbunburu, Arkotxa, Arkouriarte, Aretxabalagoitia, Aretxeminieta, Arestizabal, Aresbakarra, Argileta, Arnotegi, Arriatereta, Arrikoetxea, Arrizuri, Artatxu, Artetxuondo, Artazugoikoa, Artegiete, Azordoiaga, etc. Estas muestras las hemos tomado solamente de los nombres iniciados por A. De los setenta y siete nombres toponímicos bilbainos de la letra A, solamente hay siete no euskéricos: Allende la Puente, El Amparo, Altamira, Arenal, La Atalaya, que hacen siete al repetirse Altamira.

BEL