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Bilbao. Demografía en los siglos XIX y XX

El primer tercio del siglo XX concluye con una guerra civil en nuestro territorio. Podemos decir que esta es una etapa que tiene entidad por sí ya que asistiremos a la consolidación de una nueva sociedad urbana, industrial y moderna que se sube al carro de los sucesos socio-económicos y demográficos de su entorno occidental. Este período es comúnmente definido como el de la modernización económica y social que lógicamente implica también la modernización de los comportamientos demográficos cuyos detalles describiremos en este apartado.

La industrialización basada en la siderurgia y que se instaló alrededor de ambas márgenes de la Ría, fue ideada e impulsada por una oligarquía bilbaína con gran visión de futuro que estructuró un enorme crecimiento económico sin precedentes en la península ibérica. Esto convirtió a Bilbao y su hinterland en una gran área metropolitana con diversificación del uso del espacio (espacio industrial, minero, capital y residencial) que aún perdura sin grandes cambios. Como consecuencia, podemos hablar en este momento de Bilbao como de la consolidación de una gran ciudad con todo lo que ello conlleva. Es en esta época cuando Bilbao comienza su gran transformación espacial y de edificación: construcción del Ensanche, de los grandes edificios públicos y privados, las grandes avenidas, las infraestructuras más modernas como el ferrocarril, etc. que sin lugar a dudas cambian su fisonomía pero también sus modos de vida.

Tabla 11: Distribución de la población activa por sectores de actividad, Bilbao 1900-1935 (%)
Fuente: Padrones de habitantes: Archivo Municipal de Bilbao
19001935
Primario4,72,2
Secundario5850,5
Terciario37,347,3

La modernización económica trajo consigo cambios que se manifiestan en primer lugar en la dedicación profesional de los bilbaínos como se plasma en la tabla 11, en donde se puede ver que la actividad fundamental de los bilbaínos se encontraba en el sector secundario, es decir, sobre la industria que había dado razón de ser a su impulso económico y a su transformación en 1900. Esto fue así en los primeros compases. Sin embargo, se puede comprobar que con el paso del tiempo Bilbao fue dotándose de una nueva entidad y cumpliendo labores de auténtica gran ciudad y centro de una gran actividad que implica siempre una gran oferta y dotación de servicios de todo tipo. Así que durante esta época podemos definir a esta villa como de una ciudad mixta entre la actividad industrial y también de servicios diversos a partes iguales.

Crecimiento y desarrollo económico de régimen capitalista suele ser sinónimo de un exuberante crecimiento demográfico como podemos ver en la tabla 12.

Tabla 12: Total de población, crecimiento y sus componentes. Bilbao, 1900-1930
Fuente: Censos de Población: INE; Registro Civil: Archivo del Registro Civil de Bilbao
Total PoblaciónCrec. Real (r)Crec. NaturalSaldo migratorio
1900-191083.306
192093.5361,169.978252
1910-1920112.8191,898.83710.446
1930161.9873,6814.17534.993
1920-1930195.1861,882.62530.574

Durante estos cuarenta primeros años del siglo la población de Bilbao se duplicó largamente desde un volumen inicial de 83 mil a 195 mil habitantes. Dentro de este período el momento más espectacular fue el comprendido entre 1920 y 1930 con un crecimiento por cien y año de un 3,68 que no se había conocido nunca en esta villa. Este período corresponde al momento de bonanza económica y de altísimos beneficios que supuso la no intervención de España en la primera guerra mundial que redundaron especialmente en la industria vizcaína.

El impulso inmigratorio continuó siendo muy fuerte y constante pero estuvo acompañado, especialmente durante las tres primeras décadas de un gran crecimiento natural, es decir de un exceso de nacimientos sobre el de los difuntos entre los habitantes bilbaínos.

Tabla 13: Número de habitantes por Km² en Bilbao de1900 a 1940
Fuente: Reseña estadística de la provincia de Vizcaya: INE
Densidad de población
19001.400,80
19101.572,80
19201.897,10
19302.723,90
19403.282,20

Como consecuencia, la presión demográfica sobre el espacio urbano fue aumentando espectacularmente con respecto al siglo anterior y a lo largo de estos años como se puede observar en la tabla 13. La densidad de población por kilómetro cuadrado casi se multiplicó por tres como media entre 1900 y 1940, lo que implica que en algunos barrios, especialmente los obreros de la zona de San Francisco y Achuri, existía un hacinamiento insoportable. Por otra parte, estos datos hay que valorarlos teniendo en cuenta que en estas fechas se amplió nuevamente el espacio urbano ya que en 1925 tuvo lugar la definitiva anexión de las anteiglesias de Deusto y Begoña ampliando por tercera vez el perímetro municipal.

Una primera aproximación de la situación demográfica de la villa en estos años la encontramos en la pirámide de la población de 1920 en donde ya podemos atisbar los cambios que se han producido en la sociedad bilbaína con respecto a la centuria anterior (Fig. 2 y tabla 14).

1800-1870

Figura 2: Pirámide de población de Bilbao en 1920. Fuente: Censo de Población: INE

Tabla 14: Estructura de la población por edad en Bilbao, 1900-1940 (%)
Fuente: Censos de Población: INE
19001910192019301940
0-1431,132,7330,9427,224,9
15-6464,8161,8263,3965,0669,62
>653,165,155,677,735,49

Una visión global nos muestra que la pirámide va perdiendo su forma. En primer lugar, lo vemos en su base que es más estrecha que generaciones anteriores lo que nos indica menos nacimientos. Y por el otro lado, la parte superior de la pirámide tiene forma más alargada y picuda, lo que señala claramente descenso del impacto de la mortalidad. Efectivamente, vemos en la tabla 14 expresado en cifras que las generaciones infantiles se reducen en efectivos y por otro lado, que la población mayor de 65 años ha aumentado considerablemente en estas tres décadas. Estos datos nos sugieren la combinación del descenso de la natalidad ya apuntada junto con un patrón de mortalidad menos severo actuando sobre la población.

Tabla 15: Población por lugar de nacimiento en Bilbao, 1900 y 1935 (%)
Fuente: Padrones de población: Archivo Municipal de Bilbao
19001935
Bilbao36,0547,74
Resto C.A.Vasca30,0724,84
Andalucía0,880,42
Aragón2,251,06
Asturias0,930,64
Baleares0,080
Cantabria3,074,26
Castilla-León13,2310,79
Castilla-Mancha0,650,37
Cataluña0,520,5
Com. Valenciana0,320,18
Extremadura0,080,12
Galicia1,641,24
Madrid2,071,2
Murcia0,20,07
Navarra2,842,26
La Rioja3,742,85
Extranjero1,371,47

Decíamos más arriba que esta era una población en crecimiento gracias sobre todo al efecto inmigratorio. Pues bien, esto también se nota en la parte central de la pirámide ya que los inmigrantes lo hacen en gran número en el tramo de edad comprendido entre los 20 y los 30 años. Resulta especialmente reseñable el grupo correspondiente a las mujeres mucho mayor que en los hombres. Esto se explica gracias a la presencia de sirvientas para una ciudad enriquecida y con una burguesía ostentosa que vive en grandes casas y que necesita mucha mano de obra de este tipo para mantener sus hogares pero también para mostrar su poder.

En la tabla 15 podemos ver el reparto de la población bilbaína por su lugar de nacimiento. En general, el nuevo patrón inaugurado con la industrialización se mantiene durante esta primera parte del siglo, pero si observamos los datos del año 1935 nos encontramos con que la inmigración correspondiente a esta primera fase de la industrialización ya ha concluido, de tal manera que aumenta el número de nacidos en Bilbao y los foráneos a la comunidad vasca representan solo un tercio de los habitantes de la villa.

Este término se refiere a el paso de un régimen de alta presión a otro de baja presión demográfica en cuanto a las tasas vitales, cuyo eje principal se encontraba en la limitación y descenso de la descendencia final de los matrimonios, auténtico síntoma de comportamiento demográfico moderno. Este proceso no es simplemente demográfico, como se puede suponer, ya que la razón por la cual las parejas recién casadas deciden tener menos hijos que sus padres o abuelos no es solo materia demográfica o económica sino que también está llena de implicaciones de cambio de mentalidad más difícilmente mensurables que otras. Por esta razón, los investigadores han calificado este fenómeno como la "revolución silenciosa" por que acompañó a otras revoluciones más visibles operadas en las sociedades occidentales como la política y la económica (Gillis, Tilly y Levine: 1992). Pero si hay algo que está claro es que este hecho socio-demográfico de la limitación de la descendencia estuvo protagonizada por todos y cada uno de los ciudadanos realizando transformaciones radicales a pequeña escala individual pero de enorme transcendencia para el futuro.

1800-1870

Gráfico 3: Evolución de las tasas vitales de Natalidad, Mortalidad y Nupcialidad en Bilbao, 1900-1940. Fuente: Registro Civil: ARCB.

Tabla 16: Tasas Brutas de Natalidad, Mortalidad y Nupcialidad. Medias decenales 1900-1940
Fuente: Registro Civil: Archivo del Registro Civil de Bilbao
TB NatalidadTB MortalidadTB Nupcialidad
1900-191041,1430,948,74
1910-192034,3526,749,07
1920-193029,9620,989,63
1930-19401816,436,02

El primer signo en donde se manifiesta este cambio de sistema demográfico lo encontramos en la evolución de las tasas brutas de natalidad, nupcialidad y mortalidad. Como se puede ver en el gráfico 3 y en la tabla 16 la evolución de la natalidad experimenta un continuado y largo descenso a lo largo de este tiempo. Esta evolución nunca se había conocido antes, de tal forma que significará que nacen la mitad de niños a finales de los años 30 que a principios de siglo. Además, si nos fijamos en la línea de la mortalidad ocurre lo mismo que lo anterior: también la mortalidad se reduce acompasadamente en esta primera mitad de siglo en la misma proporción que la natalidad. Hay que hacer una salvedad en esta curva de mortalidad: los "picos" de gran sobremortalidad que se producen en 1918 por la epidemia de gripe y años más tarde por el impacto de la guerra civil española.

Tabla 17: Indicadores de Nupcialidad y Fecundidad en Bilbao de 1900 a 1935
Fuente: Censos de Población: INE; Registro Civil: Archivo del Registro Civil de Bilbao
La Edad media al matrimonio de 1900, 1920 y 1935 procede del Registro Civil: Archivo del Registro Civil de Bilbao; El valor de 1910 procede del cálculo del SMAM.
1900191019201935
VaronesMujeresVaronesMujeresVaronesMujeresVaronesMujeres
Edad Media al matrimonio27,2525,1728,126,827,2225,0328,2725,54
Celibato definitivo8,914,1812,210,415,69,112,2
Tasa de Nupcialidad47,5443,542,743,1
Tasa de Fecundidad Matrimonial243,16249220152

La evidencia de esta transición de la fecundidad desde un patrón de fecundidad natural a un patrón consciente de limitación de la descendencia la podemos encontrar en la tabla 17. En esta tabla observamos cómo la edad media al matrimonio se estabiliza con respecto al período anterior pero se acompaña de un ascenso del celibato femenino y un descenso de la intensidad de la nupcialidad. Es decir, menos mujeres se casan y éstas lo hacen a una edad más tardía. Sin embargo, la auténtica evidencia la encontramos en los valores de la tasa de fecundidad matrimonial que se mantienen elevados hasta la década de los 10 pero que comienzan a caer en los años 20 y definitivamente se colocan a la mitad para el final del período. Es decir, los matrimonios tienen la mitad de hijos que en el siglo anterior. Hay que calificar sin dudas a este hecho como "revolucionario" ya que debemos recordar que a primeros de siglo seguían sin existir auténticos medios eficaces de control de la reproducción como se dispone hoy en día. Está claro que la variable nupcial ayudó a que hubiera finalmente menos nacimientos pero es innegable la voluntad de las parejas de tener menos hijos.

Las explicaciones de este fenómeno no son fáciles teniendo en cuenta que no podemos entrevistar a sus protagonistas. Desde el punto de vista de la investigación se manejan un conjunto de explicaciones económicas, demográficas, sociales y de mentalidad, que básicamente se centran en señalar las dificultades de las nuevas familias urbanas y asalariadas cuyos bajos salarios y falta de vivienda perduraron hasta bien entrados los años treinta del siglo. Por otro lado, el descenso de la mortalidad infantil se convirtió en una realidad nueva para los matrimonios que antes debían tener más hijos para que llegaran a adultos tan solo la mitad de los habidos. Durante este tiempo, esta proporción disminuyó lo que pudo convencer a las parejas de tener menos hijos toda vez que ya habían tenido los deseados. Y finalmente, pero no menos importante, por estas fechas, comienza a valorarse a los niños de una forma diferente a épocas anteriores. La consideración de que son el futuro, de que hay que cuidarlos mejor en todos los sentidos comienza a hacerse una realidad incluso a nivel legal. De esta época datan todas las medidas de prohibición de trabajar a los menores de catorce años, de la obligatoriedad de asistir a la escuela y del nacimiento de toda una cultura médica y sanitaria de atención a los más pequeños cuya máxima expresión está en el surgimiento de una nueva especialidad médica: la puericultura.

Por estas razones apuntadas más arriba resulta muy difícil hablar de transición demográfica sin acompañar el discurso con el de la llamada transición de la mortalidad. Esta transición es muy interesante ya que es la primera vez durante siglos que se consiguió que la mortalidad descendiera y además de forma irreversible y duradera como sabemos hoy en día. Los resultados revelados en la tabla 18 no ofrecen lugar a dudas. En la villa de Bilbao se comienza el siglo con una media de esperanza de vida de 28 años y en vísperas de la guerra civil este valor era nada menos que de 53 años, lo cual implica doblar esta expectativa e indica una clara mejoría en las condiciones de vida. Hay que señalar que éste significativo descenso se produce durante la década de los 10, una década antes de que comience a dar signos importantes el descenso de la fecundidad, por lo que debemos suponer que ambas variables estaban muy relacionadas entre sí.

Tabla 18: Esperanza de vida al nacimiento (Eo) en Bilbao, 1900-1935
Fuente: Censos de población: INE; Registro civil: ARCB
VaronesMujeresTotal
190025,631,1428,31
191037,3743,0140,22
192036,4342,2639,3
193046,3754,9550,56
193548,7556,3753,44

Este descenso de la mortalidad, sin parangón en la historia demográfica de la villa y similar al ocurrido en otras sociedades occidentales se ha intentado interpretar también por un conjunto de explicaciones de variado signo. En primer lugar demográficas. Si atendemos a la evolución de las curvas de la tasa bruta de mortalidad de esta primera parte del siglo junto con la del siglo anterior (gráficos 2 y 3) veremos con claridad que en el último período han desaparecido las oscilaciones periódicas en su comportamiento. Esto se debe a que se consiguió la desaparición y el control de las epidemias de todo tipo de enfermedades epidémicas que un año y otro también asolaban a las poblaciones de Antiguo Régimen. Estas provocaban una sobre-mortalidad de signo extraordinario que ocultaban el régimen de mortalidad en condiciones normales. Efectivamente, en la primera parte del siglo, salvo la epidemia de gripe, especialmente mortífera, no hay que señalar ninguna otra catástrofe demográfica si exceptuamos los efectos de la guerra.

En segundo lugar, un factor muy importante del descenso, el definitivo en el aumento de la esperanza de vida, fue el descenso de la mortalidad infantil. Es decir, se produce un cambio en la estructura de la mortalidad por edad con respecto a épocas anteriores. En la tabla 19 se refleja muy claramente lo que venimos describiendo: cómo los valores de la mortalidad infantil experimentan un descenso enorme.

Tabla 19: Cocientes de mortalidad de niños menores de 0 y de 1 a 4 años por cada mil nacidos. Bilbao, 1900-1935
Fuente: Registro civil: ARCB
qoq 1-4
1900199279
1910152126
1920155121
19308761
19356166

A pesar de que toda la mortalidad juvenil desciende significativamente, es la mortalidad de los niños de 1 a 4 años en particular, la que sufre una mayor disminución, y por lo tanto, la auténtica causante de la transición de la mortalidad. Este fenómeno tampoco es fácilmente explicable ya que en estos momentos no se habían experimentado avances médicos reseñables con respecto al siglo anterior. Todo lo que se puede decir es que se produjo una implicación social y médica en demostrar que la muerte de los niños no tenía que ser necesariamente considerada como inevitable. Toda la literatura médica de la época se vuelca en enseñar hábitos de higiene y cuidados para prevenir y no propagar las infecciones, así como insistir en la importancia de la lactancia materna durante los primeros años de vida con el mismo propósito. Lo cierto es que el resultado fue milagroso teniendo en cuenta los medios médicos que disponían en esas fechas.

Tabla 20: Defunciones por causa de muerte en Bilbao, 1900-1935 (%)
Fuente: Registro civil: ARCB
190019201930
Enf. Infecciosas72,1863,9947,2
Aire72,4269,167,06
Agua11,7211,315,92
Otras infecciosas15,8519,5927,01
No Infecciosas27,8136,0152,8

Estos mismos presupuestos sirvieron también para la población en general consiguiendo un cambio de patrón epidemiológico de las enfermedades. Como se ve en la tabla 20, las enfermedades infecciosas experimentaron por primera vez en la historia un retroceso que también será irreversible como causantes de la muerte entre la población. Si a principios de siglo las enfermedades de origen infeccioso suponían las dos terceras partes de las defunciones treinta años más tarde tan solo suponían la mitad de ellas. Esto evidencia claramente que eran muertes evitables y no solamente las de los niños, también la tuberculosis que afectaba sobre todo a los adultos vio su prevalencia muy reducida en esta década. Por el contrario, comenzaron a aumentar como causa de muerte todas aquellas dolencias que son tan comunes hoy en día y que tenían difícil solución con el saber médico de la época como son las cardiovasculares y los tumores que en vísperas de la guerra civil suponían básicamente la mitad de las defunciones de los adultos.

En definitiva, esta primera parte del siglo fue crucial desde el punto de vista demográfico ya que se produjeron cambios nunca antes conocidos en la historia demográfica y en donde se conseguirían logros que no tendrían marcha atrás y que sentarían las bases del transcurso demográfico futuro de la ciudad.