Poetas

Azkue, Eusebio Maria (1813-1873)

Lekeitio, 1813-1873.

El escritor vizcaíno Eusebio María Dolores Azkue, nació y murió en Lekeitio. Desde niño, vivió en Zamudio, el pueblo de su padre, quien fué durante muchos años médico en la localidad. Más tarde, realizó los estudios clásicos con los franciscanos en Bilbao, profundizando en su conocimiento de latín, filosofía, retórica y los escritores en clásicos en castellano que servirían como fuente para sus posteriores escritos. En la primera guerra carlista lucho junto al bando carlista, pero tras no reconocer el pacto de Maroto marchó a Ferrol en 1839 a realizar los estudios de náutica. Tras trabajar como piloto ejerció de profesor de náutica en Bermeo, Mundaka y Lekeitio. Se casó dos veces y tuvo doce vástagos, uno de ellos el reconocido filólogo vasco Resurrección M. Azkue.

Este poeta amante de las matemáticas escribió en Mundaka la mayoría de sus poemas, en torno al año 1860. Es probable que estando allí hubiese tenido relación con el franciscano José Antonio Uriarterekin, que residía en Bermeo. Pese a no haber datos para confirmar esa hipótesis, es necesario tener en cuenta que ambos residieron en Bermeo durante un periodo de tiempo específico, uno como profesor de náutica; el otro en el convento. Es más, en la colección de poemas en vizcaíno que realiza J. A. Uriarte como riguroso recopilador que fue, la poesía de Eusebio Azkue goza de gran presencia -y de versiones más fieles que en la publicación que realizaría su hijo R. M. Azkue-. Pese a que Eusebio Azkue es conocido en la literatura vasca como poeta, en el Cancionero Vasco de J. Manterola y publicado en 1896, no se publicaron más que un número reducido de sus poemas. Posteriormente, su hijo, el filólogo, recopilador y escritor de novelas, R. M. Azkue, publicaría sus poemas bajo el nombre neoclásico de Parnasorako bidea [El camino hacia el Parnaso]. Su hijo introdujo diversas modificaciones en la mencionada publicación, por ejemplo, en lo que concierne al orden de los versos, eliminó líneas y cambio estrofas y ortografía. Por otro lado, a la colección que reunía su obra, la obra de su padre (Eusebio Azkue) y de J. A. Uriarte la tituló Poesía Vascongada. Aunque la obra no vió luz hasta la publicación a cargo de Jon Kortazar y Miren Billelabeitia en 1987. Posteriormente, en 1990, A. Astigarraga y K. J. Bijuesca la publicaron bajo el nombre Euskerazko versoac y con la grafía original.

De acuerdo a J.B. Orpustan (1996:188) en los poemas de Azkue se refleja la educación clásica y religiosa recibida de los franciscanos. J. Kortazar (1997: 113), sin embargo, lo clasifica como un poeta de transición formado en la tradición neoclásica y con ecos de los autores del Siglo de Oro español, pues es visible su tono de irónico y pícaro. En cambio, según Astigarraga y K. Bijuesca (1990:19), es notoria la influencia del clasicismo español y la conexión con la literatura oral.

Azkue trata una temática tan amplia como su obra, siendo esta una de las más fructíferas de la literatura vasca previa al siglo XX: 121 poemas, incluyendo 17 "ciri vertsoak" o epigramas. En numerosas ocasiones, los textos se reescribían de acuerdo a nuevas lecturas que realizaba el autor, sin adscribirse nunca a un solo género. Por otro lado, pese a haber sido escritos en la mitad del siglo XIX no solo son de estilo romántico. El lirismo provocado por el amor, la libertad, la admiración que produce la Edad Media y los elementos exóticos y orientalistas que denotan una urgencia por escapar de la realidad denotan una adscripción al proyecto romántico. Pero a menudo en el desarrollo textual emergen tendencias neoclásicas. Tampoco puede obviarse la tendencia realista de corte tradicionalista, teniendo en cuenta que es común en el romanticismo la aparición de la temática popular.

Como se ha mencionado con anterioridad, además de una influencia romántica existen poemas escritos de acuerdo al molde neoclásico, que toman la mitología como tema central o como ejemplo para su desarrollo. En esta área, en la mitología, Eusebio Azkue es sin duda el poeta vasco que trata la mitología con mayor asiduidad y rigor. También es destacable como los sucesos del día a día como las preocupaciones más mundanas tienen presencia en sus poemas. Aunque a la hora de escoger los sucesos para sus poemas es posible identificar la influencia de su pensamiento ideológico.

Como ocurre en el área temática, a menudo, Azkue adoptaba dos perspectivas respecto al mundo. Respecto a lo religioso cabe destacar la imagen de Dios vengativo y como la imagen de la Virgen representa el camino a la salvación. Esto es, la parte más temible y la más amable de la religión comparten espacio en su obra. En relación a la religión Azkue se representa a través de sus textos como católico y tradicionalista, más cercano a una interpretación religiosa medieval que moderna.

Tampoco puede obviarse que la línea que separa a la religión de la política no siempre está clara en su obra. Se debe a que en su tiempo, también a raíz de las guerras carlistas, el anticlericalismo era una tendencia con pujanza en la sociedad. La postura del autor es en favor de la ortodoxia: mostrándose en defensa de las tierras del Santo Padre, como de las hermandades de frailes al ser disueltas e incluso vertiendo opiniones en contra de los masones y en contra de los que no se rigen por la fe cristiana.

En política es notoria su tendencia hacia el conservadurismo tradicional a la hora de referirse a textos históricos. Ante los cambios históricos se decanta por la mitificación del pasado (tendencia que se reproduce en el área temática), siendo de la opinión de que si el mundo cambia siempre es para mal. Así entiende el progreso como algo que conlleva liberalismo, y, por consiguiente, hipocresía y perversión. De acuerdo al autor, un ejemplo de ello es la pérdida de respeto hacia Dios y de los jóvenes hacia sus progenitores. Además, se enfrenta al auge de la burguesía (pese a que no maneja este concepto), desde un punto tradicionalista que rechaza el capitalismo que en su opinión conlleva la caída del régimen antiguo y una equidad de clases que observa como un cambio negativo. El poeta tiene una concepción de la realidad dividida entre pobres y ricos cuyo vínculo -que al mismo tiempo permite la supervivencia del sistema- es el paternalismo. Pese a ello se da cuenta de que el régimen antiguo ha realizado su recorrido. Desde esa perspectiva interpreta Azkue la historia. Además, hay que mencionar que en su pensamiento el tradicionalismo se mezcla con actitudes xenófobas dirigidas a la clase trabajadora que inmigra a la ciudad.

Aún y así en su poemas se cuela el espiritu romántico de quien escribe bajo la influencia de la inspiración. E incluso podría afirmarse que Azkue difunde un pensamiento moderno basado en el idealismo romántico que tiene a la literatura como motor de cambio de la sociedad y que incluso ve al poeta como visionario.