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AURITZ / BURGUETE

La primera dificultad con la que puede tropezarse al buscar los antecedentes históricos de esta localidad es la de su denominación diversa según los documentos. Con frecuencia recibe el nombre equívoco de Roncesvalles, designación romance más adecuada para todo el valle constituido por la cubeta receptora del río Urrobi que naciendo en las cercanías de Ibañeta desciende hacia el S. (valle de Arze). Roncesvalles sería el valle en el que se enclavan el núcleo constituido por el monasterio de su nombre, Burguete y Espinal. A su vez a la localidad de Roncesvalles u Orreaga suele llamársele simplemente el Hospital. Más cercano al nombre actual es el de Burgo de la Plana, Burgo del Llano de Roncesvalles ó, más modernamente, el Burguet de Roncesvalles (Comptos, 1476), conforme iba perdiendo importancia a la sombra de la creciente fama del monasterio y entidad de población circundante. Así es cómo el cambio de nombre refleja fielmente el eclipsamiento de lo que fue primitivo poblado cercano al Summus Pyreneus de la vía Astorga-Burdeos. A comienzos del s. XII (1101-1104) la iglesia y la limosnería de Roncesvalles fue donada por Sancho, conde del valle de Erro, al monasterio de Sainte-Foix de Conques (Aveyron), prometiendo, además, la cesión de la villa de Roncesvalles. No sabemos cómo ni por qué, avanzado el s. XII Burguete pertenecía sin embargo a un monasterio aragonés, el de Santa Cristina de Sumo Puezto (Somport) de Aspe, que lo vendió, en mayo de 1219, al prior del hospital de Roncesvalles: la iglesia que tenemos en la villa de Roncesvalles, con los diezmos, primicias y oblaciones, derechos de defunciones, todos los otros derechos, casas, posesiones, heredades, y cualquier otra cosa que en la villa de Roncesvalles (Roscidevallis) y su término tengamos... Junto con Burguete se entregaban Murillo de Lónguida y Zabalegui. Posteriormente, la penetración del poder real aflojó esta dependencia. En 1263, Lope, prior del hospital, donó la renta de la guarda de la plana de Roncesvalles a varios funcionarios reales. En 1294 la reina D.ª Juana I donó o restituyó el molino del Burgo de Roncesvalles a D.ª Navarra, vizcondesa de Baigorry casada con Brun, señor de Till. Sin embargo, los pleitos que sostienen durante siglos el burgo y el monasterio constituyen una serie tan interminable que no podría destacarse ninguno en especial (v. RONCESVALLES). En el s. XIV había ya en la localidad uno o dos albergues para los peregrinos que no querían repostar en el hospital cercano. En 1501 el rey tenía en Burguete derecho de bailío, a la mitad del molino harinero, al peaje que había otorgado al señor de Agramont (1329), a los cuarteres correspondientes a 45 fuegos y a la alcabala que suponía entonces la suma de 45 florines. El s. XVI se inauguza en Euskalerria con un violento recrudecimiento de persecución de prácticas no cristianas. 4 años después del intento de reconquista de Nav. de 1521, Burguete protagoniza [1525] un proceso de brujería en el que intervino el licenciado Balanza. Figuraban procesados de Valcarlos y de Roncesvalles. De Valcarlos estaban Graciana de Esnoz, María del Caballo Blanco, María la Abadesa, Graciana de Ceztau, un tal Martín y algún otro. De Roncesvalles Miquella del Burgo y María de Garralda. Hechas las oportunas averiguaciones no se encontraron vestigios de actividades brujeriles. Los acusados, por su parte, declararon haberse dedicado a diversas prácticas ocultas. De entrada se les embargó a los encartados todos sus bienes. No se conoce la sentencia definitiva, pero consta que se quemó 8 varias brujas. En el año 1575 se ve envuelto Burguete en un nuevo proceso de brujería. Aparecen encausados en esta ocasión Miguel de Añoa, Domingo de Bursóriz, Graciana de Loizu, María de Eyalar, Juana Martiz y alguno más. Varios testigos declararon en contra de los acusados, achacándoles toda clase de hechizos y brujerías. El tribunal condenó a Graciana de Loizu a diez años de destierro del reino de Nav., absolviendo a los demás encartados. En 1576 la justicia de Nav. procedió a diversas detenciones de mujeres acusadas del delito de brujería, principalmente en Baztán y en Burgui; 34 de ellas fueron conducidas a Logroño y las 60 restantes quedaron en las prisiones de Pamplona hasta que el Santo Oficio sobreseyó a todas. En el mes de junio de 1572 la localidad fue destruida casi por completo por un incendio, por lo que pidió exención de cuarteles y alcabales, cosa que al fin consiguió durante diez años. Aprovechando la dramática circunstancia, el virrey de Nav. envió al ingeniero militar Fratín, autor de la Ciudadela de Pamplona, para que aconsejara a los vecinos en la reconstrucción de la villa y orientara ésta hacia fines defensivos, ya que desde la partición del reino (1512) había quedado Burguete en la nueva frontera del estado francés con el español enzarzados en frecuentes luchas después de las tentativas de reconquista por los legítimos monarcas navarros. En 1637 visitó la villa el ingeniero Teixeira que levantó planos defensivos de Burguete y alrededores. También, con los mismos fines, se colocó un pequeño destacamento con carácter de permanente, desde el s. XVI al XIX, al mando de un capitán gobernador. El 20 de marzo de 1684, estando en estado de guerra Francia y España, penetraron por Ibañeta 7.000 infantes y 4.000 de a caballo al mando del mariscal de Bellefons. Entraron las tropas francesas ocupando Roncesvalles y Burguete sin encontrar resistencia, pero se volvieron, ya que la operación era para distraer la invasión de Cataluña. Nuevamente sé ensañó el fuego sobre la villa en 1780, destruyendo 15 casas, pero cuando verdaderamente la desgracia se encarniza es durante la guerra de la Convención en la que quedaron arrasadas o arruinadas la casi totalidad de sus 43 casas. Al iniciarse las hostilidades, el general Ventura Caro acude a Burguete el 31 de mayo de 1793, con el fin de alejar a las tropas francesas de las fronteras de Nav. Tras meses de indecisión, los revolucionarios reaccionan e invaden a su vez Nav. El 15 de agosto de 1794 las tropas españolas incendian Burguete antes de retirarse, a fin de que las francesas no encuentren víveres. La fortaleza de la villa fue incendiada también en 1810. Hallábase en ella un destacamento de 100 soldados franceses. Gregorio Cruchaga, líder roncalés de la guerrilla antinapoleónica, dirigió el ataque culminado por el éxito y la desbandada francesa. Durante el levantamiento de 1821-1823 hubo partidas en las cercanías de la villa; una de ellas, la de Pouso, fue derrotada por el coronel Fermín Salcedo que entró luego en Burguete, en marzo de 1823. En cumplimiento de la ley de desamortización del I de mayo de 1855 se vendió en esta localidad, en 1862, una taberna. El 26 de febrero de 1876 llegaba a Burguete Don Carlos VII, pretendiente carlista derrotado tras 5 años de guerra. Le seguían su Cuartel General y los últimos batallones leales. El país se hallaba ocupado ya en su totalidad por el General Martínez Campos y sólo quedaba este valle y el de Valcarlos para pasar a Francia. A última hora la situación se agravó, ya que las tropas de artillería se sublevaron en Roncesvalles cortando el paso al resto, mientras que las gubernamentales los embolsaban por el S., E. y O. En espera de que el día despuntara, Don Carlos se hospedó en la casa llamada Txiki-Polit. A la mañana siguiente lograba reducir incruentamente a los de Roncesvalles y pasar el puente de Arneguy donde, tras una parada militar, pronunció su histórico Volveré! y se acogió al asilo de las autoridades francesas. Ya entrado el s. XX registra la villa otro incendio, esta vez en 1910 con un balance de 12 casas destruidas.