Biografías

Iradier Bulfy, Manuel

Explorador vasco, nacido en Vitoria en 1854. Murió en Balsain (Segovia) el 19 de agosto de 1911.

Cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid. Con motivo de la guerra carlista vino a España el famoso explorador Henry Stanley como periodista de dicha contienda. Iradier aprovecha la oportunidad para

exponerle sus planes de exploración, los cuales reciben el beneplácito del insigne explorador, si bien le pareció una empresa demasiado ambiciosa y, sobre todo, irrealizable desde el punto de vista económico. En 1869 fundó, para la exploración y civilización del Africa Central, una sociedad denominada La Exploradora.

Constituída en un principio por sólo 23 miembros, poco a poco fue creciendo. En 1879 somete a la misma un plan de exploración de las regiones desconocidas del África y un estudio e itinerario de viaje desde el Cabo de Buena Esperanza a Trípoli. Ambos estudios fueron aprobados con gran entusiasmo. Cinco años más tarde (8 de enero de 1875) salía de Cádiz en su primer viaje de exploración. Su aventura concluyó en junio de 1877, tras haber recorrido aproximadamente 1.876 kilómetros en 834 días que duró su salida. A su vuelta hace públicos en periódicos y revistas diversos pormenores de la misma. Se le nombra correspondiente de la Real Academia de la Historia.

Su espíritu de iniciativa le hizo concebir el proyecto de constitución en Vitoria-Gasteiz de una compañía anónima para construir y mantener grandes depósitos comerciales. Redactó tres interesantes proyectos sobre las líneas férreas de Vitoria-Gasteiz a Estella - Lizarra y a Durango, y de una ruta mixta férrea y de carretera a Llodio, que no merecieron el apoyo oficial. Nuevamente hizo resurgir La Exploradora, que había decaído desde su ausencia, quedando formalizada el 17 de noviembre de 1879, bajo el lema: "El porvenir de España está en África y la gloria de Euskaria es que sus hijos la exploren". Este mismo año presentó un plan para llevar a cabo un viaje al Centro de África. Aunque se tuvo en consideración este plan, la falta de medios y de apoyo por parte del Gobierno central, hizo imposible tal empresa. Finalmente, el 1 de agosto de 1884, partiría la segunda expedición.

El retardo en los preparativos fue la causa de que tanto franceses como alemanes se adelantaran en la empresa. En esta salida se anexionaron 13.300 kilómetros cuadrados. Ambas expediciones se llevaron a cabo en zonas próximas al río Muni, en la zona oeste de África. Después de este segundo viaje figuró como empleado de una Compañía de Ferrocarriles Anglo-Vasco-Navarros. Inventó una caja tipográfica para composición, cuya patente al no recibir apoyo, vendió a la casa Gans, de Berlín (v. Velasco, V.: El invento de un vascongado (la imprenta de Iradier), en la revista "Euskal Erria", 1895, XXXII, pp. 435-439). Igualmente creó un modelo de contador automático de agua, adoptado en Bilbao y otras localidades con notable éxito. Descubrió un accesorio para la fotografía, ensayando en los establecimientos oficiales de varios países, sin que en algunos de ellos se nombrara siquiera al autor.

Construyó un fototaquímetro, más perfeccionado que los modelos extranjeros entonces en uso. Investigó el movimiento oscilante en la llanura del Zadorra, así como el de una atmósfera lunar enrarecida, e hizo varios análisis espectroscópicos. Durante diversas épocas de su vida tuvo intensas preocupaciones astronómicas, sosteniendo una interesante correspondencia con Flammarión. Entre sus trabajos astronómicos destacan las investigaciones sobre los cambios en las topografías lunar y venusiana. A partir de 1901 residió en Madrid, ocupando el puesto de gerente de una compañía maderera. Murió olvidado en Balsain (Segovia) el 19 de agosto de 1911. El ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, en sesión del 15 de septiembre del mismo año, decidió trasladar sus restos a su ciudad natal y que se diese el nombre de Manuel Iradier a una calle de la ciudad. Sería Ramiro de Maeztu, bajo la dictadura del general Primo de Rivera, quien emprendiera una campaña de reivindicación y reparación de la figura del ilustre vitoriano. Por su parte José María Cordero Torres escribirá: "Los viajes de Iradier se realizaron bajo un doble signo: el científico y el patriótico.

Quiso el ilustre vitoriano rendir culto a la ciencia predicando con el ejemplo y lo consiguió. Los datos científicos que acumuló, y que figuran extractados en el tomo II de su África Tropical, poseen un valor considerable a los sesenta años de haberse recogido. Iradier, prodigioso espíritu de hombre de ciencia, abierto a todas las disciplinas, con todas las ventajas e inconvenientes del autodidacta, estudió el clima, la fauna y la flora, la geología, el alma indígena a través de su folklore: música, arte, religión, organización tribal..." (ver Iradier, pp. 32-33). Publicó las dos obras siguientes: África. Fragmentos de un Diario de Viajes de exploración en la zona de Corisco, Madrid, 1878; África. Viajes y trabajos de la Asociación Euskara La Exploradora. Reconocimiento de la zona ecuatorial de Africa en las costas de Occidente..., Vitoria, 1887, 2 volúmenes. Colaboró también en diversas revistas: "Revista de las Provincias Euskaras" (1878 y 1879); "Euskal Erria" (1884); "Revista de Vizcaya" (1887); "Ilustración de Alava" (1886); "Revista del Antiguo Reino de Navarra" (1888). Vitoria-Gasteiz le dedicó la calle que formó parte de la del "Molinacho" -por el pequeño molino que en su lugar hubo-, y que también se llamó algún tiempo del Mediodía, y últimamente calle del Sur, nombre que ostentó desde el año 1880 hasta que recibió el actual en 1916. En la denominación que hoy lleva se quiso recordar la memoria del insigne explorador vitoriano, perpetuada después también en la placa que recuerda la casa en que nació y en el monumento que le fue erigido en una de las entradas al parque de "La Florida" al conmemorarse el centenario de su nacimiento, en 1956.

Ref. Cordero Torres, José María: Iradier, Madrid, 1944; Díaz-Pines, O.: Iradier, Madrid, 1956; Jon Bilbao: Bibliografía, "Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco".