Literatos

Adéma, Gratien

Zaldubi. Senpere, 1828-Baiona, 1907.

Gratien Adéma Goyeneche "Zaldubi" nació en Senpere (Lapurdi), el 14 de abril de 1828. Su madre era oriunda del lugar y su padre de origen y ascendencia gascona. Tras realizar los estudios básicos en su localidad natal, marchó al Seminario de Larresoro, donde conoció a uno de los escritores vascos más célebres del siglo XIX: Jean Baptiste Elizanburu. Los primeros textos originales y traducidos de Zaldubi datan, precisamente, de aquella época. Una vez finalizados los estudios de Larresoro, cada uno de los amigos tomó un camino: Elizanburu se alistó en la armada y Zaldubi prefirió continuar por la senda religiosa.

De Larresoro viajó al Seminario de Baiona y se ordenó sacerdote en la capital labortana en 1853, tras lo cual regresó a Larresoro como profesor. En 1854, por otra parte, fue nombrado vicario coadjutor de Hazparne. Se trata de un cargo de no poca relevancia, teniendo en cuenta que Hazparne era ya entonces uno de los principales pueblos de Ipar Euskal Herria, por no decir el principal. De Hazparne viajó a la Baja Navarra en 1860, cuando le fue otorgado el cargo de párroco de Bidarrai. Doce años después fue nombrado párroco de Atharratze, ya en tierras suletinas. En 1890, finalmente, fue nombrado canónigo de la catedral de Baiona, donde residió hasta sus últimos días en 1907.

Zaldubi tenía gran apego por Euskal Herria y la lengua y la cultura vascas, y se mostró favorable a tender puentes entre los habitantes al sur y al norte del Bidasoa. Asimismo, fue partidario de la creación de una academia de la lengua vasca. Como señala Villasante, "Se sentía identificado con todo lo vasco: lengua, deportes, música". Tuvo relaciones fluidas con diversos hombres de la cultura de los territorios al sur del Bidasoa, y en 1902 se encargó de moderar la reunión para la unificación del eusquera celebrada en Hondarribia. Es conocido que dicha reunión estuvo plagada de altercados y que los representantes de Ipar Euskal Herria allí reunidos abandonaron la misma ante los excesos protagonizados por los defensores de las tesis aranistas. Hubo quien incluso llegó a reprochar a Zaldubi el no haber cumplido debidamente con su papel de moderador.

Con el paso de los años la salud de Zaldubi empeoró, y comenzó a ir asiduamente a los balnearios de Aldude, lugar en el que residía el médico y escritor Jean Etxepare.

Antes de hablar sobre la producción literaria del de Senpere, conviene mencionar que también publicó algún que otro texto sobre el eusquera. Se mostró intrigado por el origen de la lengua vasca en más de una ocasión, y en un artículo de Semaine de Bayonne comparó algunas supuestas semejanzas entre la lengua vasca y la japonesa.

Si bien es cierto que algún investigador ha señalado que Adéma comenzó a escribir tarde, a día de hoy sabemos que sus primeros textos datan de la primera estancia en Larresoro. Se trata de textos escritos tanto por él mismo como con la ayuda de Elizanburu. Existen algunos cuadernos muy bien cuidados donde aparecen algunos escritos del de Senpere. Por ejemplo, los poemas "Marin eta Kattalin" [=Martin y Kattalin] y "Pilotariak" [=Los jugadores de pelota] datan de 1851 y 1857, respectivamente. Sin embargo, como se ha señalado anteriormente, no todos los textos de dicha época son originales: está por estudiar más concienzudamente los textos de Zaldubi para clasificarlos definitivamente, pero es sabido que junto a los textos producidos entonces, existen algunas traducciones y adaptaciones de otros textos (los de las fábulas de La Fontaine, por ejemplo). También puede afirmarse que Zaldubi transcribió en sus cuadernos algunos textos de Camoussarry.

El nombre de Zaldubi, desde el punto de vista literario, está estrechamente unido a los Juegos Florales de D'Abaddie, y es que tomó como costumbre presentar sus trabajos en verso bajo diferentes pseudónimos (Hergaraya, Senpertarra y Uxalegy, por ejemplo). En 1873, finalmente, obtuvo el primer premio con las fábulas "Bildotsa eta otsoa" [=El cordero y el lobo] y "Belea eta Axeria" [=El cuervo y el zorro], presentadas bajo el nombre "Zaldubi Artzain Beltcha". Se trata de dos adaptaciones de fábulas de La Fontaine, y una vez ganado el premio, decidió mantener el pseudónimo "Zaldubi" para sus siguientes textos.

En la década de 1880 publicó esas dos fábulas y algunas otras en la revista Revue des Basses-Pyrénées et des Landes, y su fama se agrandó de forma considerable. Además, comenzó a colaborar en la revista Eskualduna que dirigía Jean Hiriart-Urruty.

De todas formas, Zaldubi escribió algo más que fábulas. Luis Villasante hizo una clasificación cuádruple de los trabajos del labortano: textos religiosos, fábulas, textos profanos y textos patrióticos.

Escribió mucho sobre religión, tanto en verso como en prosa. Son dignos de mención trabajos como Lourdesen eta Betharramen Escual Herritik pelegri cirenen orhoitzapena (1875) [=Recuerdos de los peregrinos vascos en Lourdes y Betharram] y Escualdun pelegrinaren bidaltzailea (1877) [=Guía del peregrino vasco). Es autor, asimismo, de numerosos cánticos religiosos que aún pueden escucharse en las iglesias de Ipar Euskal Herria, composiciones que creó y enseñó empleando, principalmente, melodías populares (logrando así un aprendizaje más fácil). Como han señalado varios investigadores, la letra sucumbe a la melodía en las composiciones de Zaldubi.

En 1899 apareció el artículo "Art Poétique Basque" [=Arte poético vasco] en la revista Eskualduna, cuyo contenido resumió Patxi Salaberri en unas pocas líneas (la traducción es nuestra):

"Se trata de un arte poético presentado en forma de sistema artístico de la poesía vasca, que busca ser preceptivo (...) junto a las reglas de la poesía popular vascas, también aparecen muestras no tan tradicionales, al parecer, creadas o sistematizadas por el propio Zaldubi. Es reseñable, de todas formas, el empleo de algunos conceptos poéticos" (2002: 184).

En cuanto a las corrientes literarias, teniendo en cuenta la totalidad de la producción de Adéma, no puede decirse que se trate de un escritor moderno: sus textos son principalmente fábulas, mayoritariamente de corte religioso, y empleó moldes clásicos (su favorito era el de 4 puntos). Sin embargo, como señala Salaberri, ello no quiere decir que Zaldubi no introdujera algunas innovaciones métricas y algunos juegos rítmicos.

Junto a las fábulas, Zaldubi también publicó algunas otras composiciones poéticas, principalmente patrióticas y burlescas (sobre la república). El labortano falleció mientras preparaba un poemario. Algunas de las canciones compuestas por Zaldubi han llegado hasta nuestros días: hablamos de textos como el conocido con los nombres "Zazpi Eskual Herriek" [=Los siete pueblos vascos], "Gauden gu Euskaldun" [=Seamos euskaldunes] y "Agur eta ohore Eskual Herriari" [=Saludo y honores a Euskal Herria].

Se trata de textos compuestos con elementos que gozaban de gran viveza tanto al sur como al norte del Bidasoa, en los sectores nacionalistas vascos del siglo XIX: la unidad de Euskal Herria, el eusquera como la lengua de los vascos, el lugar de la religión en lo vasco, símbolos como el roble, etcétera. Así resumió Aldekoa la importancia del texto "Zazpi Eskual Herriek": "el poema "Zazpi Eskual Herriek", de G. Adéma, logró una formulación más acabada [del lema Zazpiak-bat], y alcanzó, ya bajo influencia nacionalista, una popularidad que ha llegado hasta nuestros días" (2004: 99).

Dichos versos muestran la gran habilidad lingüística de Zaldubi: "Zaldubi es un versificador concreto, da los versos medidos a la perfección y, para lograr dicho número limitado de sílabas acude a los dialectos vascos que conoce. En algunos casos acorta o alarga las palabras, y llega a formular nuevos términos" (Bengoetxea 1990: 11-12). El labortano tuvo muy presentes el ritmo y la musicalidad de los textos, y aun en sus textos más conservadores, los versos no pierden frescor alguno.