Arquitectura

Parroquia de la Inmaculada. Artozqui

La parroquia de la Inmaculada de Artozqui se construye a comienzos del siglo XIII siguiendo una tipología muy extendida en el románico tardío rural de Navarra, pero ve transformado su aspecto por las reformas posteriores.

Consta de una nave de cuatro tramos y cabecera recta, con capillas laterales a la altura del crucero, cuyo origen pudo ser medieval pero se encuentran muy reformadas. La cubierta es de bóveda de cañón enlucida con arcos fajones primitivos de medio punto, salvo en el coro que es apuntado. Todos descansan sobre ménsulas lobuladas. En el sotocoro, y por el lado del Evangelio, se abre una pequeña capilla cubierta con medio cañón y a la que se accede a través de un arco de medio punto. A los pies se levanta un moderno coro de madera. El único vano antiguo es el de medio punto abocinado de la cabecera.

Al exterior se muestran los muros de sillar menudo reforzados por cuatro contrafuertes laterales que marca los tramos de la nave. La puerta de acceso, situada en el segundo tramo del lado de la Epístola, es un sencillo arco de medio punto, de la época de la construcción de la iglesia, recorrido por una moldura exterior, algo rehecha, que apoya en imposta y ménsulas respectivamente. Ante la puerta se sitúa un pórtico adintelado sobre pilares y a los pies se alza la torre medieval, con cuerpo prismático sobre la nave, con vanos en lo alto para las campanas. En la parte del Presbiterio se encuentra un hueco abierto en el muro que pudo corresponder a un sagrario medieval, del que no se conserva la reja.

En la cabecera, en el Presbiterio, se veneran varias imágenes: un Crucificado de la primera mitad del siglo XVII, una Inmaculada de segunda mitad del siglo XVIII, rococó pero poco favorecida por el repinte, un San José con el Niño, barroco popular y una tosca talla de Santa Lucía que parece reaprovechar una figura sedente, quizás del siglo XVI.

En el lado de la Epístola se localiza otro Crucificado sin policromía, de la primera mitad del siglo XVII.

La sacristía conserva varias imágenes, entre las que destacan una Virgen y San Juan de la primera mitad del siglo XVII que pudieron formar parte de un calvario con el Crucificado colocado actualmente en lado de la Epístola. Se guarda también otro Crucificado barroco (46 x 42), un Niño Jesús de la primera mitad del siglo XVIII y una Dolorosa de candelero del siglo XIX.

Además la Sacristía conserva también dos cálices de plata, uno de ellos recompuesto con una parte gótica con la base circular, ya renacentista, decorada a buril de cintas que rodean una cruz. En la copa lleva la marca del maestro Johan en caracteres góticos. El otro cáliz es de estilo gótico, sin decoración y con las marcas de E/LOPEZ, PP coronadas y 96 que indican el autor, la localidad y el año, 1796. Se conserva también un hostiario de plata con forma de sencilla caja cilíndrica, lisa, con remate de bola, tipología que arraigó en el siglo XVI pero continúa también en el XVII. En el reverso de la base lleva la marca ILA. Por último destacar la presencia del relicario de San José y un portapaz, ambos fechados ya en el siglo XIX.

También digna de reseña es una Cruz procesional procedente de Artozqui donde llegó desde Lacabe y que se conserva actualmente en las dependencias del Museo Diocesano de Pamplona y que data de comienzos del siglo XVI, arreglada a finales de ese mismo siglo.