Concepto

Zaragi mutilak edo plaza mutilak

Durante la etapa juvenil, como se indica al hablar de las asociaciones de mocería, la conciencia social está muy acentuada, acrecentándose la participación activa en grupos y la lealtad o unidad grupal.

Las características de estos grupos juveniles de amistad son variables en el número y en las categorías físicas y sociales de sus componentes, la duración puede ser de relativa permanencia, sus interrelaciones personales sedentarias son frecuentes, y su finalidad se concreta en diversas funciones manifiestas (diversión, amistad, cooperación...) y latentes (socialización informal). Este proceso de socialización, puede venir por la internalización de los valores e ideales del mismo grupo de pertenencia o por la adquisición de los de otro grupo de referencia, consistiendo en un proceso por medio del cual, el individuo internaliza valores socioculturales de su entorno y que a su vez, adaptan o configuran la propia personalidad a las necesidades colectivas y del hábitat. Todo este proceso de socialización, necesita de un conjunto de medios para procurar la identificación social de los componentes a las pautas, normas y valores de una sociedad, que están basados en el control social.

La existencia de agrupaciones juveniles (en torno al género y en ocasiones, asociados a rituales iniciáticos) son o han sido habituales en las culturas más dispares y de modo particular, han sido objeto de estudio preferente en las culturas tradicionales de Europa. La categoría de los jóvenes, se presentaba en dicho contexto geográfico con una serie de aspectos comunes que pasamos a enumerar: se organizaban en grupos de edad e incluso, entre ellos, se establecían niveles de pertenencia según la edad; eran colectivos separados por el sexo y aunque solían tener relación social cordial, los grupos eran excluyentes; ambos sexos se constituían en un marco físico o geográfico concreto; poseían normas de carácter consuetudinario, rituales o costumbres y libertades comunitarias que se les otorgaba; establecían relaciones de cooperación o rivalidad, dentro y fuera de la comunidad; se sometían a un intenso aprendizaje (paso de la infancia a la edad adulta) de las formas sociales establecidas; por sus capacidades físicas y de plenitud general, se les confería funciones de defensa colectiva, trabajos comunales, control social y regeneración de nuevos miembros para la colectividad.

En definitiva, la presente voz se refiere a los grupos de edad y en concreto a las asociaciones de jóvenes solteros o de mocedad que estaban constituidos en grupos informales y de iguales, semi-instituidas y actuaban como grupos cuasitotales en el marco del barrio (auzo) o municipio. En el marco de nuestro ámbito cultural, aparecen fuertemente estructurados y con denominaciones tan variopintas como "lagun artea", "quintos" o "quintas", "los mozos" o "las mozas", "sociedad", "mutil ardua", "mutil kuadrile", "zaragiek", "eskotekoak", etc. Periodo que duraba, en muchas ocasiones, hasta el momento que contraían matrimonio (los casados en el año o "ezkon berriak" todavía se les solía erigir en jefes de juventud ) o fruto de esa relación, tenían el primer nacimiento.

Dentro de este contexto histórico-cultural, se encuadran los extintos datos obtenidos mediante una ardua investigación de campo y que a continuación vamos a recapitular:

A los componentes de estas agrupaciones, en la merindad de Busturia (Bizkaia), se les denominaba zaragi mutilek (los mozos del pellejo de vino) y donde podemos deducir, cierta relación en la forma y funciones con los grupos de eskota. Estos últimos, hace unos años, eran habituales en ciertas localidades y barrios de la merindad de Uribe (Meñaka, Munguia, Arrieta, Larrauri, Emerando, etc.) y Durangaldea (en sus fiestas de ermita), donde en agrupación de juventud (denominados de eskota edo eskotekoak) se encargaban de comprar un pellejo de vino e invitar a la vecindad.

Las localidades que conocieron en sus fiestas patronales, antes de su desaparición con la Guerra Civil, dichas agrupaciones de "zaragi mutilek" fueron Ajangiz, Arratzu, Ereño, Errigoiti, Forua, Gorozika, Lumo, Ibarruri, Kortezubi, Mendata, Munitibar, Murueta, Muxika y Nabarniz. Entre las diversas asociaciones juveniles de cada barrio o pueblo existía una relación de buena vecindad. Todos los jóvenes asociados eran muchachos solteros que entraban en la asociación hacia los 16 ó 18 años (cuando estrenaban sus primeros pantalones largos) y salían de la misma, al contraer matrimonio o por fallecimiento (es el caso de los solterones o mutil zahar).

Dos jóvenes eran los representantes juveniles y a los que denominaban "plaza mutilek" (los chicos de la plaza). Este cargo duraba un año y se le atribuían ciertas funciones específicas (cuidar del desarrollo festivo, organizar actividades, relacionarse con las autoridades, administrar fondos, etc.).

Con motivo de las fiestas patronales de la localidad o barrio, esta organización juvenil celebraba una reunión previa donde acordaban la compra de un pellejo de vino, el pago "a escote" de los gastos festivos, organización de otros actos (músicos, colectas, etc.), la admisión de nuevos miembros y la elección o renovación de cargos. Curiosamente el sistema de elección del Fiel Regidor en Bizkaia, presentaba una estrecha relación con los sistemas utilizados (sufragio universal, nombramiento del saliente al entrante, sorteo, rotación del cargo por barrios o caseríos y propietarios recién casados) para elegir los representantes juveniles y algo similar, sucedía con muchas de las funciones atribuidas.

La víspera de fiestas al anochecer, los jóvenes de la asociación trasladaban con gran regocijo el pellejo de vino (zagi o zaragi) que habían comprado "a escote" en alguna localidad vecina. Este pellejo acostumbraban guardarlo durante las fiestas en el camarote (ganbara) del ayuntamiento, en un espacio contiguo a la ermita o a la iglesia, en alguna taberna o casa particular, o en el horno (labea) de un caserío. Para terminar con una cena en común, basada, generalmente, en bacalao y donde se consumía parte del vino festivo.

El día de la fiesta por la mañana, se celebraba una misa en honor al patrono y posteriormente, se organizaban los típicos festejos matinales. Ya por la tarde, reunidos los "zaragi mutil" de las diversas barriadas y pueblos de los alrededores, se procedía a celebrar el baile a los sones del tamborilero municipal.

A modo de inciso, indicar que antes de la popularización del baile "a lo suelto" (jota o fandango y arin arin) y "a lo agarra(d)o" (pasodobles, vals...) fue costumbre habitual, en las tardes de los domingos y fiestas, el divertirse mediante la ejecución de sucesivas "Soka dantzak" o "Aurreskus".

En la plaza pública o frente a la ermita, los "zaragi mutil" locales iniciaban las "Erregelak" (Las reglas) o Aurresku de Anteiglesia. La siguiente "Soka dantza" la sacarían los "zaragi mutil" de otra localidad que, previamente, la hubiesen solicitado a los "plaza mutil" o a la autoridad municipal y así sucesivamente, según acuerdo consuetudinario, se trataba de conseguir buena armonía entre la juventud de la zona. En muchas de las fiestas de los pueblos de Euskal Herria, a la hora de realizar una "Soka dantza" se manifestaban estas invitaciones recíprocas o sucesiones entre los grupos sexuales, grupos de edad, barrios o localidades. Esto se puede constatar, en tierras del Duranguesado (Garai, Berriz...), las descritas en Gipuzkoa por Iztueta (Gizon dantza, Gazte dantza, Etxe Andre dantza, Galaien esku dantza o Neskatxeen esku dantza) o en el "Iantza luze" entre los distintos barrios de Luzaide.

Esta modalidad de "Erregelak", en la actualidad, sigue vigente en algunas localidades de la merindad del Duranguesado (Garai, Berriz, Iurreta...) y al parecer, tuvieron su extensión y variante en la zona de Gernika. Referente al tema, D. Segundo de Olaeta indica como más antigua la versión de los alrededores de Gernika (aunque dice que los de Berriz, bailan la mayoría a ritmo de 5/8 y le pudieron imprimir su propia personalidad) ya que coincide el ritmo continuado de 2/4 de la danza con una "soinu zaharra" recogida por Iztueta bajo la denominación de "San Sebastián" (ésta coincide, en cierta medida, también en la letra). En Berriz, los ancianos al cantar con su letra "Erregelak" usaban la melodía de los pueblos cercanos a Gernika. Azkue, al referirse al "Aurresku" señala: "El zortziko, que ahora se toca al principio, antes se tocaba al fin, cuando el aurresku y atzesku bailaban la danza llamada pelea de gallos (oilarruzka). La primera pieza (que hace unos ochenta años se tocaba y hoy debiera tocarse donde quiera) es la música de "Ardoak parau gaitu dantzari"". Y la considera como más antigua que el "Aurresku" conocido en su época, señalando que dicha melodía en Gipuzkoa la tenían como propia de Bizkaia.

Referente a este antiguo (se remonta a principios del XIX o incluso al XVIII) y olvidado "Aurresku" de Anteiglesia o "Erregelak", indicar que su extensión se presenta sobre ambas vertientes del Oiz (Durangaldea y Busturialdea). Buena parte de su labor de mantenimiento (en ambas zonas) corrió a cargo de la dinastía de los "Patxiko" de Berriz. Por otro lado, nos encontramos que los agentes de su mantenimiento musical se centra en una serie de "txistularis" letrados o iletrados y un grupo de antiguos "dantzariak" o "aurreskulariak" que recuerdan la melodía o la asocian con la letra. Todo ello, ha contribuido, en buena parte, a su diversificación paulatina o simplemente, a su deterioro a lo largo del tiempo.

Acabada la realización de cada "Aurresku"o "Erregelak" por los jóvenes de un determinado barrio o municipio, subían al desván junto con las chicas que habían sido invitadas a la "Soka dantza" y tomaban un trago de vino del pellejo (generalmente, a las mozas se les ofrecía el vino rebajado con agua y azúcar) que servían los "plaza mutil". El mismo vino era repartido por ellos, mediante unas jarras (pitxar) y consumido por los asistentes o público en general.

De esta forma tan sencilla y alegre, los habitantes de Busturialdea, celebraban la festiva mañana y tarde patronal, así como su octava o repetición. Estas jornadas de fiesta y sus bailes predisponían a posibles noviazgos, relaciones de buena vecindad entre la juventud de diferentes comunidades (en ocasiones, contrariamente, se suscitaban rivalidades), relaciones de la asociación juvenil con autoridades y notables (locales o interlocales) o al cumplimiento de un papel social por la juventud (funcionando como especie de comisión de fiestas y a modo de representantes festivos de la colectividad).

A su vez, como se ha indicado, estas asociaciones juveniles tenían como función la socialización de sus componentes. Durante el ciclo de edad y con orden al sexo, se van configurando progresivamente las futuras funciones de los jóvenes en el seno de la sociedad rural. Los mozos son preparados en función de su participación activa en la vida familiar, social y laboral de la comunidad. Mientras, a las mozas se las tutela para la responsabilidad en las faenas propias de la "etxeko andre" en la casa, crianza y educación de los hijos, y mantenimiento de las funciones rituales o religioso - domésticas.

El grupo de jóvenes en el ámbito manifiesto es una agrupación de carácter social (organizaban las fiestas , controlaban las posibles desviaciones, eran vigilados y asesorados por los adultos) y a nivel latente propicia el paso a la categoría de los casados (relación entre jóvenes de ambos sexos y matrimonios, necesarios para el grupo social en cuanto a matrimonio fecundo).

Grupo de edad que se encarga del control social y de salvaguardar o definir los límites espaciales del grupo social. Estas asociaciones de jóvenes, establecían relaciones de buena vecindad o rivalidad con otras mocerías de localidades cercanas. Así como relaciones de cordialidad con las autoridades locales o personas relevantes del pueblo.

En definitiva, todo ello nos da una idea de las características, sistemas de organización, normativas, funciones y el entorno de las asociaciones de mozos en las sociedades tradicionales.