Cinematográficas

Los crímenes de Oxford

Coproducción fechada en 2008 de Eurimages, La Fabrique de Films, Telecinco Cinema y Tornasol Films. Segundo proyecto internacional de Alex de la Iglesia tras la aventura de Perdita Durango (1997) y octava película de largo metraje en su filmografía.

El cineasta bilbaíno logró involucrar en esta cinta rodada en inglés a dos actores consagrados del panorama internacional, John Hurt -Yo, Claudio, El expreso de medianoche, El hombre elefante o 1984- y Elijah Wood -saga de El señor de los anillos o Sin City-.

La película está basada en el libro Los crímenes de Oxford de Guillermo Martínez. La trama arranca con la llegada a Oxford de Martin (Elijah Wood), un joven estudiante que quiere hacer su tesis doctoral con el afamado matemático Arthur Seldom (John Hurt). Tras un desencuentro inicial entre los dos protagonistas el asesinato de la casera de Martin, una anciana vinculada por lazos del pasado a Seldom, une a los dos hombres en la búsqueda de un asesino que deja tras sus crímenes unos códigos matemáticos que Seldom y Martín deberán descifrar. La investigación policial de este thriller va acompañada de profundas discusiones matemáticas y filosóficas. Mientras Martin se afana en buscar al asesino Seldom va más allá y se aferra al sinsentido existencial ya que, según su planteamiento lógico, es imposible acceder a la realidad. "Hay un abismo entre lo verdadero y lo demostrable", llega a afirma Seldom. Además se produce en el film una dura pugna por vivir la vida o centrarse tan sólo en la reflexión. Lorna (Leonor Watling) es en esa encrucijada una figura clave. En su tiempo fue amante de Seldom y ahora vive un romance con Martin. Cuando Martin y Seldom viajan juntos en el autobús y ven a Lorna en la acera Martin abandona el vehículo para fundirse en un beso con ella. Seldom contempla la escena derrotado. Es consciente de que ya no puede vivir la vida, sólo puede observar y reflexionar. Curiosamente, después, en el aeropuerto, Martin, a punto de tomar un avión como un simple turista para disfrutar del amor con Lorna olvidando misterios y crímenes, comprende, a punto de embarcar, que Seldom le ha engañado. Atrapado de nuevo en el laberinto de la investigación criminal deja partir a la chica quedando envuelto en la misma tela de araña que retiene a Seldom.

Película compleja, cargada de poder visual y con una ambientación exquisita del mundo universitario de Oxford tiene momentos cinematográficos soberbios. El ya comentado instante de John Hurt asumiendo su derrota, por ejemplo. El gran actor británico conmueve con una interpretación sublime, soportando con maestría y entereza un primer plano. O el largo plano secuencia en el que la cámara, tras adentrarse en una librería, se cruza con distintos personajes por las calles de Oxford para dar con Martin y seguirle hasta su casa. La cámara finalmente deja a Martin y penetra como un pájaro por la ventana para descubrir el cadáver de la primera víctima del film. Es indudablemente un largometraje alejado del universo de Alex de la Iglesia aunque no faltan detalles que se adaptan como un guante a su peculiar universo creativo. Como Kalman, el alumno de Seldom obsesionado con las series lógicas atrapado en una "vorágine de números sin sentido". Con los huesos carcomidos por el cáncer, con las piernas amputadas, enloquecido, capaz de lobotomizarse a sí mismo con una pistola de clavos aplicada en la frente en su búsqueda del pensamiento puro, este personaje es uno de los hallazgos de la película y su misión obsesiva le acerca peligrosamente al padre Berriartua de El día de la bestia (1995), una de las grandes películas del director vasco.

Los densos diálogos presentaban serias dificultades de resolución cinematográfica. Hay citas del Tractatus Logicus Filosoficus de Ludwig Wittgenstein y a lo largo del film se mencionan las series numéricas, la teoría del caos, el Principio de Incertidumbre de Heinsemberg, e incluso, aparece en un momento dado la solución por Andrew Wiles de la Conjetura de Fermat entre los aplausos del público congregado. A pesar de este tono científico elevado Los crímenes de Oxford tuvo una gran acogida de público. De hecho fue la película española que consiguió mayor recaudación en 2008 con 1.421.063 espectadores que dejaron en taquilla 8.201.220 euros. Obtuvo ocho nominaciones a los premios Goya y logró tres (Dirección de Producción, Música y Montaje). Un buen saldo aunque no pudo hacerse con ninguno de los premios principales. Tuvo una buena acogida de crítica. Hubo alabanzas generalizadas a la sabia resolución técnica de Alex de la Iglesia aunque también se tachó a la película de demasiado fría y cerebral.