Políticos y Cargos Públicos

Pérez Solís, Oscar

Dirigente socialista nacido en Valladolid en 1882. Militar de carrera (capitán de artillería), se incorpora al PSOE en 1912 y llega a Vizcaya en 1920, desterrado.

Ejerció su actividad en Vizcaya como director del semanario socialista La Lucha de Clases durante ese año. También se presentó a las elecciones generales no consiguiendo el acta de Balmaseda, frente al liguero Balparda, merced al abandono del que fue objeto por parte del sector prietista

. Después del Congreso Nacional del PSOE de abril de 1921, en el que se ratificó su adhesión a la II Internacional, Pérez Solís, junto a Perezagua, creó la Agrupación Comunista de Bilbao, escisión del PSOE adherida a la III Internacional. Fue uno de los inspiradores de la huelga de 1921 en protesta por el envío de tropas a Marruecos. Ese mismo año pasa a ser redactor e ideólogo del periódico Las Noticias, diario teledirigido por el EBB de la Comunión Nacionalista Vasca. Al finalizar el año marcha a trabajar a Asturias como ingeniero.

En 1923, nuevamente en Bilbao, protagoniza la sangrienta jornada del 23 de agosto de dicho año, en la que, tras lanzar la consigna de huelga general ante el envío de tropas a Marruecos, intentó quemar "El Liberal" y fue apresado. Durante la Dictadura de Primo de Rivera el PC quedó proscrito y Pérez Solís fue perseguido y encarcelado. Pero, tras el encuentro con el dominico P. Gafo, vuelve al catolicismo y obtiene un empleo en la Campsa, monopolio creado por el Dictador. En 1931 le vemos escribiendo en "El Día" con manifestaciones como ésta del 19 de febrero sobre "La España de las Españas":

"sea cual fuere el "traje" que el Estado español haya de vestir en lo futuro, la verdadera Constitución de España no podrá darse por lograda sino cuando se haya rectificado la desviación nacional que impuso y ha mantenido durante cuatro siglos una política de Estado de inspiración extranjera" "Y ellos (los hechos diferenciales) son, en realidad, los que caracterizan el período de crisis en que se halla España". (...) "Quede el Rey o venga la República, ha de prevalecer el anhelo general de cercenar al Estado el exceso de poderes que se atribuye al mermar los de las Españas".

Este asendereado agitador evolucionó posteriormente, al estilo Ruiz de Alda, hacia posturas falangistas. Se sabe que estuvo entre los conspiradores y defensores de Oviedo en 1936 y que murió en Salamanca, en posición poco desahogada, en 1951. Publicó dos obras, Memorias de mi amigo Oscar Perea (1929) y Sitio y defensa de Oviedo (1957).