Marinos

Areizaga Guevara, Juan de

Clérigo y navegante de principios del siglo XVI natural de Zumaia o Urretxu.

Beneficiado de San Pedro de Zumaia, amigo de Elcano. Pasó a las Indias en 1525, como capellán de la expedición de García Jofre de Loaysa que partió de La Coruña el 24 de julio de este año. La flota se componía de siete navíos y 460 hombres. Iba mucha gente vasca en la expedición. Elcano como guía y técnico, había contratado a amigos y parientes suyos. Las naves eran las siguientes: Santa Maria de la Victoria, de trescientos toneles, capitana, mandada por Loaysa; Sancti Spiritu, de doscientos, por Juan Sebastián Elcano; Anunciada, de ciento sesenta, por Pedro de Vera; San Gabriel, de ciento treinta, por Rodrigo de Acuña; Santa María del Parral, de ochenta, mandada por Jorge Manrique de Nájera; San Lesmes, de ochenta, por Francisco Hoces y el patache Santiago, de cincuenta, llevando por capitán a Santiago de Guevara. Cuatro de estos navíos estaban construidos en Portugalete (Bizkaia). Tomaban parte además, en esta expedición, Andrés de Urdaneta, piloto, de Ordizia, en Gipuzkoa; Martín de Uriarte, piloto; el presbítero Juan de Areyzaga y Guevara, primo del capitán del patache Santiago, Areyzaga, Uriarte y Urdaneta escribirían detalladas relaciones de su paso por el estrecho de Magallanes y sus aventuras en tierra. La lista de vascos es larga: Diego de Ortiz Orue; Diego de Vitoria; Martín Iñiguez de Carquizano, de Elgoibar; Martín García de Carquizano, sobrino o hermano del anterior; Toribio Alonso de Salazar, encartado; Andrés de Gorostiaga; Joanes de Zabala y Andrés de Aleche; Martín de Somorrostro, Martín Vizcaíno, Bartolomé Vizcaíno y Juan de Gorri; Martín Pérez de Elcano y Antón Martín de Elcano, hermanos de Juan Sebastián; Orduño de Alango, piloto del patache Santiago, de Getxo o Portugalete.

El día 14 de enero de 1526 cuatro de los navíos, creyendo que embocaban el estrecho de Magallanes entraron por la desembocadura del río Gallegos y embarrancaron. El cura Areyzaga fue uno de los que exploraron este río y costa cercana. La nave que mandaba Elcano naufragó en el cabo Vírgenes y tuvo que pasar a otra. Areyzaga y sus compañeros tuvieron diversas aventuras con los pacagones, relatadas con detalle. El desastre de la expedición culmina con la muerte de Elcano y Loaysa. Las naves supervivientes se dispersaron. El patache Santiago, al mando de Guevara llegó a las costas de México. No habiendo botes a bordo, el intrépido Areyzaga intentó llegar a tierra dentro de un cajón. Zozobró y tuvo que ganar la costa de Tehuantepec a nado, ayudado por unos indios. La llegada de Areyzaga y los suyos a México hizo gran impresión a Hernán Cortés. El guipuzcoano Areyzaga se encuentra de vuelta en su tierra en 1535. El historiador de Indias G. Fernández de Oviedo recibió de sus labios muchos datos de ultramar y sobre todo de sus aventuras. Parece que fue rehabilitado como beneficiado de San Pedro de Zumaia, según se desprende de documentos coetáneos [José de Arteche. Cuatro Relatos]. El historiador Ovando recoge el relato dramático de Areyzaga. Y existe una obra inédita -según nos informa Arteche: Noticias históricas relativas a Juan de Areyzaga, clérigo-navegante, recopiladas por D. Juan de Belaustegui, secretario del Ayuntamiento de Urretxu.