Pintores

Apellániz López, Domingo

Pintor y decorador profesional de escenografías, nace en Vitoria en 1892. Muere en Madrid en 1957, según todos los testimonios recabados.

Es hermano de Martiniano y de Jesús Apellániz. Descolló principalmente como pintor escenógrafo habilitando a mediados de los años diez en Vitoria, en la calle del Sur (actual Manuel Iradier), número 62, su taller y gabinete de estudio. Se especializó en decoraciones teatrales para Círculos y Sociedades, decoración de habitaciones de estilos y épocas determinadas, impartiendo también clases de pintura y dibujo. Instruyó, en los inicios, a su hermano pequeño y entonces discípulo Jesús.

En esta segunda década del siglo, trabajó entre Vitoria y San Sebastián. Realizó decoraciones y los telones de boca de varios teatros donostiarras. Asiduo al Café Guipúzcoa mantuvo estrechas relaciones con un grupo de diletantes y amigos de las artes como Ricardo Almacio, Serrano y Ezkurdia. Colaboró, como otros artistas de la época, en la ornamentación del Teatro Victoria Eugenia. Sus encargos profesionales se extendieron por igual a la decoración de iglesias, sobresaliendo en los monumentos o pasos procesionales para la Semana Santa. Una parte importante de su biografía transcurre posteriormente fuera del País Vasco, en Madrid, donde abre nuevo taller-estudio en la calle Tutor, número 59.

Además de dedicarse en sus últimos años a la restauración de cuadros, también desarrolló su faceta como pintor de caballete, y según se ha divulgado colgó exposiciones en Madrid, Barcelona y Valladolid. Una de las muestras más publicitadas, pero de sus años mozos, fue la que celebró en los salones del coliseo Novedades de San Sebastián en agosto de 1916. Exhibió cincuenta y ocho obras (sumando nueve apuntes a lápiz). (Pierre Koski, La Libertad de Vitoria, 29-08-1916).

Sus cuadros abordaron aspectos muy diversos, pero orientados hacia los géneros típicos del paisaje y del retrato: panorámicas de la capital alavesa, pueblos de la Llanada y de Guipúzcoa, vistas que alternaba con otras composiciones de figura, de gentes y tipos vascos. También se adentró en los paisajes de Madrid y de Toledo. Y en las escenas de bodegones y flores. En 2002, el Museo de Bellas Artes de Álava adquirió de Domingo el lienzo Puente de Toledo.

  • GARCÍA DÍEZ, José Antonio. La pintura en Álava, Caja Vital, Vitoria-Gasteiz, 1990, p. 264 y 265.