Pelota

AMUCHÁSTEGUI, Guillermo

Guillermo. Pelotari. Nacido en Ondarroa, el año 1911; sus actividades datan del año 1923, o sea de cuando tenía doce años de edad. Corrían los tiempos de los Erdoza, «Isidoro», Navarrete, «Arnedillo», Echeverría, «Machín» y demás ases que triunfaban y se enriquecían por tierras americanas, lo que tuvo eco en las provincias vascongadas, y así, el año 1923 se formaba un grupo de «niños pelotaris» que lo componían «Guillermo», Lorenzo Osa, Sanmartín, Onaindía, Arana, «Ulacia», «Pistón», Olascoaga, Iturrino, «Segundín», Berrondo, Solozábal, Ramos, Azurmendi, Uría, Echevarría y Urrestarazu, el cual fue contratado para jugar en Madrid, abonándoles sesenta duros mensuales además de los gastos de hotel. El elenco de los noveles artistas obtuvo un gran éxito y, a fines del año 1923, se efectuó una selección dentro del cuadro citado, que fue contratado para actuar en un frontón de La Habana, donde actuaban raquetistas. En la Perla de las Antillas continuaron sus éxitos lo cual les abrió las puertas de Norteamérica. En 1924, quedó habilitado un frontón en Miami, donde nuestros artistas siguieron triunfando. Este grupo de muchachos fue multiplicándose, llegando a alcanzar el número de medio centenar con productos de Marquina, Ondárroa, Motrico, Saturrarán y otras localidades y de ellos salieron dos estrellas excepcionales: «Guillermo» y Estanislao Maiztegui, «Pistón», y pelotaris de primera categoría como Paco Berrondo, Julián Arana, Eusebio San Martín y «Segundín». No hay unanimidad en este caso de «Guillermo» -como tampoco quizás en el de «Chiquito de Gallarta»- para la estimación de su categoría de fenómeno. Son muchos los excelentes jugadores de la modalidad de cesta punta con quienes se le compara; pero tampoco existe esa unanimidad para señalarle un rival. Discutido o no, varios años hace que «Guillermo» viene siendo considerado como el primer zaguero de su modalidad, en la que, desde hace tiempo, viene actuando en el frontón «México», de la capital de los Estados Unidos Mexicanos. Ref. Luis Bombín, 1946.