Culturales

ACCIÓN POPULAR VASCA - EUSKALTZALEAK

Entidad cuyo fin fue la defensa, propagación y cultivo de la lengua vasca y de su literatura. Su denominación euskérica fue Euskaltzaleak. Su origen data de 1926. Un grupo de entusiastas de Elgoibar había organizado una fiesta vasca en el barrio de San Lorenzo. Su humilde programa no iba más allá de una Misa Mayor en la ermita, unos ejercicios de lectura y escritura en euskera a cargo de los niños de una escuela regentada por la señorita Míren S. de Legarza, exhibición de ezpatadantza y sesión de bertsolaris. Era el día 17 de octubre. Un año más tarde, en 1927, la misma persona organizadora, Ángel de Osoro, preparaba otro festival similar en Mutriku. De estas dos fiestas arranca un movimiento euskerista todavía de poco vuelo. La fundación definitiva de Euskaltzaleak puede decirse que se realizó en la asamblea celebrada en Zumaia el día 9 de marzo de 1930 en que se trazaron planes para una reorganización definitiva e inmediata. Se fijó la modesta cuota de un céntimo diario (3,65 al año). Pronto pasaron de 100 que había a 2.000 los adheridos, casi todos gente modesta. Su carácter apolítico le garantizaba de antemano el éxito. El primer acto organizado por estos "euskaltzales" fue la celebración de un acto en Mondragón al que llamarían Día del Euskera. Este pequeño grupo sirvió de base a la nueva entidad Euskaltzaleak o Acción Popular Vasca. El día 4 de septiembre de 1927 se celebraba el primer Día del Euskera en Mondragón. Este acto literario fue de mucha resonancia. Acudieron representantes de las revistas y semanarios Argia, Jaungoikozale, Jesusen Biotzaren Deya, Zeruko Argia y Txistu. En esta asamblea nace prácticamente la nueva entidad, pues en ella se elaboran sus bases. Más de 500 comensales asistieron a este acto. Por la noche se celebró una representación de la ópera Txanton Piperri y un grupo de mondragoneses interpretó diversos aires vascos. El organizador de estos actos, Félix de Ugalde, no había olvidado el detalle de poner a la venta un buen número de libros vascos. Un folleto impreso en 1930 especifica al detalle las finalidades, organización y programa de la nueva entidad. Fue admitida como filial de la Sociedad de Estudios Vascos y prometía mantenerse al margen de todo partido político. Se domicilió en las oficinas de la citada Sociedad en el palacio de la Excma. Diputación Foral de Guipuzcoa. Se organizó en forma de Ligas Locales y Círculos de Acción y de Estudio dependientes de un Consejo Supremo que se reuniría en San Sebastián cada dos meses. Un secretariado general mantenía en movimiento toda la labor de la sociedad. Su éxito fue rotundo. Hasta en los más apartados lugares se formaron las Ligas locales. La labor de la Sociedad fue muy dinámica y fecunda. Creó los Días del Euskera o "Euskal-Egunak" que se celebraron sucesivamente en Arrasate (Mondragón), Zumárraga (29 septiembre, 1928), en el que se estableció el premio Kirikiño de literatura, Andoain (1929) con homenaje al P. Larramendi, y Bergara (1930) con motivo del V Congreso de Estudios Vascos. Otras fundaciones de Euskaltzaleak fueron los Días del Niño Euskaldun que se celebraron en Andoain (1929), Segura (1930), Elizondo (1932) y Zarautz (1934); los Días de la Poesía Vasca que tuvieron lugar en Errenteria (1930), Tolosa (1931), Hernani (1932), Urretxu (1933), Zarautz (1934), Aretxabaleta (Bedoña) (1935) y Lekeitio (1936); los Días del Teatro Vasco, en San Sebastián (1934, 1935 y 1936) y los Días de la Novela que deberían celebrarse también anualmente. Se señaló la fecha del 1 de octubre de 1936 para inaugurarlos. No llegó a celebrarse por la guerra. Igualmente creó Euskaltzaleak los Días del Bertsolari, que alcanzaron a tener lugar en San Sebastián en 1935 y 1936. Fomentó Euskaltzaleak los homenajes a las grandes figuras de la literatura vasca y los certámenes infantiles. En 1933 había fundado la revista Yakintza, órgano cultural de la misma, en la que colaboraron las firmas más destacadas del país. El alma de toda esta promoción era el sacerdote guipuzcoano D. José de Ariztimuño. La promoción de escritores y literatos fue nutrida en los escasos siete años de existencia. Fue un florecer de juventud entre la que cabe destacar a Lizardi, Lauaxeta, Loramendi, Orixe, Tapia-Perurena, Jakakortajarena, Enbeita, Loidi, etc. Sus ramificaciones se extendieron a todo el país e incluso a las colonias vascas de América.

Bernardo ANAUT