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VIVIENDA (URBANISMO)

a) Desde principios del siglo XX hasta la guerra civil. Este primer ciclo lo extendemos desde el inicio del s. XX hasta la guerra civil, aunque sus orígenes se deben retrotraer unos cuantos años y podemos situarlo paralelo a los primeros asentamientos industriales de finales del XIX. El modelo urbano medieval se puede considerar vigente, sobre todo en las grandes ciudades, hasta bien entrado el s. XIX. La expansión de la trama urbana fuera del recinto medieval, en base al modelo urbano del Ensanche, configura un nuevo tipo de ciudad substancialmente diferente al precedente y que se puede considerar como de gran valor arquitectónico e incluso cultural. A la par, se produce un destacado proceso de asentamientos industriales en la periferia de muchos núcleos que conlleva una primera oleada de inmigrantes hacia estas áreas. Esta actividad demanda una importante cantidad de vivienda obrera, que obviamente no tenía cabida en los nuevos ensanches burgueses de las ciudades más importantes. La demanda supera a la oferta y el desequilibrio existente se resuelve, en estos años veinte, en base a la construcción de barriadas obreras al amparo de una Ley promulgada en los primeros años del s. (Ley de Casas Baratas). Obviamente, estas construcciones se realizan con distinta intensidad según la incidencia que la industria adquiere en los territorios vascos. En el litoral alcanzan un desarrollo bastante más considerable que en el interior. Bizkaia intentó solventar el problema de la vivienda con la construcción de barrios obreros, en base a la mencionada Ley, a través de un proyecto de construcción de vivienda obrera en plan cooperativa que se desarrolló en el conjunto comarcal del Gran Bilbao. Dentro de este Plan, con la colaboración de entidades locales se construyeron más de 600 viviendas en torno a los años veinte (entre 1918 y 1923 se edificaron 636 viviendas obreras). Estas viviendas obreras constituyeron los Barrios de la Cruz, Torre-Urizar, Solokoetxe y Egiarena. Posteriormente, entre 1923 y 1926, se construyeron otros 30 grupos de viviendas de baja densidad con un total de 1.293 viviendas obreras en régimen cooperativo. Las mismas se edificaron en numerosos municipios. A saber: Bilbao, Barakaldo, Sestao, Portugalete, Zalla, Güeñes, Erandio y Arrigorriaga; municipios todos ellos de fuerte y acentuado carácter industrial. En San Sebastián, al igual que en Bilbao, surgen barriadas obreras pero en menor cantidad. La actividad industrial, aunque importante, no alcanza la intensidad de la vizcaina; no obstante el déficit de viviendas es palpable. Al amparo de la Ley de Casas Baratas, (en Alza-Donostia en 1916, la construcción la realiza la "Sociedad General para la construcción de casas baratas"), se construyeron barriadas obreras en Azkoitia, Irun y Lasarte-Oria. En Donostia se construyeron casas baratas como el Barrio de Nuestra Señora de Aranzazu en 1922. También se producen construcciones de tipo "ciudad jardín" bajo un régimen cooperativo en Bilbao o en Loyola en Donostia-San Sebastián, o en Vitoria-Gasteiz. En Pamplona, también hay construcciones como el barrio de La Rochapea, que surge como alternativa al modelo de Ensanche de 1900. En Vitoria-Gasteiz se construyen barrios de casas baratas en el Paseo de Zumakera, San Martín, Ali y Judizmendi. No obstante lo expuesto, la vivienda, en el período anterior al conflicto bélico, sigue siendo un problema acuciante en las zonas urbo-industriales del País. La administración comienza a tomar conciencia del papel económico de la construcción como actividad de desarrollo y mitigadora del paro. Estos objetivos económicos se dejan ver de manera diáfana en la denominada "Ley Salmón" (1935).