Military

Villate la Hera, Blas de

Militar vizcaíno nacido en Sestao el 3 de Febrero de 1824. Fallecido en Madrid el 8 de Enero de 1882.

Fue educado en Sestao hasta la edad de 13 años, época en que marchó a Segovia; aquí hizo oposiciones en la Escuela militar, obteniendo un puesto en el escalafón de la Academia. Estando en la Escuela tuvo lugar la sublevación del general Zariategui, que al mando de sus tropas pretendía apoderarse de la Academia militar. En 1838 obtuvo el grado de alférez.

Terminados sus estudios en 1839, fue destinado a servir en Cuba; allí prestó reconocidos servicios, sofocó rebeliones y fue el hombre popular entre los habitantes de aquella isla. Esas simpatías se manifestaron ostensiblemente cuando en 1844, por haber ascendido a capitán, fue destinado a un cuerpo de la península; fue objeto de una cordial despedida por parte de los elementos eclesiástico, civil y militar. Destinado a Madrid fue nombrado ayudante del Duque de Valencia, con el que tomó parte en varias acciones de guerra. Se distinguió notablemente en la revolución del pueblo de Madrid; los días 26 y 27 de Marzo de 1848 diéronse tremendos ataques a diferentes edificios y barricadas, y Villate, por la naturaleza de su cargo, estaba en todos los sitios dando las instrucciones de su general, y por su comportamiento fue ascendido a comandante.

Más tarde y con motivo de otro motín, obtuvo la cruz laureada de San Fernando de primera clase; en este ataque, que trajo como consecuencia la toma de la Plaza Mayor de Madrid, recibió dos balazos graves que le impidieron por mucho tiempo cumplir servicio. Teniente Coronel, fue destinado a mandar fuerzas de carabineros, con las que tomó parte en el alzamiento de 28 de junio de 1854; más tarde ayudó eficazmente a O'Donnell en sus proyectos, y con este motivo fue ascendido a coronel y nombrado Comendador de Isabel la Católica. Monárquico ferviente, formó parte en la expedición a Andalucía para combatir a los republicanos, concurrió al bloqueo y rendición de Zaragoza y a otros hechos de armas. Por su comportamiento y actuación le fue concedido el grado de brigadier, siendo destinado a mandar la primera brigada de caballería de Africa.

Tan pronto como recibió el nombramiento, se embarcó para el punto de destino tomando el mando de sus tropas; participó en la batalla de los Castillejos, en Tetuán y en otras varias acciones de guerra de Marruecos; obtuvo en esta gran campaña varias cruces de mérito. Vuelto a Madrid en 1860, fue nuevamente destinado a Cuba, siendo nombrado en 1863 gobernador interino, desde cuyo puesto combatió a los insurrectos; de aquí pasó a Santo Domingo, donde hizo toda la campaña, pero habiendo caído enfermo por los excesivos calores, hubo de abandonar aquellas tierras y volver a la península. Restablecido, volvió nuevamente a Cuba, donde desempeño la Capitanía General; combatió a los enemigos del régimen, y en junio de 1869 fue ascendido a mariscal; un año más tarde recibió el nombramiento de teniente general con destino a la península. Fue uno de los nombrados para acompañar a Alfonso XII desde el extranjero a Madrid. Desempeñó varios cargos de importancia desde los cuales pudo conseguir que en noviembre de 1879 se levantara el estado de sitio en Vizcaya. En 1881 fue nombrado Capitán General de Castilla.

Era conde de Balmaseda desde 1859 y Grande de España de primera clase, presidente de varias entidades políticas y militares.