Politicians and Public Officials

Senante Martínez, Manuel

Político alicantino, nacido el 16 de octubre de 1873. Estudió Derecho en Madrid y Barcelona. Ingresó en 1897 en el Partido Conservador, en el que permaneció poco tiempo.

Se reveló pronto en su ciudad natal como periodista en los diarios "La Monarquía" (1898) y "La Voz de Alicante" llegando a ser, durante muchos años y hasta la guerra civil, director del diario integrista "El Siglo Futuro". Miembro conspicuo del Partido Integrista, no consiguió el acta de Orihuela en 1903 pero fue proclamado diputado a Cortes por el distrito de Azpeitia (Gipuzkoa) desde 1907 a 1923, amparado por el art. 29 de la ley electoral de 1907. Según Romanones fue "orador fogoso, aficionado a las frases gruesas que, cuando hablaba, parecía un energúmeno siendo en el fondo hombre todo bondad". En su calidad de diputado y como persona muy afecta a Vasconia defendió los fueros y la autonomía vasca en todas las ocasiones en las que los mismos fueron reivindicados. Así durante el movimiento autonomista de 1917-1919, especialmente en la Comisión extraparlamentaria que organizó Romanones en 1918, turnándose con el nacionalista Chalbaud, en el pleno de 14 de enero de 1919, en el uso de la palabra a favor del proyecto autonómico vasco.

Participó, asimismo, en cuantas iniciativas adoptara la Sociedad de Estudios Vascos, de la que fue miembro, en pro del bilingüismo para el País Vasco. Durante la Dictadura de Primo de Rivera fue designado por las tres Diputaciones vascongadas representante de las mismas en Madrid. Tras la proclamación de la República, entró a formar parte del Comité Directivo de Acción Nacional, agrupación católica inspirada por Herrera Oria. Participó como orador en el mitin católico de Pamplona del 14 de junio de 1931, simultáneo de la Asamblea de Estella, y llegó a calificar a Navarra como "la nueva Covadonga de España". Los integristas lo incluyeron en la lista de la derecha. Meses más tarde publicó Cuestiones candentes de adhesión. Verdadera doctrina sobre acatamiento, obediencia y adhesión a los poderes constituidos y sobre la licitud de la resistencia a los poderes ilegítimos y de hecho, la política tradicionalista, conferencia pronunciada en Valencia el 3 de abril de 1932. Al estallar la guerra de 1936, tuvo la fortuna de hallarse en Valencia (su casa de Madrid fue saqueada), de donde pudo salir por medio de una embajada. Residió hasta el final de la contienda en Vitoria. Tras ésta no aceptó el decreto de unificación ni al franquismo y siguió siendo miembro del Consejo de C. Tradicionalista, así como asesor del Banco de Crédito Local y abogado de la Rota. Este "hijo predilecto" de Alicante falleció el 25 de junio de 1959 en Madrid.