Guerillas

Santa Cruz Loidi, Manuel Ignacio

Vuelve en la primavera de 1872 y se une a una partida como capellán de la misma. Fracasado este conato, regresa en agosto, ya a la cabeza de un grupo, y reinicia la campaña con la sorpresa de San Prudencio el día 9. Es detenido y llevado para fusilar a Aramaio, huyendo nuevamente tras haber estado varias horas sumergido en un río respirando a través de una caña hueca. Es a partir de estas dos huidas cuando comienza a fraguarse la leyenda de Santa Cruz, uno de los más de cien curas-guerrilleros de Vasconia, aborrecido y admirado, siempre escurridizo a través de montes y brumas. El 12 de ese mes, tras permanecer escondido en la cueva de Garrizaga, pasa nuevamente a Iparralde de donde regresa el 2 de diciembre, antes de recibir la orden pertinente, reuniendo una partida de 50 hombres que reinician la guerrilla. Después de agotar a miqueletes y forales a lo largo de marchas y contramarchas, cae por sorpresa sobre el coronel Osta en Usurbil el 19 de enero de 1873 y sobre el capitán general González el 26 del mismo mes en Iturrioz.