Poets

Múgica Celaya, Rafael

En 1981, Celaya da a conocer una antología de su obra, Poesía hoy (1968-1979). Junto a los dos libros citados anteriormente, componen el volumen estos otros títulos: Operaciones poéticas, La higa de Arbigorriya, Poemas prometeicos, Buenos días, buenas noches, Iberia sumergida y Poemas órficos.

En el prólogo de este libro de libros, Celaya plantea cuestiones fundamentales para entender el rico y complejo universo poético en el que apenas si se había reparado. Poemas órficos, por ejemplo, es un poemario sobre el que prácticamente se pasa sin consideración alguna. En el mismo Celaya repone la primera explosión de esa conciencia expandida u oceánica, a través de la cual el poeta explica la fragilidad de lo humano frente al Cosmos, sólo gobernado por sus propias leyes. Quienes habían reparado en los Poemas órficos (1978) pudieron comprender mejor la propuesta que Celaya sitúa luego como prólogo a Penúltimos poemas (1982). El prólogo a este libro tiene por título "Hacia una poesía órfica", y produjo desconcierto entre quienes con cierta comodidad seguían asentados en la consideración de su obra literaria, entendiendo ésta como una expresión reducida de su conciencia: la conciencia social. Por lo que tiene de singular, señalemos que hubo algunos poetas jóvenes, como es el caso de Antonio Trapiello, que valoraron cuanto Celaya proponía en este manifiesto.

Superada la noción de que "La poesía debe ser hecha por todos" (Lautréamont), el poeta se sitúa en una nueva esfera. Ese sentimiento oceánico le lleva a escribir: "La conciencia cósmica, el ritmo universal, los poderes de la música y los números, la pulsación cuántica, el ciclo cósmico periódico, la pitagórica música de las esferas, y todo eso dado a una, con nuestros ritmos respiratorios y cardíacos, los de la danza, los del canto, y que a fin de cuentas no están lejos de las ecuaciones y constantes de Einstein, de Plank, de Broglie, de Bohr o de Bell. O de la música de Bach, claro, porque todo es lo mismo".

Leopoldo de Luis considera que "Celaya es poeta de lo permanente y de lo evolutivo". En cambio, el entendimiento de la amplitud de su poética ha ido siempre más allá en Celaya. Cuando en 1990 una televisión le pidió que eligiera un poema para recitarlo ante las cámaras, Celaya escogió "Instantánea", una composición de Movimientos elementales (1942-43), en donde el poeta plantea una vuelta a los orígenes de la cultura. Esto lo refuerza José Hierro al afirmar (1990) que "parte de la poesía de Cavafis, por ejemplo, la adelantó entre nosotros Celaya". Efectivamente, las grandes corrientes poéticas que transmiten propuestas como las de Cavafis, Seferis, Elytis o Ritsos, están en los mismos parámetros de la propuesta celayana, como puede entenderse, si se repasan los poemas agrupados en Gaviota.

En Gaviota está el esqueleto de esa poética, que se coronaría años después con un libro de madurez y dominio, temperamental y vital, referencia límite y propuesta de principio a fin: Orígenes (1990). Es un libro donde se resume en buena medida toda la obra poética de Celaya y que tiene especial significado por lo que propone en su prólogo: "Esto es lo que quisiera predicar a los poetas como entrada de este libro: El lenguaje original perdura en los mitos y en la poesía porque es el lenguaje en sí, el que se dice a sí mismo, no el que utilizan los hombres particulares para entenderse unos con otros o para comunicarse entre sí, no con lo universal. En realidad nadie se sirve del lenguaje utilitariamente aunque quiera hacerlo. Es el lenguaje quien nos utiliza a todos, y crea así una colectividad. Pues no hay más colectividad que la del lenguaje que se dice a sí mismo, y al decirse nos reúne a todos en un solo ser. Y no hay más misterio que el del misterioso lenguaje originario. Y éste, y a una con él, la Poesía, es lo único que no puede explicarse, aunque yo como tantos otros he tratado inútilmente de hacerlo".