Lexicon

MARINA

Tartesios, griegos y romanos. Ya hacia el siglo XII a. J.C. la riqueza mineral del Norte peninsular atrajo hacia las costas cantábricas a las gentes que vivían entre el Ródano y Garona y, a la vez, desde el sur, naves tartesias que se dirigían a Inglaterra e Irlanda en busca de plomo y estaño bordearon el golfo de Vizcaya en pequeños navíos birremes de tipo fenicio. Posteriormente serían utilizadas estas rutas por los griegos masaliotas y las primeras referencias geográficas de nuestras costas vendrían de estos viajeros. Llegaron después los romanos; si bien, la romanización de la costa vasca se produjo muy tarde, posiblemente después de las guerras cántabras. Así, hay datos de que en el año 26 a. J. C. la flota romana de Agrippa operó en el Cantábrico. Acabada la guerra, los romanos iniciaron la explotación de los recursos minerales de la cornisa cantábrica, dando comienzo a un largo período de cerca de dos siglos en los que las costas vascas presenciaron un fuerte tráfico comercial marítimo con Aquitania para el transporte del mineral extraído. A partir del siglo II d. J. C. decayó esta relación comercial hasta desaparecer prácticamente los vestigios de civilización romana. Sin embargo, la civilización romana aún progresó en la costa aquitana hasta finales del Imperio; Lapurdum, la actual Bayona, se convirtió en ciudad fortificada en el siglo IV d. J. C.