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Irun

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de El Juncal se erigió en el siglo XVI. Aunque son pocos los datos conocidos sobre su construcción, se sabe que hacia 1560 trabajaban en la iglesia Domingo de Estala y Martín de Gorostiola. En 1587 Domingo de Legarra, que asumiría la dirección de las obras hasta su finalización, otorgaba una carta de pago. Por otro lado, en 1600 Fray Miguel de Aramburu mostraba su opinión con respecto a las aberturas de uno de los tramos, para cuatro años más tarde ser nuevamente consultado sobre el remate de la torre. Por último, se pondría fin a las obras en 1606. Provista de tres naves y testero plano, presenta planta de salón. La parte más antigua es, lógicamente, la zona del ábside, donde se aprecia el uso de soportes de carácter gótico. Predominan, en cualquier caso, las columnas clásicas de basa ática y capitel dórico. De todos modos, sólo las bóvedas del ábside y del coro son originales, ya que el resto fueron sustituidas a principios del siglo XX por otras de cemento. Además, conviene consignar que algunas de las ventanas del templo fueron abiertas en el siglo XVII, periodo al cual corresponde también la portada.

El retablo mayor fue diseñado y ejecutado por Bernabé Cordero -quien además realizaría el esbozo de la escultura también-, mientras que el responsable de la escultura sería Juan Bazcardo, ayudado por su hijo Jerónimo. La escritura de contrato se formalizó en 1647, asentándose el retablo a principios de 1651. El dorado, sin embargo, debería esperar hasta el siglo XVIII, procediéndose a esa labor mediada ya la centuria. Se trata de un retablo-fachada provisto de dos cuerpos y remate, disponiéndose en las dos primeras tres calles y un intercolumnio en cada extremo. Para ordenar las calles se hace uso de columnas estriadas de orden jónico en el primer cuerpo y compuesto en el segundo, mientras que en el ático se disponen pilastras. Nos hallamos ante uno de los muebles más interesantes de la provincia en la época. El maestro madrileño concibe un mueble netamente clasicista, apreciándose en la escultura la conjunción de rasgos romanistas y barrocos, si bien dominan éstos. Además, conviene reseñar la efigie titular, la Virgen del Juncal, obra de cronología románica e indudable interés.

Los retablos de la Soledad y de la Virgen del Rosario se realizaron entre los años 1731 y 1743. Artífice material de los mismos sería Pascual Echeverría, maestro residente en ese momento en Huesca. El altar de la Soledad, mueble confeccionado en el siglo XVII, cuenta con una imagen de Cristo yacente, mientras que el retablo de las Ánimas corresponde a los años finales del barroco decorativo, efectuado como fue en torno a los años 1736-1738. Autor de este último mueble fue Antonio de Iparraguirre, si bien su labor arquitectónica en madera fue sustituida en tiempos recientes por otra estructura de mármol.

Junto a la fachada de la iglesia parroquial se aprecia la existencia de un muro provisto de diferentes vanos cuya función original sería defensiva, toda vez que se trata de la muralla del núcleo primitivo. En las inmediaciones se sitúa la casa Beraun, construcción del siglo XVI que presenta planta rectangular y conserva su escudo de armas.

En el sector urbano de San Juan encontramos la columna de San Juan Harri, erigida en 1564 en el lugar que ocupó la torre de Aranzate para conmemorar la actitud del señor de esa torre en la invasión francesa de 1476, siendo posteriormente trasladada al lugar que actualmente ocupa. Además, la efigie que corona la columna fue sustituida en 1850. La casa consistorial fue erigida en 1763. El autor de su diseño fue el ingeniero militar Felipe Grame, quien proyectó un interesante edificio, con una arcada inferior en su frente principal y una torre central de iluminación. El palacio de Arbelaitz era en origen un edificio de comienzos del siglo XVI, aunque el incendio acaecido en 1936 obligó a su reconstrucción. Con todo, su imagen exterior es sumamente atractiva, con profusión de vanos adintelados y un interesante acceso. En la calle mayor hay algunos edificios destacables pertenecientes a diferentes épocas, circunstancia apreciable también en las adyacentes. Con todo, conviene destacar en esta zona el hospital de Urdanibia, erigido en 1644. Provisto de planta cuadrada aglomerada, predomina la utilización de mampostería. Su aspecto más destacable es la fachada principal, con una hornacina que alberga la efigie de la Inmaculada Concepción sobre la puerta de acceso. También de cronología barroca es la fuente de Santa Elena, realización de 1677 cubierta mediante bóveda de cañón. La ermita-museo de Santa Elena, por su parte, conserva restos de un cementerio y, según se señala, de un pequeño templo de cronología romana. Restaurada en 2003.

En el Paseo Colón nos adentramos ya en el ensanche moderno de la ciudad. Aunque el número 58 sea una construcción de carácter neoclásico, predominan las realizaciones posteriores. Así, el Casino es un edificio racionalista construido en 1936 y reconstruido posteriormente. En la calle Pikoketa hay construcciones de carácter ecléctico, caso del número 11, villa de estilo ecléctico, o el número 13. El Quiosco de la Música fue realizado, por su parte, en 1903, mientras que la casa Normandie es de estilo racionalista. Además, la iglesia de San Gabriel y Santa Gemma es de carácter neobarroco, realizándose su construcción entre 1923 y 1926.

En Behobia destaca el antiguo edificio de Aduanas, construcción neoclásica realizada entre 1849 y 1853 cuyo diseño se debe a Julián de Angulo. De planta prácticamente cuadrada, posee un pórtico "in antis" con cuatro columnas dóricas estriadas. Además, en 1952 fue ampliado, siguiendo lo dispuesto por Enrique Colás. La Capilla del Sagrado Corazón es una ermita construida en 1930, modesta realización de una sola nave y un pequeño atrio. El caserío Aldabe es un caserío típico de la zona, aunque mantiene su escudo de armas. En la frontera, en el puente internacional de Santiago, se sitúa un monolito de piedra ejecutado por Jorge Oteiza y colocada en 1966.

En Urdanibia sobresale un conjunto de edificios agrupados en torno a la casa solar. El palacio fue erigido en 1612. Realización de sentido clasicista, es una construcción de carácter sobrio, destacando también en este caso su fachada principal, de sillería, en la cual se mantienen los elementos heráldicos. Junto a este edificio se sitúan el molino y ferrería supuestamente ligados a la familia que da nombre al lugar.

La casa torre de Aranzate fue erigida en el siglo XV. Se halla situada en el barrio de Meaka y presenta, además de su carácter general, varios huecos que testimonian igualmente su cronología y carácter. Pese a las modificaciones realizadas a principios del siglo XX, su planta y, sobre todo, fachadas testimonian claramente el sentido originario del que se hallaba provisto. Por otro lado, también el caserío Alzubide, ubicado en el barrio de Lapitz, mantiene elementos similares, el acceso de arco apuntado y algunas troneras esencialmente.

La ubicación fronteriza de este municipio hace comprensible la erección de una serie de fortificaciones defensivas a lo largo del tiempo. En el caso del castillo Gazteluzar, se conservan aún algunos restos. Erigido por mandato otorgado por Fernando el Católico en torno a 1512, parece ser que para 1518 ya se había levantado, si bien tres años más tarde fue tomado por las tropas del almirante Bonnivet, para después ser recuperado. Con todo, los desperfectos sufridos hicieron que en 1539 Carlos V ordenara su derribo, hecho éste que tendría lugar en 1542. El rasgo más señalado de esta fortificación proyectada por Diego de Vera era su planta triangular, con cubos de planta circular en sus ángulos. Pese a ser reconstruido posteriormente, fue volado a principios del siglo XVIII. El fuerte Pagogaña era la fortificación más importante de la línea Endarlaza-Erlaitz, constituida además por tres torreones, proyectados todos ellos entre 1878 y 1879. Formado en origen por una torre octogonal, ahora tan sólo nos quedan algunos vestigios. También se conservan algunos restos del torreón Elatxeta, Zubeltzu, Endarlaza, Pika y el fuerte del Parque.

En otro orden de cosas, podemos citar los neveros de Sorgiñola, Pikabea y Arburuko Gaina, almacenes de planta cuadrada y desigual estado. En cuanto a los molinos conservados, los más señalados son los de Primaut, Urdanibia y Ugalde.

Por lo que a la escultura pública se refiere, existe una fuente efectuada en 1979 por Néstor Basterrechea, con tres grandes bloques con concavidades en dos de ellos. El busto titulado Homenaje a Luis Mariano se debe a Carlos Blanco, realización de 1993. Xavier Laka realizó, por su parte, en 1989 un monumento conmemorativo del 50 aniversario del bombardeo de la villa de Gernika. A Gabriel Narzabal se debe la imagen titulada Laiak, obra de 1984. En la calle Arteleku se halla la obra efectuada por José Luis Zumeta, relieve de 1968.

Escultura Loa a la paz, de Iñaki Moreno Ruiz de Egino, pieza de acero de siete metros de altura en la plaza Gernikako Arbola.

En julio de 2003 se instala frente al palacio de justicia la escultura de Jorge Oteiza Arista Vacía.

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