Politicians and Public Officials

Hormaeche, Francisco

Personalidad vizcaína liberal-moderada. Ideólogo del liberalismo fuerista. Nació en Bilbao el 12 de agosto de 1803. Falleció en París el 23 de mayo de 1862.

Fue regidor oñacino de 1833 a 1835 y secretario de gobierno del Señorío de Vizcaya en los períodos 1833-1848 y 1850-1852. En julio de 1838 da a conocer su De las causas que más inmediatamente han contribuido a promover en las Provincias Vascongadas la Guerra civil que, publicado un año después en La Revista de Madrid, de la que es colaborador, atribuye el éxito político carlista a los desaciertos liberales. En 1837 y 1839 fue diputado a Cortes moderado, así como en 1841. Areilza en su Historia de una... (pp. 94-96) nos relata lo siguiente en relación con su participación en el levantamiento moderado de 1841:

"D. Francisco de Hormaeche, que era acaso el espíritu más ponderado entre todos los conspiradores, ya se había dado a conocer como escritor y poeta a raíz de la visita de Fernando VII a Bilbao, en 1828. Cuando el Rey visita el Señorío en aquella fecha, el Ayuntamiento bilbaíno acuerda publicar en su honor una "Memoria" que contiene la relación de los festejos celebrados para recibir al Soberano. Se titula: La célebre década de Bilbao, o sea Memoria de los festejos con que su muy ilustre Ayuntamiento ha procurado obsequiar a SS. MM. los Reyes nuestros Señores D. Fernando Séptimo y D ° Josefa María Amalia durante su permanencia en esta M. N. y M. L. Villa de regreso para la Corte. Se encarga de su redacción a D. Francisco de Hormaeche y en estilo altisonante y ditirámbico -muy propio de la época- va relatando los diversos actos que con asistencia de los Reyes, Fernando y Amalia, y de D. Tadeo Calomarde, que como Ministro los acompañaba, se desarrollaron en la Villa. El Alcalde D. Mariano Sierralta de Salcedo, juntamente con los Regidores y los Señores del Consulado y Cabildo eclesiástico, inventó toda clase de ceremonias, solemnes unas y acaso desorbitadas las otras, para rendir pleitesía al Deseado. Pero la poesía no podía estar ausente en esta década triunfal y así Hormaeche, disimulado bajo el título de Un ingenio de esta Villa, compuso un coro para ser cantado por el pueblo, cuyo estribillo era:

Justo Fernando, Amalia virtuosa,
De Vizcaya legítimos señores,
Dejaos ver
Como después de noche tormentosa
Serenos días de plácidos albores
Suelen nacer.

Completaba esta canción un soneto y un romance en el que todos los elogios, loas y comparaciones históricas y aun mitológicas fueron agotadas por la erudición neoclásica de Hormaeche. ¡Júzguese del furor de los liberales, todavía muy escasos en número, que semiocultos o perseguidos contemplaban aquel torrente de lisonjas y adulaciones!"

El máximo reproche que los progresistas echaban en cara a su antagonista, el diputado moderado de 1839, era el haber escrito precisamente la Célebre década. Díaz de Mendívil en su Linterna Mágica dice de él:

"Dicen que es poeta, pero sólo se le conoce una famosa "década" que hizo para ensalzar al tirano Fernando VII cuando visitó Bilbao. Muestra la más repugnante de adulación que se conoce. En el Ateneo, es decir, en la librería de Martín García, se empeñaron en que es un genio porque colabora con Lista en la Revista de Madrid. Acumula cargos, empleos y sueldos. Por lo demás. Dios guarde a Vd. muchos años. Se reía de los Fueros a carcajadas y ahora es su defensor."

Escribió varias memorias y artículos y es autor de la parte histórica del Viaje pintoresco por las Provincias Vascongadas (Bilbao, Delmás, 1846) y del capítulo Bilbao de la descriptiva de la misma obra, importante aportación historiográfica en su época. Elegido otra vez diputado por Vizcaya en 1853, ocupó diversos cargos políticos tales como secretario del Gobierno político de Madrid (1851), director del Colegio adjunto al instituto de Vizcaya y cónsul general de España en París (1860), puesto que desempeñaba cuando falleció dos años más tarde.