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Historia del Arte. Arquitectura

El renacimiento se implantó tarde en Euskal Herria. Y es que hasta el siglo XVI en las provincias vascas se mantuvo el estilo gótico, por lo que el renacimiento sólo pudo incidir al final del siglo y de un modo superficial, meramente decorativo y simbólico. Sin embargo, pese al corto período de tiempo que duró el renacimiento, en este estilo se crearon importantes manifestaciones arquitectónicas. En cuanto al estilo, el renacimiento es un compendio de influencias tanto europeas -Italia, Países Bajos y principados alemanes- como castellanas y aragonesas. De este modo, Euskal Herria volvió a desarrollar un renacimiento no autóctono pero sí particular, con unas artes plásticas dependientes de la influencia exterior y una arquitectura, una vez más, sobria y sencilla -huyendo del decorativismo-, pero monumental.

La disciplina arquitectónica, una vez más, tomó también en este período la iniciativa. Aunque la escultura y la pintura consiguieron una mayor independencia respecto a la arquitectura, esta disciplina continuó siendo durante este período la más importante, y marcó el ritmo de las principales características que se sucedieron. Aunque resulta difícil percibir una voluntad de coherencia formal en las numerosas obras que se construyeron en el territorio de Euskal Herria durante este período renacentista, la pervivencia de formas tradicionales y clásicas fue una de las características que se repitió constantemente.

La tipología religiosa aunque continúo siendo la más importante en número y trascendencia social, comenzó a tener en la arquitectura civil un importante rival, ya que ésta desarrolló una arquitectura cada vez más relevante. No obstante, en la arquitectura religiosa de este período, además de las iglesias de influencia renacentista, se estudiará un nuevo tipo de iglesia que, aunque no constituye un estilo propiamente de Euskal Herria, conoció un inusitado despliegue por este territorio, constatado en numerosos ejemplos conservados, y que se conocen con el nombre de gótico vasco.

En cuanto a los ejemplos hay que destacar en la arquitectura civil los palacios de San Cristóbal en Estella y el del Marqués de San Adrián en Tudela, Narros en Zarautz y Ubillos en Zumaia, en Vitoria el palacio de Bendaña, el palacio de Montehermoso y el de Escoriaza-Esquivel, y la Universidad de Sancti Spiritus de Oñati en Gipuzkoa; en cuanto a la arquitectura religiosa, hay que mencionar las fachadas que se construyeron en las iglesias de Elciego y Lapuebla de Labarca en Álava, en Navarra las portadas de las iglesias de Cáseda, Los Arcos y Viana, en cuanto a la arquitectura conventual los monasterios de Roncesvalles, Fitero e Irache, en Iparralde las iglesias de Gotogeño, Undureiñe, Altzuruku y Zalgiz, la iglesia de San Miguel y el monasterio Bidaurreta en Oñate, y los conventos dominicos de la Encarnación de Bilbao y San Telmo de Donostia.