Monarchy and Nobility

Felipe I de Navarra El Hermoso y IV de Francia

Rey consorte de Navarra (1284-1305) y rey titular de la corona de Francia (1285-1314).

Hijo del monarca francés Felipe III "El Atrevido" con su primera esposa, Isabel de Aragón. Nació en Fontainebleau el año 1268. En la historiografía francesa es conocido con el sobrenombre de "le Bel".

Accedió al trono de Navarra por medio de su matrimonio en 1284 con la heredera de este reino, Juana I. Esta reina, que gobernó entre los años 1274 a 1305, era hija del rey Enrique I "el Gordo" y de Blanca de Artois, sobrina del rey Luis IX de Francia. Por tanto, el monarca francés Luis IX era abuelo paterno de Felipe IV y tío abuelo de Juana I.

Al año siguiente sucedió a su padre en el trono francés. Tanto Felipe "el Hermoso" como la reina Juana residieron en París y no viajaron en ningún momento a Navarra para conocer el estado del reino. Dejaron su administración y gobierno en manos de gobernadores, tenientes, lugartenientes y merinos, la mayor parte de ellos franceses. El rey supervisaba desde París los asuntos administrativos dirigidos por estos funcionarios y también se encargaba de resolver las peticiones o solicitudes que eran enviadas al monarca, si bien, las decisiones adoptadas en relación a estas solicitudes se ejecutaban en el reino por medio de sus gobernadores.

Esta política de gobierno, así como la supeditación a la monarquía francesa, provocó el malestar en gran parte de las fuerzas internas del reino. El año 1297 llegaron a coaligarse los infanzones y los buenos hombres de las villas, organizados en juntas, y reclamaron a los reyes la observancia de sus fueros, costumbres y libertades. Las juntas estaban dispuestas a enviar procuradores a París para recibir el juramento de los fueros y también para rendir fidelidad a la reina. Por otro lado, pretendían que el rey Felipe reconociese al hijo de ambos, el príncipe Luis Hutín, como heredero de la corona de Navarra. Con este reconocimiento los navarros pretendían desligar el trono de Navarra de la monarquía francesa y evitar así que ésta asimilase el reino de Navarra como un territorio más de su corona.

El reinado de Felipe IV en Francia se vio inmerso en una serie de conflictos con el papado, causados principalmente por las disputas sobre el predominio del poder señorial laico frente al religioso y, a la inversa, del poder religioso sobre el laico. Su posición frente al poder eclesiástico se materializó en su enfrentamiento al papa Bonifacio VIII, en los acontecimientos que dieron lugar al trasladó del papado a Avignon, y en la persecución y supresión de la Orden de los templarios. El año 1306 ordenó la expulsión de los judíos del reino. Muchos de ellos emigraron hacia el Sur de los Pirineos y se instalaron en diversas poblaciones y lugares de Navarra. Por otro lado, este monarca desarrolló el entramado institucional del reino francés, aumentando el número de sus instituciones administrativas y judiciales, y fortaleciendo el sistema financiero.

La reina Juana falleció el mes de abril del año 1305, en Vincennes. Al mes siguiente los representantes de las villas volvieron a reunirse en junta y en ella se reafirmaron en el pacto de ayuda mutua para la defensa del reino contra los ataques de los poderosos y, por otro lado, en demandar el respeto de sus fueros y costumbres. Las Cortes navarras llamaron a Luis Hutín, que tenía entonces unos 14 años, para ocupar el trono. Mientras, su padre Felipe IV siguió titulándose rey de Navarra prácticamente hasta que en el año 1307 Luis Hutín viajó a Navarra para ser coronado.

El año 1314 Felipe "el Hermoso" falleció en Fontainebleau, y su hijo Luis I de Navarra le sucedería en el trono de Francia como Luis X.