En 1263 D. Teobaldo II concedió a los labradores de Egüés que, pagando 40 cahices de trigo de pecha, fuesen libres de toda labor excepto de la de los castillos; y que no fuesen enajenados de la corona real. En 1420 D. Carlos III dio el Señorío perpetuo de Egüés, Elcano y Olaz, cabo Monreal, a Juan Coxe, o Juancoje de Suescun, doncel de su cambra, con las rentas, collazos, pechas, provechos, bailios, homicidios y medios homicidios, sisantenas y jurisdicción baja y mediana, para él y sus herederos de legítimo matrimonio, bajo condición de que no los pudiesen vender ni dividir, sino que sucediesen siempre de mayor en mayor, prefiriendo los masclos (varones) a las hembras; cuya donación le hacía en recompensa de 4.000 florines que dicho Juan Coxe le prestó para socorrer las grandes necesidades del rey a causa del matrimonio de su hija primogénita D.° Blanca con el infante de Aragón: Según refiere Idoate en Rincones... [t. III, pp. 277 y 278] los habitantes del valle de Egüés participaron en el 1558 en la jornada de San Juan de Luz, mandados por el palaciano de Gorraiz, D. Lanzarot de Gorraiz. La jornada duró 17 días y no se pasó de algunas escaramuzas. La mayor parte de los gastos de su tropa fueron pagados por los habitantes del valle, siendo en total 80 los que fueron, costando al valle 243 ducados. Posteriormente se hizo otra jornada de siete días. Al final de la guerra napoleónica, en el año 1813, había en Egüés un hospital para el cuidado de los numerosos heridos de los ejércitos aliados y de los guerrilleros de la división de D. Francisco Espoz y Mina.