Veterinarians

Eceheverría Belzunegui, Teófilo

Veterinario nacido en Arlegui, Cendea de Galar (Navarra) en 1917 y fallecido en 2009.

Finalizó sus estudios de Veterinaria en Zaragoza tras la Guerra Civil. Entró a formar parte del Servicio de Ganadería de la Diputación Foral de Navarra y llegó a desempeñar el cargo de Subdirector. En 1953 era Presidente del Colegio de Veterinarios de Navarra. En 1975 alcanzó el grado de doctor en veterinaria. Tras la jubilación se propuso investigar sobre la historia de la albeitería navarra.

Está considerado el "padre" de la raza bovina Pirenaica, cuestión fácil de comprobar, ya que cualquier ganadero dedicado a su cría conoce las "hazañas" de "don Teófilo". En la presentación de su tesis doctoral, Raza vacuna Pirenaica: evolución, situación actual y perspectivas, su director, Isaías Zarazaga Burillo, Catedrático de Genética de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza, escribió estas proféticas palabras:

"El libro del Dr. Echeverría rompe moldes en España. Estudia con todo detalle la evolución, la situación actual y las perspectivas de la raza Pirenaica. Desde ahora, le seguirán otros autores pero habrán de basarse en su orientación, en su metodología y en sus conclusiones. Quienquiera que estudie en el futuro la raza Pirenaica deberá acudir a la cita obligada del libro que, amigo lector, tienes en tus manos".

Teófilo Echeverría trata en su obra de los antecedentes históricos de la raza Pirenaica. Antes de la Guerra Civil, Álava contaba con 20 paradas y el valle de Aramayona con unas 500 cabezas de excelente calidad. En Vizcaya existían 45 sementales en 1913, y en Guipúzcoa las paradas estaban repartidas por toda la geografia y había 73 toros sin mezcla. En Navarra, la raza se distribuía por todo el norte desde el Valle del Roncal hasta el de Améscoa, pasando por los de Salazar, Aézcoa, Arce, Erro, Anué, Ulzama, Imoz, Guesálaz, Yerri y distrito de Metauten. También se encontraba en los valles oscenses de Ansó, Hecho, Canfranc, Broto, Benasque y todo el Pirineo leridano, hasta llegar a los ríos Ésera y Segre.

Pero la situación era radicalmente opuesta en 1974, cuando inició su estudio sobre la raza Pirenaica. En Álava y Vizcaya podía considerarse extinguida. En Guipúzcoa figuraban inscritas en el Libro Genealógico unas 40 vacas, 20 novillas y 20 terneras, manteniendo un toro semental en el centro de inseminación artificial de Fraisoro. Los mejores ejemplares se encontraban en Azpeitia, Régil, Elgóibar y Mendaro.

En Navarra, la situación la definía el propio veterinario:

"Contamos con el efectivo más numeroso, pero no tanto como para hacernos ilusiones. Quizás nos hallemos al borde de la carrera final que marque su desaparición".

El ganado de mayor calidad, coincidente con el censo más importante, se encontraba en el Valle de Aezkoa. Fue a partir de los ejemplares de esta comarca donde se inició el proceso de recuperación de la raza, hasta llegar a su actual situación. También existían lotes interesantes y vestigios en otros valles del norte de Navarra.

En las conclusiones, propuso adoptar las siguientes medidas para el mantenimiento expansión y mejora de la raza Pirenaica:

  1. Mejora de la producción forrajera.
  2. Defensa y mejora de su estado sanitario.
  3. Aprobación del Libro Genealógico y de Comprobación de Rendimientos, y creación de la Asociación de Criadores de Ganado Vacuno de esta raza, con carácter nacional.
  4. Recuperación de machos y prueba individual de los mismos.
  5. Creación de una reserva de animales reproductores.
  6. Estímulos para las actuales explotaciones de esta raza.
  7. Acción oficial y coordinación con otras asociaciones de ganaderos nacionales y extranjeras.

Hoy en día se considera que la raza está fuera de peligro de extinción y ello se debe, en su mayor parte, al esfuerzo de Teófilo Echeverría.

Una vez retirado de la actividad veterinaria cotidiana, se volcó en la investigación histórica. Asesorado por su hijo Pedro Echeverría, profesor de Historia del Arte de la UPV-EHU, sacó a la luz numerosos documentos desconocidos hasta ese momento. Fruto de ese trabajo son los estudios sobre el protoalbeiterato navarro, la edición, introducción y glosario del Libro de Albeitería de Pedro López de Zamora, y diversas publicaciones sobre los protoalbéitares, incluida la trascripción de una tarifa veterinaria del año 1604. Teófilo Echevarría elaboró en la introducción, una breve historia de la veterinaria y una biografía del autor y primer protoalbéitar del Reino de Navarra, Pedro López de Zamora. También realizó un resumen del Libro de Albeytería, publicado en 1571, siete años después del fallecimiento del autor. Remató la obra con un completo glosario de todos los términos veterinarios que aparecen en el libro. La edición corrió a su cargo.

Desarrolló estudios sobre los protoalbéitares que sucedieron en el cargo a Pedro López de Zamora (1546.1564), como Juan Moreno (1585-1589) o el activo Miguel de Ollo (1590-1615), del que se conserva una tarifa de honorarios correspondiente a 1604: Rolde y memorial de los más importantes casos y enfermedades que suceden en todo género de bestias tocante al arte de Albeytería y lo que por las curaciones de cada una de ellas se puede llebar sin hazer agravio a los dueños dellas (Archivo General de Navarra, Sección Reino - Medicina, Carpeta 9, año 1604).