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CORELLA

Dos parroquias, dedicadas a Ntra Sra. del Rosario y a San Miguel, arciprestazgo de Corella, diócesis de Pamplona. Posee siete iglesias correspondientes a las órdenes religiosas existentes en la ciudad: Pasionistas (noviciado); Combonianos (Seminario Menor); Carmelitas Descalzas; MM. Mercedarias (Noviciado); MM. Benedictinas; MM. Carmelitas e Hijas de la Caridad. Ermitas: Nuestra Señora del Villar, San Blas, Purísima Concepción, San Gregorio, San Juan, Santa Catalina, San Pedro, San Francisco de Asís y Santa Bárbara. La iglesia de San Miguel, que es la parroquia más antigua, perteneció al patrimonio real, y los reyes don Felipe y doña Juana la cedieron en el año 1304 al monasterio de San Marcial de Tudela de la orden Grandimontense con la obligación de erigir un altar a su abuelo, San Luis rey de Francia, y de decir misa diariamente. El libro llamado del Chantre dice, hablando de esta iglesia lo que sigue: La iglesia de Corella es del prior de San Marcial, fuera de los muros de Tudela; y el dicho prior presienta vicario por la dicha iglesia al señor bispe, et el señor bispe confírmalo é comándole la cura de las almas, é el dicho señor bispe visita la iglesia et por razon de la visitación págale el dicho prior la procuración; et el señor bispe asigna é da las sepulturas en la dicha iglesia, dotándola, á quien á el es bien visto la iglesia; é el prior presienta un cullidor para facer la cullida de las diezmas, é el señor bispe et capitol de Tarazona otro; así que son dos cullidores, é cada uno destos tiene su llave del granero, los quales reciben las diezmas, en la abadía, de pan é de otras cosas ceptado (escepto) de conderos que se deciman á las veces dentro de la villa é otras veces de fuera; é por cada criazon que dan de diezma, dan los recibidores de la diezma sendos dineros, á los pastores: et juran los dichos cullidores en poder del señor bispe et capitol, bien et lealmente cullir la diezma: é los de la villa aducen la diezma de pan, vino é de las otras cosas á la abadía, é danles sendas vegadas á beber é sendas pocos de pan, é son pagados de monton los dichos cullidores de su trabajo, é de la provision; asi mismo la mision del dia de la quartacion é del pan y vino que se da á los que traen la diezma á la abadía pagase de monton, á saber es tres quartales de trigo é tres de ordio del arcipreste, é sacados las dichas misiones de monton lieva el quarto de todas las diezmas el señor bispe et capitol, del qual se saca el redecimo para el arcidiano; después quedan sendos medios quartos al señor bispe et capitol de Tarazona; é el prior ha las tres partes de toda la décima, é paga al vicario. Item el señor rey de Nav. paga en Corella al prior, por razón de las diezmas de los quartos, cincuenta cahices é trenta de ordio mesura real de Pamplona, del qual trigo, é ordio, recibe el señor bispe el capitol de Tarazona el quarto, del qual se paga el redecimo por el arcidiano. [Ref. Y. M.: Dic. Antig., artículo "Corella"]. La otra parroquia, la de la Virgen del Rosario, fue erigida en 1558. Cada una de ellas tenía, en el s. XIX, un vicario y algunos beneficiados que formaban un cabildo que percibía la mitad de los diezmos, y la otra mitad de mensa capitular de Tudela por habérsele agregado, en virtud de bula pontificia del año 1520, cuantos bienes poseía el dicho monasterio así en Tudela como en Corella. El Monasterio de San Benito de monjas benedictinas fue costeado por don Pedro de Baigorri y doña Luisa Alvarez del Castillo y Osorio abriéndose en abril de 1670. Bajo la dirección de este monasterio fueron fundados otros dos más en Calatayud y en Galicia. El 5 de julio de 1594 el Papa Paulo III otorgó una bula a los corellanos, por la que se les concedía el patronato de la ermita de Nuestra Señora de Villar. Previamente la villa había elevado al Sumo Pontífice una petición al respecto, considerando la mucha devoción que a dicha Virgen se tenía y que la ermita había recibido diversas donaciones que sumaban diez ducados de oro de renta. Según cuenta Idoate [Rincones..., t. III, páginas 536-539], hacia el año 1604 se estableció en la ermita de Santa Ana de Corella un ermitaño italiano llamado Antonio Escalione, siendo alabada por varios testigos la ejemplaridad de su vida. Cogió para vivir con él a un muchacho al que enseñó a leer y rezar. Fundó una cofradía en la que ingresaron muchos vecinos, obteniendo una gran popularidad. Pero en el año 1606 el ermitaño fue duramente atacado por el alcalde, quien instigado por el escribano Bonel y el clérigo Vicente había publicado un bando contra los extranjeros. Poco después, tras una acre discusión con Bonel y con Vicente, el ermitaño cayó gravemente enfermo, siendo internado en el hospital y muriendo al poco tiempo. Por mayo de 1796, enterados los corellanos de que la reliquia de San Gregorio Ostiense del santuario de Sorlada se encontraba en Cintruénigo, acordaron gestionar su venida a Corella. Los capellanes portadores de la reliquia accedieron, marchando el 30 de mayo un regidor y el escribano de Corella a Tudela, para acompañarles. La reliquia permaneció en Corella durante dos días, siendo recibida con mucha devoción por el regimiento y la población.

Ainhoa AROZAMENA AYALA