Monarchy and Nobility

Carlos II de Navarra el Malo

Carlos II, amante de la cultura y del arte. El siglo XIV es la edad de oro del arte navarro; pintura, escultura, música y arquitectura siguen nuevos itinerarios en el terreno de la sofisticación y de la delicadeza.

"En el arte sigue predominando la influencia francesa. La arquitectura religiosa echa atrás la ascética capucha y se adorna con la elegante toca de las damas cortesanas. La piedra compite con el encaje de Malinas...",

dice Campión refiriéndose al reinado de dos Carlos, padre e hijo. Del reinado del primero datan la iglesia de Ujué, el claustro de Santa María de Los Arcos, la iglesia parroquial de Obanos, San Pedro de Puente la Reina, etc. Cupo también a Carlos II la gloria de tener a su servicio al mejor músico de su época, Guillaume de Machaut (1300-1377) -maestro eximio del ars nova-, desde que inició su reinado.

"El mismo hecho que Guillaume de Machaut, el músico por antonomasia del siglo XIV, se hubiera enamorado tan pronto de la figura simpática del joven monarca, indica que Carlos II era un enamorado ferviente y a natura un real mecenas del arte musical"

(H. Anglés).

Ese año (1349) escribe para él el Jugement dou rois de Navarre y en octubre de 1357 dedica Le confort d'ami a su joven amigo el rey, para consolarle en las mazmorras de Arleux. Otros músicos suyos fueron Guillem y Llorens, trompeteros, Guillot Bertrán y Guyón, ministriles bayoneses, Bonxaffos y su hijo Gento, juglares, Perrin de Badet, Juan de Romans, ministriles, Pierre du Bar y su hijo, juglares de arpa, etcétera. Sin embargo, Higinio Anglés no cree que tuviera una capilla musical para ejecutar música polifónica como solían tener otros monarcas. Los músicos de la Corte de Foix, los de Aragón y los de Castilla solían visitar con frecuencia la Corte navarra, donde era afamado el recibimiento que se les hacía. A su vez, el traslado del rey ocasionaba el de sus ministriles y juglares, como documentadamente demuestra Anglés. Fue la música francesa, campeona en la refinada Europa prerrenacentista, la que se oía en los salones de Carlos II; en ellos campeaba el arpa, muy usada en Pamplona y otras ciudades de residencia real. Conforme con este sentido estético, también se preocupó Carlos por los nuevos libros. Así fue cómo hizo llegar a Navarra el conocido De Regimine Principium y la Gramática, de Donato, y recompensó a Juan de la Esclusa (1383) por haber escrito el libro Confort D'ami. En guerra con Castilla (1378) le impidió llevar a consecución uno de sus proyectos más caros: fundar una Universidad en Ujué.