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Buen Lozano, Sadí de

Médico parasitólogo nacido en San Sebastián en 1893, hijo del naturalista Odón de Buen. Fusilado por los franquistas en Córdoba, el 2 de septiembre de 1936.

Dedicado a la parasitología, hizo importantes aportaciones en el estudio de insectos vectores de microorganismos causantes de enfermedades.

En 1920 había fundado 32 instituciones antipalúdicas y era el Director del Instituto Antipalúdico de Navalmoral de la Mata. Entre otras obras escribió Triquina y solitaria y El paludismo en el campo. Obtuvo por sus trabajos el Premio Laveran.

Murió fusilado por los franquistas -era de UGT- en Córdoba al comienzo de la guerra civil española. Era por entonces, inspector general de Instituciones Sanitarias, dirigía la lucha antipalúdica, y había ido a Andalucía a estudios relacionados con esta última. Según el Dr. José Estelles Salarich:

"Sadi de Buen había realizado durante toda su vida investigaciones y había publicado trabajos internacionalmente muy apreciados. Sus investigaciones sobre lepra y paludismo son notabilísimos, pero, además, era el único español moderno que había descubierto totalmente una enfermedad (tifus recurrente español), su germen causal, su artrópodo vector, etc".

"Sadi de Buen es para la Sanidad algo equivalente a lo que García Lorca fue para la literatura, y no es justo que todavía no se haya dedicado el homenaje que merece el recuerdo de tan ilustre investigador, tan prematura e injustamente sacrificado. Tan sólo en un par de libros de Moreno Gómez sobre la guerra y represión en la provincia de Córdoba es narrada tal muerte y son citados sus autores."

Su familia, entre cuyos miembros se hallaba su hijo, el Dr. Sadí de Buen López de Heredia, se refugió en Barcelona primero y en México después.

Según su hijo:

"era un hombre de extraordinaria bondad, siempre justo en sus decisiones y respetuoso de las opiniones ajenas. Por eso era antimilitarista y anticlerical. Nunca nos llevó a presenciar un desfile militar ni a una procesión religiosa. Era librepensador, pero exigía a sus compañeros, a veces irrespetuosos con la Iglesia, el mayor respeto a sus creencias religiosas y al templo, por lo cual era contrario a las corridas de toros y a la barbarie del boxeo".