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Bizkaia

La danza, vivida en ambiente tradicional, generalmente dentro de una sociedad rural, tiene una finalidad social y colectiva manifiesta. Afecta a momentos importantes de la vida. Se baila en grupo normalmente, participando en rituales de carnaval, fiestas patronales, festividades y actos religiosos, romerías, bodas, etc. La encontramos en las exhibiciones y alardes que se realizan en los momentos solemnes en que todo el pueblo se manifiesta en días de fiestas patronales u otros de interés colectivo. También se da en fiestas de oficios o gremios. Tampoco falta en los momentos de juegos y diversiones y durante el periodo de carnaval la encontramos entre cantos y rituales importantes. Donde sí tienen las danzas su plena vigencia es en las fiestas o romerías, cuando son realizadas con participación de ambos sexos, cuando son propiamente sociales. En ellas se relacionan las personas entre sí y aparecen con una gran variedad de músicas y pasos, dada su diversidad. Participan, generalmente, jóvenes de ambos sexos, auque tampoco faltan, a veces, las personas mayores. Hasta las autoridades han tomado parte en aurreskus solemnes, completando un ritual social importante con el que simbolizaban su autoridad, en épocas pasadas. Después de este preámbulo pasaremos a presentar, de forma sencilla, las principales danzas de Bizkaia. Comenzaremos con el grupo que hemos denominado de exhibición o alarde. Lo forman grupos de jóvenes seleccionados, generalmente solteros y se baila en honor de las autoridades o de imágenes religiosas. Encontramos dos formas diferentes de armar el grupo. La primera necesita un número limitado de dantzaris, colocados en dos filas. Generalmente ocho miembros. La otra, un número ilimitado, y el grupo pernamece unido por medio de alguna herramienta como espadas, palos o aros. En Bizkaia destaca la Dantzari dantza del Duranguesado como ejemplo del primer grupo y la Ezpata dantza de Xemein para el segundo.

Conservada en el Duranguesado y actualmente muy extendida por todo el País Vasco. Aunque también se le denomina Ezpata dantza, en su lugar de origen lleva el nombre de Dantzari dantza, que es como se recoge en escritos de 1801. Fue en la mencionada fecha cuando se realizó la primera descripción de las danzas por Humboldt. Este indica que pertenecen a Durango y que se podrían llamar mejor danza de los escudos, puesto que recoge un baile realizado con estas armas. La bailaban los niños como una de las solemnidades de la fiesta del Corpus Christi. En datos de archivo de la villa de Durango encontramos durante el siglo XVI las primeras referencias de danzas de Corpus que creemos corresponderían a la Dantzari dantza. También en Iurreta y Berriz hay menciones históricas y en esta última se denominaba "el rey" al que ondeaba la bandera sobre los dantzaris agachados. Hoy en día siguen bailándola en sus fiestas patronales seis Anteiglesias de la Merindad: Abadiño, Berriz, Garay, Iurreta, Izurza y Mañaria. Los números de danza que han llegado hasta nosotros son nueve: Agintariena, Zortzinango, Ezpata joko txikia, Banango, Binango, Ezpata joko nagusia, Launango, Makil jokoa y Txontxongillo. Finalizando siempre las danzas con una soka dantza o aurresku. En Garay, junto a estas danzas, encontramos el ondeado de la bandera frente a la imagen de Santiago en medio de la procesión, así como, una danza de espadas denominada Gernikako Arbola, ya que se realiza al son de dicha melodía. El grupo está formado por ocho dantzaris en dos filas, usando espadas, palos y una bandera portada por uno de los dos zagueros. Antiguamente el abanderado era un noveno dantzari que solamente participaba en el ondeado. El instrumento al son del cual se recuerda haber bailado siempre es el txistu, componiendo el conjunto instrumental un txistulari y un atabalero. La familia Amezua, conocida como los "Patxiko", han sido los que han tocado durante varias generaciones hasta que fueron relevados por Alejandro Aldekoa, fallecido recientemente, el cual simultaneaba la ejecución de la música con el papel de maestro de danza, logrando la formación de un magnífico grupo en Berriz.

Esta danza entra dentro de la estructura de danza a la que también corresponde la Ezpata dantza de Gipuzkoa recogida por Juan Ignacio Iztueta. La característica principal de la variante de Xemein consiste en que el capitán es alzado sobre la parrilla que forman las espadas de los compañeros, en cuya posición realiza sus movimientos con las espadas pequeñas, al mismo tiempo que lo hacen los dos dantzaris que usan este tipo de espadas. El grupo está formado por un capitán o "maisu zaharra" que toma las puntas de las espadas largas portadas por los dos primeros del grupo, constituido éste con un número par de dantzaris, colocados en dos filas y enlazados entre sí con las espadas que portan sus manos. Junto a ellos existen otros dos dantzaris con espadas más cortas y adornadas con pañuelos. Se baila el día de San Miguel, 29 de septiembre, junto a la ermita de Arretxinaga y frente al antiguo ayuntamiento de la Anteiglesia de Xemein, hoy en día formando un único ayuntamiento con Markina. Aquí también ha sido el txistu el que ha acompañado a los danzantes. Lo más corriente, según los datos históricos, ha sido una pareja de músicos, el txistulari y el atabalero, aunque a principios del s. XX, muchas veces, figuran dos txistularis. Uno de los nombres que encontramos como tamborilero en el siglo XVIII es el de Martín de Arenaza. Durante el siglo XIX y principios del XX hemos de destacar a dos familias de txistularis que acompañan con sus instrumentos a nuestra danza. Estos son los Aretxabaleta, que al igual que los Iriarte más tarde, tocan el txistu abarcando muchas fiestas de San Miguel, más de un siglo. Otra familia de grandes txistularis que han vivido en Markina son los Ansola, formando una de las más prestigiosas bandas del País durante muchos años. Acompañaron al grupo "Artibai" que formó en Markina don Segundo de Olaeta el cual montó con ellos una versión de la danza de Xemein para el Congreso Eucarístico de 1944 que denominó "San Miguel de Arretxinaga" y posteriormente fue bailada por muchos grupos de danza. En Xemein se mantiene la coreografía primitiva.

Danza de estructura coreográfica general parecida a la de espadas de Xemein. Aquí el enlace entre los danzantes se realiza con aros adornados y no con espadas. Suelen salir alrededor de nueve dantzaris, aunque su número pudiera ser superior siempre que fueran impares, tal y como es en la danza de espadas. Van provistos de arcos de dos metros y medio a tres de largo, siendo siempre de espino. Se adornan con cintas de colores, sin guardar ningún orden. Se realiza el día de Nuestra Señora de las Nieves, 5 de agosto, en la Villa de Lanestosa, siendo una danza incorporada a la procesión en honor a la Virgen que se celebra dicho día. Van delante de la imagen bailando continuamente y sin soltar sus arcos. Por la tarde recorren las casas del pueblo recogiendo aguinaldos, bailando ente ellas y dando vivas a los moradores una vez recibido el donativo. Datos antiguos, del siglo XVII, indican a un tamborilero como músico en Lanestosa. Su nombre Francisco de la Brena. Este txistulari figura en la nómina que presenta Martín de los Heros para Balmaseda, indicando que era vecino del valle de Carranza y recibiendo en su vejez, ya ciego, una limosna de la villa. Durante la mayor parte del siglo XVIII figura como instrumento la gaita, siendo probable que fuera denominada gallega puesto que eran originarios de dicho reino los que la tocaban, aunque avecindados y casados en la zona. Posteriormente se vuelve al tamborilero, figurando durante el siglo XIX, en más de treinta años consecutivos, Manuel Ferrero. También se ha bailado al son de la dulzaina y últimamente se realiza al de un txistulari contratado, de fuera de la villa.

El primer domingo de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, en la villa de Elorrio, se celebra un alarde de armas de fuego por una compañía de la villa que denomina Errebonbilloak. La tradición dice que con ello se conmemora la batalla de Lepanto, teniendo su origen en un grupo de elorrianos que volvía de la batalla andando y que al llegar al puerto de Kanpanzar y ver la villa de Elorrio, en la cual se realizaba la procesión del Rosario, dispararon sus armas al aire. Lo cierto es que el Alarde se hace a la procesión del Rosario, por la tarde, y que esta fiesta está instituida en conmemoración de la mencionada batalla. Realmente es una participación en procesiones religiosas de las antiguas milicias armadas locales. Los Errebonbilloak comienzan sus actos a las cinco de la madrugada en que ejecutan sus descargas en diversos lugares de la villa, donde existían las antiguas entradas a ella, despertando con esta diana el vecindario. Finalizado a la tarde el rosario de la iglesia comienza la procesión. A la salida espera a la misma la compañía armada, la cual lanza sus salvas al paso de la imagen de la Virgen. Desplazándose los Errebonbilloak por las calles, tomando la delantera a la procesión, vuelven a repetir sus salvas frente a la Virgen en diversos lugares de la villa. La fiesta termina bailándose un solemne aurresku, iniciado y dirigido por los componentes de la comparsa armada. En ella sacan a la danza a las mujeres más importantes de la plaza. El desfile se realiza al son de una banda de txistularis, tocando una melodía peculiar que nos recuerda el sonido de los antiguos pífanos usados en estos alardes militares. Txistulari muy conocido, oriundo de Elorrio, ha sido Demetrio de Garaizabal, que durante muchos años ha tocado con gran sabiduría el txistu. No sabemos si fue descendiente de un Prudencio de Garaizabal que en 1622 cobró en Elorrio por haber participado en las fiestas del Corpus Christi "por su trabajo de tocar el tamborin".

Una danza que tradicionalmente se realizaba en el lugar donde se había celebrado la cena de vecindad presidida por el alcalde en las fiestas patronales. Se bailaba en pueblos de la zona de Lea-Artibai. Actualmente se realiza al mediodía del día 1 de agosto, San Pedro advíncula, en Mendexa, y a la noche del día de San Miguel, en Xemein. En los dos pueblos ha perdido la tradición de celebrarse en la mesa de la cena y estar presidida por el alcalde. Actualmente, los jóvenes han incorporado al programa de sus fiestas la tradición de bailar sobre la mesa, realizando la danza en la plaza sobre una mesa que colocan para ello. El Alcalde, hoy en día el que le representa preside la mesa en uno de sus extremos, sube a ella un danzante que se acerca a él. Este le ofrece un vaso de vino que bebe y comienza a bailar. La danza consta de dos partes, en la primera baila solo un dantzari y para la segunda sube un segundo bailarín realizando la danza entre ambos, uno frente a otro. Seguidamente desciende de la mesa el primero y continúa el otro saludando al Alcalde, recibiendo el vaso de vino y bailando la primera parte, hasta que sube un tercero para bailar entre ambos la segunda parte, y así hasta que toman parte todos los dantzaris. En esta danza es también el txistulari el músico que ejecuta la melodía. En Xemein, previo a la danza sobre la mesa, se saca un aurresku por los componentes del grupo que representa la tradición.

Como fruto de los esfuerzos que iniciara Antoine D'Abadie en Urruña, en 1886 se celebraron en Durango unas fiestas euskaras. Para estas fiestas, los organizadores montaron una danza-estampa sobre la labor y trabajo del lino que se denominó "Gorulariak", hilanderas. Junto a esta estampa, que recogía versos tomados de un libro de Juan Antonio Moguel con música del maestro Zubiaurre, se presentaron dos danzas con más tradición en la villa: una de aros adornados y otra un juego de cintas. Todas ellas con un grupo mixto de niños y niñas. De estas dos danzas encontramos referencias escritas durante el siglo XIX; así, en los papeles que dan cuenta de la visita del rey Fernando VII a Durango en 1828, se hace referencia a unos jóvenes escogidos que bailaron, trayendo en la punta de un palo largo un muñeco, denominado "Dominguillo", al cual le hacían bailar, al tiempo que realizaban la danza de las cintas. También se nos dice que unas jóvenes teniendo en sus manos unos arcos bailaban contradanzas. Los dantzaris de Iurreta, el primer domingo de octubre, como final de sus fiestas de San Miguel, han incorporado estas danzas a su repertorio. Se bailan al son del txistu, que desde el siglo XVI al menos, figura sonando en las fiestas de Durango. Un destacado txistulari de la villa debió de ser Manuel Merladet, requerido para tocar en muchos pueblos y también en 1828 por el Ayuntamiento de Gasteiz, para "que pueda hacer arte en las diversiones, con la música del país, durante la estancia en Vitoria de los Soberanos".

Esta danza especial se realiza actualmente en Lekeitio el día de San Pedro, 29 de Junio, dentro de las fiestas de la Cofradía de Mareantes. Se baila sobre un arca sujetada en hombros de pescadores. El dantzari viste camisa, pantalón blanco, frac y chistera. Baila sin alpargatas, con un pañuelo rojo al cuello y en recuerdo del personaje histórico que representaba, una bandera roja con el escudo de San Pedro. Por la documentación existente sabemos que a principios del siglo XVII, y desde tiempo inmemorial, sobre el arca iba un cofrade representando a San Pedro y a los costados, a pie, San Juan y San Andrés. La fiesta-procesión, con gran pompa y solemnidad, acompañando al arca y sus figurantes como si fuera el Santísimo, servía para trasladarla de casa del mayordomo saliente a casa del mayordomo entrante, una vez nombrado el nuevo el día 30 de junio. En el arca iban los documentos importantes de la Cofradía. La nueva forma de representar la kaxarranka la encontramos ya en 1822, en que en documentos sobre ella se indica que sobre el arca "va un hombre o mozo bailando con una bandera en la mano". Posteriormente pasó a realizarse el mismo día de San Pedro y actualmente a la danza del arca sigue un hermoso y tradicional aurresku sacado por mujeres, denominado "Eguzki jaia". Sigue siendo el txistu el instrumento musical que acompaña a la danza. Tamborileros aparecen en Lekeitio desde los primeros datos conocidos, siendo muy mencionado el pago que figura en las cuentas municipales del año 1579, en que por motivos de la peste que asolaba a la villa se dieron a Domingo de Licona, por lo que "sirvió con dicho oficio de tamborín todo el tiempo de la dicha enfermedad porque no la sintiesen tanto". Esto nos lleva a destacar las múltiples labores que ha realizado este tipo de músico. Ha participado en procesiones tocando la trompeta o el pífano. en alardes de armas tocando el pífano, muchas veces, y en todo tipo de fiestas alegrando a la comunidad o dando el parabien a los forasteros. Como txistularis de Lekeitio destacaríamos a la dinastía Ansola. El año 1831, desde el 23 de agosto, figura cobrando por el servicio de tamborilero Román de Ansola y posteriormente descendientes suyos han tocado hasta la guerra del año 1936, cubriendo más de cien años como músicos de la villa. Hijos de Victor, último con plaza en Lekeitio, han seguido tocando el txistu y Patxi Ansola, trabajando en el entorno de la Asociación que mantienen actualmente los Txistularis.

Son dos danzas realizadas por un grupo de muchachos con palos en las manos, golpeando, en un determinado momento, un pellejo de vino colocado en el centro del mismo. La primera, se baila en fiestas de la Virgen de agosto en Ondarroa, el día 18. Debe su denominación a la primera palabra de su música cantada, "Saliñetatik etorriko da....", y se realiza con un solo palo con el que se golpea el pellejo. Con la danza se recorren diversas partes del pueblo. La segunda, es danza del domingo de Carnaval en Markina. El grupo de jóvenes y su pellejo van acompañados de gente disfrazada, entre los que destaca uno vestido de oso juntamente con su acompañante, que lo lleva sujeto con una cadena. Bailan primeramente un paloteado con los dos palos pequeños que portan los dantzaris y a continuación golpean el pellejo de vino con los mismos. En ambas fiestas, también el txistulari acompaña con su instrumento a los dantzaris.

Las Marzas, canciones de cuestación del comienzo de marzo, se realizan en la zona de Carranza y Lanestosa, así como las Pascuas el domingo de Pascua de Resurrección. Las primeras se ejecutan vestidos con pieles y algún cencerro colgando y las segundas, en la que solamente toman parte las chicas jóvenes, acompañadas de un muchacho, vestidas de blanco con una franja cruzando el pecho y adornada la cabeza. No necesitan instrumentaristas para realizar sus cuestaciones puesto que éstas son cantadas, desplazándose por los diversos barrios con sus cantos y ruidos de cencerros.

También denominadas aurreskus en Bizkaia. Estas danzas comienzan a realizarlas un grupo de personas de uno de los sexos, generalmente hombres, colocados en una fila dirigidos por un delantero o Aurresku, primera mano, al que después de realizar ciertos bailes le presentan un persona del sexo contrario a la que obsequia con una danza, incorporándola posteriormente a la fila. Cambiada la mano y colocado de delantero el último o Atzesku, repite la misma operación. Finalmente se suman más personas completando las parejas con todos los componentes. Seguido se bailan zortzikos, fandangos, arin-arines y biribilketas. Es una danza con un gran sentido social que nos llega de muy antiguo. Ha sido bailada por autoridades en danzas con un gran ritual de autoridad y obsequio entre otros pueblos e individuos y por la gente sencilla en sus momentos de esparcimiento. Se ha dicho que el aurresku es la danza principal de los vascos. Se sigue practicando en muchos pueblos que han conservado otra danza, como en el Duranguesado al finalizar la Dantzari dantza, Markina, Elorrio y otras localidades. Destacaríamos los aurreskus de anteiglesia y de villa. En los primeros son importantes las "Erregelak", señalándose las del Duranguesado y zona de Busturia, con viejas melodías o "soinu-zaharrak". En Gernika se bailan en fiestas de la Virgen de agosto las dos modalidades. Estos años se ha recuperado su práctica en Begoña el día de la Virgen 15 de agosto. No se comprende un aurresku sin txistulari. Entre los instrumentistas bilbaiínos destacaríamos a Francisco María de Arzuaga, alias "Chango", natural de Tolosa y afincado en Bilbao, por haber ganado la plaza de txistulari. Figura cobrando por participar en las fiestas de la Virgen de Begoña de 1828 y no dejó de hacerlo hasta las de 1880, por lo que creemos que estará representado en el cuadro de G. P. de Villaamil "Un aurresku en Begoña", dibujado en 1844. Toda una vida dedicada a alegrar la vida de los bilbaínos. Al gran "Chango" pintado por los pinceles más ilustres de su época, le siguieron entre otros, su sobrino Rogaciano Arzuaga, Martín Elola, Manuel Landaluce y Bonifacio Fernández. Todos ellos extraordinarios músicos que cumplieron perfectamente su papel de amenizar los momentos festivos más importantes de Bilbao, villa con una tradición muy antigua en el uso del tamborilero para sus fiestas.

Lekeitioko Eguzki jaia. No solamente han dirigido aurreskus los hombres, también las mujeres han bailado y homenajeado a los hombres con sus danzas. Así nos lo recuerda el historiador Zamácola. Actualmente destacaríamos la realizada en Lekeitio después de la Kaxarranka el día de San Pedro. Se ha incorporado a las fiestas de este día, pero tradicionalmente ha sido danza del día de San Juan con el nombre de "Eguzki Jaia", con todo el sentido ritual que contenía al ser bailado después de la primera misa por las mujeres de Lekeitio, repitiéndose al finalizar la misa mayor al mediodía y el rosario por la tarde. Comienzan la danza las muchachas, magníficamente ataviadas, con su hermoso rojo clavel en el pecho sobre el rico mantón. Bailan ante los hombres sacados al efecto y finalizan con un hermosa biribilketa. También las mujeres del pueblo durangués de Garay, si el ambiente les es propicio, se atreven a sacar el aurresku el día de Santa Ana, 26 de Julio. Como en todos los aurreskus también aquí encontramos a nuestro txistulari, instrumentista que en Bizkaia no ha dejado nunca de tocar las danzas tradicionales. Datos del s. XIX nos hablan de aurreskus de mujeres en Iurreta y Deusto, destacando en este último como figura importante de los actos del domingo de repetición, fiestas propias de los habitantes de Deusto, por motivos de visita de las autoridades bilbainas el mismo día de San Pedro.

Bizkaia ha conservado algunas danzas y comparsas de carnaval, aunque no muy espectaculares. Últimamente vienen produciéndose algunas recuperaciones y manifestaciones más preparadas, puesto que es mayor su permisividad. En Mundaka y Lekeitio son de destacar las canciones de los Atorrak o de la Estudiantina. En Gernika tenemos el juego del gallo enterrado y la cucaña de rueda. En Markina, algo más espectacular, sale una comparsa con la danza del pellejo y un oso con su acompañante por la mañana, siendo a la tarde el juego del ganso a caballo, tradición muy antigua. Todos ellos se realizan el domingo de Carnaval. En Ermua, en cambio, el juego del gallo enterrado es acto obligado de la fiesta del jueves gordo o lardero dedicada a los niños. También de niños son las cuestaciones que este mismo día se realizan en Iurreta y Gordexola. Otras poblaciones, como el mismo Bilbao, intentan animar estas fiestas con desfiles y concurso de canciones en recuerdo de las primitivas Comparsas que tanto arraigo tuvieron.