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Berrojalbiz, Julita

Profesora, impulsora del movimiento de ikastolas en Bizkaia y una de las fundadoras de la Ikastola Lauro en Loiu. Nació en Ajangiz (Vizcaya) el 19 de febrero de 1923 y murió en Bilbao en 1998.

Creció en un ambiente euskaldun; con 5 años comenzó en la Escuela Pública y no sabía ninguna palabra en castellano. Con 10 años se trasladó a Bilbao para estudiar en un colegio de monjas, y después se fue a Vitoria para realizar el bachillerato superior, en las teresianas. Aunque quería estudiar medicina dejó de lado esa idea al no recibir apoyo de su entorno; entonces comenzó la carrera de química en Valladolid, pero también lo abandonó. Al final, al igual que muchas mujeres de aquella época, realizó los estudios de magisterio, terminándolos a los 26 años.

Al casarse se mudó a Bilbao en 1951. Se dio cuenta que aunque sabía leer en euskara, no sabía la gramática, y entonces acudió a Xabier Peña, persona que trabajaba la alfabetización en euskara en la capital vizcaína; estuvo con él durante los cursos de 1952-1953.

La primera ikastola de Bizkaia se abrió en la catequesis de la iglesia San Nicolás de Bilbao, el 9 de octubre de 1957, por iniciativa, entre otros, de Xabier Peña. La primera andereño fue María Ángeles Garai y se hizo cargo de 14 alumnos. Pero con el tiempo el alumnado fue creciendo y se necesitaron más docentes, y entre otros, empezó Julita. Duraron un año en aquel lugar, puesto que a causa de una demanda fueron expulsados; entonces se movieron a un local de los franciscanos de Iralabarri; al final comenzaron las clases el 9 de enero de 1959, con niños de entre 3 y 8 años.

Pero también les echaron de allí. No sabían a dónde ir ni qué hacer y a Julita se le ocurrió que tenían que empezar a ir de casa en casa. En el trabajo Bidegileak se recogen sus palabras:

"Yo tenía la carrera de magisterio y a mí me gusta la enseñanza, y además no quería mandar a mis hijas a un sitio que enseñaban castellano y un día dijimos lo siguiente, a saber si terminamos en la cárcel, pero tenemos que empezar de casa en casa. Y de ese modo aguantamos años."

En 1960 funcionaban en Bilbao cinco ikastolas-cocina; en casa de Julita estudiaban 12 alumnos, entre ellos sus dos hijas pequeñas. También se ocupaba de buscar otras andereños, y además acogía en su casa, como también lo hacía María Ángeles Garai, las clases de preparación de euskara que impartían Gotzon Garitaonaindia y Xabier Peña.

Pero en 1965 entró en vigor la Nueva Ley de la Enseñanza, y desde entonces, para poder realizar el bachillerato se tenía que haber estudiado en un centro oficial; de ese modo, se propusieron como meta legalizar la ikastola. Al final se abrió la ikastola Resurrección María de Azkue el 8 de junio de 1966 en la calle Elcano 6; en 1968 se vio la necesidad de un lugar mayor y se trasladaron a Gran Vía 33. Las cifras de alumnos ascendían y en el curso 1971-1972 la ikastola ya contaba con 530. Julita era directora pedagoga y se centraba en el aprendizaje y aplicación de nuevos métodos pedagógicos.

Julita acudió a Euskaltzaindia en busca de apoyo al inicio del proceso de la legalización de las ikastolas. Gregorio Arrién recoge las palabras de Berrojalbiz en el trabajo Las ikastolas de Bizkaia, 1957-1972: sus orígenes y organización:

"La reforma de la enseñanza primaria, producida y dada a conocer al público hacia finales de 1965, vino a introducir elementos nuevos en la educación. Hasta ese momento, la enseñanza se puede decir, que era una selva enmarañada e incontrolada. Seguramente, con la idea de efectuar un mayor control sobre los centros docentes, el Estado empezó a exigir el libro de escolaridad y el certificado de estudios primarios, conocido aquél también como la cartilla de escolaridad.

(...) Después de reflexionar largamente sobre todo esto y consultar también a varias personas, entre ellas a Xabier Peña, decidí acudir a la Academia Vasca, pues era la única institución que se dedicaba al euskera.

Fue esencial para nuestro futuro la ayuda y protección que nos brindó Euskaltzaindia: Alfonso Irigoyen, que hacía entonces las veces de secretario de la Academia, muy pronto se dio cuenta de la importancia del tema y no dudó en apoyar con todas sus fuerzas el proyecto de la legalización; desde entonces ambos trabajamos conjuntamente..."

Al conseguir la oficialidad, el número de alumnos creció y pensaron que tenían que buscar una solución poder hacer frente a la demanda. Unos pensaban que la ikastola tenía que estar vinculada a la religión y crearon la Ikastola Begoñazpi; otros, como Julita, estaban a favor de una ikastola laica, y después de hacer una cooperativa nació en Loiu la Ikastola Lauro, en 1972. Julita no impartía clases, pero gracias a su presencia hacía que se cumpliese la disciplina académica. Dejó el cargo de directora pedagógica de Lauro el curso 1975-1976.

Pero su cometido no acabó allí, ya que ayudó a muchas ikastolas que se estaban poniendo en marcha en Bizkaia; asesoró y buscó andereños para las ikastolas San Nikolas de Algorta, Astileku de Portugalete, Elizalde de Bermeo o Andra Mari de Zornotza, entre otros.

Euskaltzaindia le nombró miembro correspondiente en 1967 y miembro honoraria en 1998.