Poets

Basterra y Zabala, Ramón de

REMEROS

ASEN los largos palos de bogar con prestancia
noble, como lanzones, cuando entraron en Francia
o en el Milanesado los tercios de Castilla.
La dignidad humilde del oficio les brilla
en sus ojos azules de zafiros humanos.
Como cetros empuñan los remos en las manos,
igual que un almirante en las suyas nevadas,
sostendría el canuto de púas estrelladas
y el viejo embajador el haz de credenciales.
En orgulloso amor de oficio, son iguales.
Estos hombres de pena, que hacen orden con todo
su cuerpo y que se agitan en el mar y en el lodo,
tienen su afirmación triunfal de artesanía.
Como un rey que se yergue en los oros del día,
estos duros remeros del occidente vasco
se alzan, egregiamente, en tronos de peñasco.

(Del libro La sencillez de los seres).