Catalina de Cristo. Religiosa nacida en Madrigal de las Altas Torres en el año 1544. Discípula de Santa Teresa, viniendo de Soria, fundó en 1583 el Carmelo Teresiano de Pamplona (Carmelitas Descalzas) en una casa solariega de la calle Jarauta .
Murió en enero de 1594 en Barcelona, "en loor de santidad" y, años después, cuando exhumaron el cadáver, "apareció más hermoso que en vida", cuenta la semblanza. El cuerpo incorrupto fue trasladado a Pamplona el 15 de abril de 1604, por mediación de la hermana Leonor de Ayanz y Beaumont, Leonor de la Misericordia, que, junto con Catalina de Cristo y Beatriz de Beaumont, contribuyó a la fundación de la comunidad, cuerpo que venera la comunidad desde 1604.
En 1620 se inició el proceso de canonización pero las declaraciones se perdieron en la revolución de 1835. Lo veneró el rey Felipe III y los médicos y cirujanos certificaron ante notario su "estado preternatural". La obligatoria semblanza también anota cómo se calificó a Balmaseda de "vivo retrato" de la madre Teresa y recuerda que quienes la conocieron "se quedaron impresionados por su fuerza espiritual".
Desde 1901, el cuerpo se encuentra en la sala capitular del convento de la calle Salsipuedes de Pamplona.
El cardenal arzobispo de Barcelona retomó el proceso de información en 1988, que en 1989 fue remitido a la Santa Sede, en donde se prepara una relación de su "servicio heroico, de sus virtudes y de su vida de santidad". Desde 1989, pues, las hermanas de este convento esperan a que la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos la reconozca como venerable, beata o santa.
"Sólo se conocen gracias que no llegan a milagros, pero inmediatamente después de su muerte sí debió haber curaciones milagrosas", relata en 2003 María Socorro, hermana carmelita. "Ahora, si intermediara en algún milagro, sería declarada beata".
Catorce monjas forman a comienzos del siglo XXI la comunidad del convento, dedicada a la vida contemplativa. No es posible que el público pueda ver el cuerpo aunque sí se ha exhibido en fechas importantes para la comunidad carmelita, como en el cuarto centenario de la fundación de la misma, en 1983, y en el centenario del convento, en 2000.
Archivo AUÑAMENDI
Murió en enero de 1594 en Barcelona, "en loor de santidad" y, años después, cuando exhumaron el cadáver, "apareció más hermoso que en vida", cuenta la semblanza. El cuerpo incorrupto fue trasladado a Pamplona el 15 de abril de 1604, por mediación de la hermana Leonor de Ayanz y Beaumont, Leonor de la Misericordia, que, junto con Catalina de Cristo y Beatriz de Beaumont, contribuyó a la fundación de la comunidad, cuerpo que venera la comunidad desde 1604.
En 1620 se inició el proceso de canonización pero las declaraciones se perdieron en la revolución de 1835. Lo veneró el rey Felipe III y los médicos y cirujanos certificaron ante notario su "estado preternatural". La obligatoria semblanza también anota cómo se calificó a Balmaseda de "vivo retrato" de la madre Teresa y recuerda que quienes la conocieron "se quedaron impresionados por su fuerza espiritual".
Desde 1901, el cuerpo se encuentra en la sala capitular del convento de la calle Salsipuedes de Pamplona.
El cardenal arzobispo de Barcelona retomó el proceso de información en 1988, que en 1989 fue remitido a la Santa Sede, en donde se prepara una relación de su "servicio heroico, de sus virtudes y de su vida de santidad". Desde 1989, pues, las hermanas de este convento esperan a que la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos la reconozca como venerable, beata o santa.
"Sólo se conocen gracias que no llegan a milagros, pero inmediatamente después de su muerte sí debió haber curaciones milagrosas", relata en 2003 María Socorro, hermana carmelita. "Ahora, si intermediara en algún milagro, sería declarada beata".
Catorce monjas forman a comienzos del siglo XXI la comunidad del convento, dedicada a la vida contemplativa. No es posible que el público pueda ver el cuerpo aunque sí se ha exhibido en fechas importantes para la comunidad carmelita, como en el cuarto centenario de la fundación de la misma, en 1983, y en el centenario del convento, en 2000.
Archivo AUÑAMENDI