Composers

Escudero Garcí­a, Francisco

Compositor. Nació en San Sebastián, el 13 de agosto de 1912.

Cursó estudios en la Academia de Música y en el Conservatorio de la capital guipuzcoana; Beltrán Pagola fue uno de sus maestros. A los dieciseis años de edad mostró su precocidad musical al componer diversas obras para piano y para cuarteto de arco, varias de ellas editadas. En 1931 era discípulo de Conrado del Campo en el Conservatorio de Madrid y estudió distintos instrumentos, violín, flauta, oboe, trompa..., conocimientos prácticos y técnicos que le prepararon para llegar a ser destacado orquestador moderno. Mediante oposiciones, Escudero obtuvo, en 1932, becas de la Diputación Provincial de Guipúzcoa y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, para ampliar estudios de armonía, composición y dirección de orquesta en Francia y Alemania, los que llevó a cabo con Paul Dukas, Le Flem y Wolf.

En el haber de este músico donostiarra puede recordarse su aportación al cine en el film Diez fusiles esperan de José Luis Sáenz de Heredia, film de las guerras carlistas, rodado -al menos en parte- en Guipúzcoa. De 1934 a 1937 compuso: Sinfonía en Si bemol, en cuatro tiempos, Trío bucólico, para oboe, trompa y fagot, y Cuarteto en Sol, Premio Nacional de Música, primera audición en Madrid, por la Agrupación Nacional de Música de Cámara, el 17 de enero de 1945 e interpretado, entre otras ocasiones, en el concierto integrado en el I Festival de Música de América y España, celebrado el 26 de octubre de 1964, por el Cuarteto Clásico de Radio Nacional de España (está grabado en discos).

En 1944, sobre una "fantasía literaria", de Luis de Castresana, compuso Escudero el ballet Sueño de un bailarín que, en forma de Suite orquestal, dio a conocer Enrique Jordá con la Orquesta Sinfónica madrileña; el nombrado director, el 20 de febrero de 1944, estrenó con la misma Agrupación, Nocturno y Vals noble (Scherzo) originales del futuro autor de Zigor. El compositor donostiarra, en 1945 fue nombrado maestro de música de la Santa Casa de Misericordia de Bilbao, y director de la Sociedad Coral bilbaína. Datan de este año una Misa en Re, el Himno a San Mamés y Chimberianas, serie de estampas líricas sobre motivos populares bilbaínos, que el autor en 1948, dirigió con la Orquesta Municipal de la capital de Vizcaya. Sigue a esta obra Pinceladas vascas. En un concurso instituido en homenaje a la memoria de Manuel de Falla, Escudero, en el año 1947, consiguió el primer premio, con su Concierto Vasco, para piano y orquesta en tres tiempos; en él, su creador ha plasmado un arte típicamente vasco por su armonía, ritmo y color orquestal, sin tomar ninguna melodía folklórica pero creando temas que recogen en sí las características del alma musical vasca.

Instalado Escudero en San Sebastián, en el año nombrado logró la cátedra de armonía y composición del Conservatorio Municipal de Música, y en 1961 ascendió al cargo de director, que en la actualidad sigue desempeñando con eficacia y anhelos renovadores de la enseñanza musical. Fue director de la Banda Municipal "Ciudad de San Sebastián", de la Orquesta de Cámara de Guipúzcoa y director adjunto de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio. El Oratorio Illeta y el poema sinfónico Aránzazu depararon a Escudero dos premios: la primera composición, el "Iparraguirre", en concurso convocado por la Diputación Provincial de Guipúzcoa con motivo del centenario del fallecimiento del famoso bardo, y la segunda, un nuevo Premio Nacional de Música. Illeta data de 1953; dos años después tuvo su primera audición en Bilbao con la Orquesta Municipal y la Sociedad Coral (a la sazón la dirigía Modesto Arana), bajo la batuta del maestro José Ives Limantour.



Esta producción, que es un canto fúnebre desgarrador, conforme exigen las sentidas estrofas del delicado poeta Xabier de Lizardi que narran el fallecimiento de su adorada abuelita en un día primaveral, a la llegada de las golondrinas, Escudero la ha dotado de una música que penetra hondamente en la "liturgia", en el modo de sentir la muerte del pueblo vasco, encomendado al barítono solista la poesía de Lizardi; un coro mixto comenta y llora, y la orquesta describe emocionalmente, no el dolor ante una muerte, sino ante "la muerte". Aránzazu se estrenó en el Palacio de la Música, de Barcelona, el 30 de octubre de 1959; se repitió el domingo 1 de noviembre y se interpretó en el teatro Victoria Eugenia, de San Sebastián, el 20 de diciembre del año nombrado, ejecuciones que obtuvieron el más completo éxito. Escudero, en esta obra de gran envergadura, describe la aparición de la Virgen de Aránzazu en las cumbres de Aloña, utilizando varios temas, la Benedicta, la marcha de San Ignacio, etc. Admirador de las glorias musicales del País Vasco, el maestro biografiado, empleando los escasos materiales existentes en la ópera de Arriaga Los esclavos felices, trazó una Suite que se escuchó en Bilbao, el 26 de enero de 1956, en concierto del "Ciclo Arriaga", conmemorativo del ciento cincuenta aniversario del nacimiento del genial bilbaíno. Corrió a cargo de Conchita Balparda, Carlos Munguía, la Sociedad Coral y la Orquesta Municipal, bajo la dirección de Limantour. Este trabajo es seguido del poema sinfónico Evocación de Iciar y de dos composiciones para exposiciones de luz y sonido, efectuada en el Museo de San Telmo de San Sebastián y en la basílica de Loyola. Escudero simultaneó la composición de varias de las importantes obras enumeradas con la creación de la ópera Zigor, obra en cuatro actos, libro de don Manuel de Lecuona y del propio compositor, cuya partitura, que inició en 1957, terminó en abril de 1963. La obra expone una serie de dramáticas escenas acaecidas en el siglo IX que desembocan en la final, la proclamación de Urko, ya Sancho Garcés, como rey de Navarra. En versión de concierto, merced al ejemplar mecenazgo del Patronato "Pro Arte" de Bilbao, se interpretó en primera audición en el Coliseo Albia de la capital de Vizcaya, el 4 de octubre de 1967 y, a continuación, en Madrid (en el Real), en Pamplona, Vitoria y San Sebastián, con gran éxito, destacándose por su belleza la Romanza de Urdaspal, la canción de cuna del acto primero, y el dúo de soprano y tenor del segundo. Como ópera se ha estrenado en el V Festival de la Opera del Teatro de la Zarzuela, de Madrid, el jueves 6 y el sábado 8 de junio de 1968, bajo la dirección del joven maestro Enrique García Asensio. Tuvo una acogida triunfal, merecida, dada la inmensa valía de la amplia partitura, de estilo moderno, con ritmos, giros melódicos y derivaciones armónicas procedentes del folklore vasco, pero sin melodías populares; son originales del autor; inician los motivos conductores de la obra en la que el coro tiene una personalidad acusadísima y la orquesta, matizada y coloreada en sabia amalgama; forma con las voces solistas una materia animada, siempre poemática. Los grandes alientos creadores de Escudero hacen que la música parezca escrita de un solo trazo, con seguridad y maestría perfectas.

Escudero ha abordado otra composición gigantesca consistente en una ópera sobre el drama inmortal de Lope de Vega Fuenteovejuna, en versión de los escritores vascos Juan Antonio Zunzunegui y Luis de Castresana. A mediados del año 1971 la Orquesta Nacional encargó al maestro Escudero una obra para darla a conocer en la temporada 1971-1972. Escudero, con su gran capacidad de trabajo, abordó la composición de un concierto para violoncello y orquesta que, por sus características, sería oportuno encomendar su interpretación al concertista guipuzcoano Pedro Corostola. A fines del verano de 1971 Escudero terminó el concierto, que se ejecutó en Madrid, en los conciertos de la nombrada Orquesta, de los días 21, 22 y 23 de abril de 1972, deparando un gran éxito al autor e intérpretes, Pedro Corostola y la Orquesta Nacional, que actuó dirigida por Lawrence Foster. En 1972 triunfa con su Sinfonía Sacra en la XI Semana de Cuenca. Interpretada por la orquesta de TVE, dirigida por García Asensio, en la iglesia de los PP. Paúles. Obra que culmina con las sobrecogedoras sonoridades de La Crucifixión. Falleció en Donostia-San Sebastián el 7 de Junio de 2002.

CIS
AS