Painters

Arias Yebra, Amable

Destacado pintor contemporáneo nacido el 29 de junio de 1927 en Bembibre del Bierzo (León), y avecindado desde su niñez en San Sebastián. Falleció en San Sebastián el 29 de febrero de 1984.

Su madre Pilar Yebra, de familia de labradores, a los 14 años dejó su casa y pasó a vivir para atender a su tío sacerdote en Molinaseca. El padre, José Arias, parecía tener el porvenir asegurado como hijo único de los dueños de El mesón de Rosalina. El fracaso de este matrimonio fue inmediato, José se había casado movido por el interés económico, mantenía una amante, y no entraba en sus planes tener hijos. Las expectativas de Pilar se derrumbaron, pero su formación religiosa, y la represión a la que se veía sometida la mujer entonces, la obligaban al acatamiento.

En 1932 abandonan el mesón familiar y pasan a vivir en la casa pobre. La mala gestión y la fiebre jugadora de José hacen que lo vendan para pagar deudas.

"El mesón, un mundo mágico, un mundo muy pobre, me parece como una fuente de la que quizá podría escribirse algún libro fantástico. Quizá el mesón tenga más peso en mi persona de lo que creo, también quizá en mi pintura".

Amable Arias

El 6 de diciembre de 1936 sufre un accidente que marcará el futuro de Amable. En la estación, lugar de juegos, un vagón en vía muerta impulsado por uno de los chavales, aplasta a Amable contra un muro. Se rompe la pelvis y uretra. El padre remiso, no ve necesidad de que sea atendido, finalmente su tío Dionisio, le traslada a León en su taxi. Viene después un largo y doloroso período, en plena Guerra Civil la mayoría de los médicos se encuentran en el frente. Amable sufre hasta 14 operaciones hasta los 14 años. No es hasta 1951, cuando la familia logra penicilina comprada de estraperlo que Amable empieza a mejorar. A la larga sufrirá una lesión en el aparato urinario con enfermedad irreversible de riñón, y como consecuencia de la fractura y de la inmovilidad de esos años una cojera que le obligó a utilizar muletas toda su vida.

En 1942 la familia se traslada a San Sebastián. El padre ingresa en Falange y obtiene el puesto de calculador en el Servicio Nacional del Trigo. La relación con su padre es muy conflictiva, el rencor del padre hacia su hijo le hace no incluirle en la cartilla del Seguro de Enfermedad. Nunca Amable, hasta su fallecimiento, pudo ser atendido en la Seguridad Social. En 1948 los padres de Amable se separan. Sobre el maltrato del padre Amable dice:

"...no así mi padre. Tal vez me detenga a estudiarlo más, o tal vez nunca porque no merece ni ese triste trabajo... Me basta saber su calidad recordando mi infancia o reconstituyéndola por lo que me han contado: gran cariño a mi abuelo, deseo de alejamiento de mi padre. El reactivo y la fijación son inevitables tratándose de un niño".

En 1949 recibe unas esporádicas clases de acuarela de Ascensio Martiarena. A partir de 1950 su madre entra a trabajar sin sueldo, en el guardarropa del Teatro Principal, a partir de 1952 él mismo ayudará a su madre en ese mismo guardarropa y ese mismo año irá solo a Bembibre por primera vez.

"Andaba por el Café Mero como por casa, entraba en la cocina, dibujaba a todas horas, por todos los rincones. Allí pasé ratos muy agradables. En fin, el café Mero es uno de los lugares en que me forjé".

Amable Arias

Consciente de su nula formación empieza a leer en la Biblioteca Municipal por las mañanas, y aprovechando el lapso entre el inicio y el final de las representaciones en el teatro, por las tardes. Totalmente autodidacta leía autores que había oído nombrar o que simplemente le atraían, se adentra en la filosofía, el marxismo, el arte y ciencia, lecturas que le acompañarán el resto de su vida, publicando además en 1980 un libro de poemas: La mano muerta.

En 1956 recibe un encargo de una guía de Rutas Vasco Navarras y pinta sus primeros óleos. Son paisajes del Bierzo y en ellos ya aparece la personal técnica de Amable Arias:

"Había oído tanto sobre las técnicas de los clásicos que abrumado sentía una gran angustia. Como esto era casi insalvable, pensé que si pintaba hoy, no tenía por qué coger nada de otros, ni técnicas de otra época. Y firme luché con la mayor voluntad por tener una técnica nada más que mía".

Amable Arias

En 1958 realiza su primera exposición donde presenta tres cuadros de grandes dimensiones, tres Cristos que había realizado dos años antes:

"Aunque surgen al margen de cualquier sentimiento religioso, la desolación de Amable encuentra en el tema un cauce perfecto para proyectar su propio drama existencial".

Carmen Alonso-Pimentel

En 1960, junto a Rafael Ruiz Balerdi organiza la Exposición de los 10 en el estudio de Amable, que podría ser considerada precursora del Grupo Gaur y que rompía con la "línea oficial" predominante en la San Sebastián de la época.

Su obra comienza a adentrarse en la abstracción, aunque jamás abandonará del todo la figuración debido sobre todo a la importancia del retrato en su imaginario:

"Figuración y abstracción. Metidos ahí no veremos más allá... Se trata de crear presencias artísticas cuya validez es de mil posibilidades y formas. No hay un arte único, hay tantos como períodos, y hombres y situaciones".

Amable Arias

La década de los 60 tiene dos hitos importantes en la biografía de Amable Arias: en 1963 se expone en las Salas del Ayuntamiento de San Sebastián Espacios vacíos, una exposición rompedora, abocada a la incomprensión e incluso el insulto público que muestra, entre otras obras, unos marcos vacíos. Por otra parte en 1966 funda junto a Sistiaga, Chillida, Zumeta, Oteiza, Ruiz Balerdi, Mendiburu y Basterretxea el Grupo Gaur de Gipuzkoa.

Expone en en la galería Neblí de Madrid en 1964, en la galería Maeght de París en 1965, en la Galería Barandiarán de San Sebastián en 1967...

En 1970 conoce a la que será su compañera el resto de su vida, Maru Rizo. Sufre para entonces la marginación de los estamentos "oficiales" y se retira a trabajar en su estudio donde investigará y experimentará sin tregua en su proceso de creación. Las palabras de Maru Rizo describen vivamente este período:

"Evitando caminos acomodaticios buscará los materiales y técnicas más impropios -o los más convenientes-: iremos a una vieja y pequeña librería de Trintxerpe para conseguir los plumines más delicados (Clamoxyl); con un boli sin tinta dejará sólo huellas de la impresión (Tampones); con un alfiler agujereará de manera más táctil que visual (Cuadernos Experimentales de Arte); dibujará en un gran libro -desechado por inútil en el Banco donde trabajé- de papel de arroz, de hojas semitransparentes, que al pasarlas superponen la huella del dibujo anterior y el futuro, en un juego de tiempos (Copiador 1000 Hojas); se servirá de la tijera para hacer la línea (Papeles Chinos); llenará sus incesantes lecturas de minúsculos personajitos (Tupamaros en Libros); jugará intelectualmente (Sobres Sorpresa); mezclará tintas con líquidos extravagantes para romper el color (Oxidaciones); me hará sufrir algunas cistitis de tanto desnudo (Pasteles, Desnudos); enfrentará personajes de tebeos de su infancia a uniformes militares en sus únicos dibujos de militancia ideológica (Homenaje a Puigmiquel); llegará a perder el sentido al bañar en ácido alguna plancha de cobre (Cobres); siluetará con fuego (Papeles Quemados); con mis sombras de ojos y rouge de labios coloreará papeles de hilo (Maquillajes y Carnavales); mojará lápices, a veces en manchas de café o vino, para hacerlos acuarela (Prismalos); recreará líneas de dibujos anteriores en la maqueta de un libro en blanco del que sólo guardará su título inicial (Historia de Euskalerria); buscará composiciones nuevas para sus personajes nacidos mucho antes -suelen tener muchas vidas- y los hará ir de la mano con otros neófitos (La Jirafa Cuadrada); romperá, salpicará, gritará, rasgará, recitará, evocará, doblará, empapará, escribirá, grabará, recordará, esconderá; y a mí, tantas veces posaré, que me hará decir: He tenido que aprender a echar la siesta en postura de musa".

Sus últimos años son de enfermedad y sufrimiento, y sin embargo también de gran actividad hasta su temprano fallecimiento en 1984.

El reconocimiento a su obra, tan escaso en vida, es cada vez más amplio como ocurre con tantos artistas. Exposiciones, publicaciones de sus escritos, estudios bibliográficos y el interés ciudadano, nos acercan a su persona. Su compañera Maru Rizo tutela su obra, y con la ayuda de Carmen Alonso-Pimentel, autora de la tesis doctoral "Amable Arias"; Gonzalo Sánchez (fallecido) desde la Galería Dieciséis, y Mar Palacio del Instituto de Estudios Bercianos, han ido tratando o tratan de facilitar a los interesados su acceso directo a través de actos públicos o de visitas personalizadas al actual estudio en Egia en San Sebastián.