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Ebro

Proviene de la palabra latina (H)Iberus. Este término aparece mencionado desde la Antigüedad por diferentes historiadores y geógrafos, tanto griegos como latinos.

Tito Livio: "cis Hiberum Hipania predomita erat", Plinio el Viejo: " Hiberus amnis, navigabili commercio dives" " Hibero" o Julio Cesar: " flumen Hiberum" ( Segura, 2001: 16,59,60,119), entre otros, lo denominan generalmente Hiberus (Hiberum). Por su parte el poeta latino Avieno en su conocida obra poética " Ora Marítima" lo menciona como Hibero.

El poeta calagurritano Prudencio (348-415) en su canto dedicado a los mártires Emeterio y Celedonio llama al río "nos vasco Iberus". Y por último, el también poeta natural de Burdeos Paulino (353-431), en su obra "Peristephanon", lo denomina hiberus.

Alberto González Rodríguez en su Diccionario etimológico de la toponimia mayor de Cantabria además de señalar que es nombrado por primera vez en el periplo de Scylax hacia el siglo V a. de J.C., nos dice lo siguiente: "Para que la forma romance Ebro sea posible, es preciso seguir la acentuación griega -hecho que según M. Pidal, sucede con términos verdaderamente populares- (...) Nuestros topónimos Valderrible y Fontibre suponen ambos el sustantivo Iberus con una terminación -e inflexionada del genitivo latino en -i (...) Ambos topónimos son palabras compuestas mediante idéntico procedimiento morfosintáctico: sustantivo modificado (fonte, ripa) + sustantivo modificador en genitivo (Iberi). * Fonte Iberi 'la fuente del Ebro' y Ripa Iberi 'la ribera del Ebro'.

Mikel Belasko en su Diccionario etímologico de los nombres de los montes y ríos de Navarra señala que el nombre aparece frecuentemente en la documentación árabe como Abroh e Ibro.

En cuanto a la documentación medieval, lo encontramos de diversas formas: (H)Ebro, (H)Iberum, Ibero, Iberis, Hiberim, (H)Iberi. Estas son algunas de sus primeras apariciones: en el año 917 aparece como Ebro en el cartulario de Cardeña (Líbano, 1996: 374) y con esta forma también aparece en el Cartulario de San Millán en el año 1045 (Ubieto, 1976:231). En el de Leire aparece como flumen Hyberum en 1047, Hebro en el 1072 y flumen Hiberim en 1085 (Duque, 1983). Iberis flumen, en el año 1012 en los Fueros de la villa de Nava de Albura, recogido por Llorente en el 3º volumen de sus "Noticias Históricas" (Líbano, 1996: 80). Y asimismo con la forma flumine Ybero lo encontramos en un texto de una donación al monasterio de Irache en 1067 (?) (Lacarra, 1965). A partir del siglo XII se generalizará la forma actual Ebro.

A pesar de haberse escrito mucho sobre su etimología, ésta no es clara y no hay unanimidad al respecto. Recogemos aquí la síntesis que hace sobre el origen del nombre Alberto González (González, 1999: 153-156) : "Dejando a un lado las interpretaciones fantásticas que lo quieren relacionar con el legendario rey hijo de Tubal, el dios Bel o vocablos fenicios Ibrin/ Eberim ('término, fin, extremo'), las hipótesis lanzadas sobre la etimología del radical Iber- son:

  • Del céltico Ber 'corriente de agua', 'barranco'. Éste radical se encuentra bien representado en el territorio considerado como céltico (M. Dolç).
  • Perteneciente al sustrato mediterráneo pre-indoeuropeo, el griego tomándolo como préstamo lo utilizó como gentilicio y como fitónimo para denominar al berro, planta que crece en lugares húmedos, significado relacionado con el primitivo 'tierras pantanosas' (Fletcher).
  • Del vasco Iber 'corriente de agua', forma paralela a ibar/ibai íd cuyos derivados ibaica, ibaia significan vega y río.
  • Del ibérico vaika 'vega', derivado de vai 'río', aunque sin excluir un claro parentesco con el vasco".

Por su parte, Antonio Tovar, en coincidencia con otros autores como Humboldt, C. Battisti y N. Holmer, a quienes cita, manifiesta que el nombre del Ebro proviene del hidrónimo Iberus flumen (Iberus - Ebro) que explica a partir del vasco ibar (ría, estuario), o ibai (río). Añadiendo que el apelativo ibar en boca de marineros y comerciantes jonio-griegos pudo convertirse en Iberus (>ibero, río).