Literary Figures

Etxeberri, Joanes (Sarakoa) (1668-1749)

Sarakoa. Sara, c. 1668 - Azkoitia, 1749.

Joanes Etxeberri, natural de Sara, es uno de los escritores clásicos de la literatura vasca y, además, el primer autor laico del siglo XVIII que, siguiendo la metodología científica de la época, quiso demostrar el valor y la utilidad del euskera.

Aunque no se sabe con certeza la fecha de su nacimiento, Gidor Bilbao (2006), basándose en una referencia de un documento del ayuntamiento de Azkoitia, señala que pudo haber sido alrededor de 1668. Menos dudas hay para pensar que nació en Sara (Lapurdi), pues en uno de sus escritos él mismo manifiesta que fue bautizado en la misma iglesia donde Axular fue párroco:

"Eta nola ni partida bezala bainaiz, zeren hark [Axularrek] bere denboran manajatu, eta bere gomendioan iduki zuen bathajo-harrian errezibitua baitut ene bathajoko ur Saindua (...)" [Y como yo soy parte interesada, porque recibí el agua santa del bautismo en la pila bautismal que, en su tiempo, [Axular] tuvo a su cargo y cuidado (...)] (Euscararen Hatsapenac, 61, §12) (traducción adaptada del euskera).

Tras cursar sus primeros estudios en un colegio de la Compañía de Jesús en Pau (Onaindia, 1972; Mitxelena, 1960), emprendió la carrera de medicina en la Tolosa occitana (Bilbao, 2006) y, al terminarla, empezó a trabajar en su pueblo natal. Más tarde, sin embargo, desempeñó su labor de médico en varios pueblos de Hego Euskal Herria: Bera, Hondarribi y Azkoitia, población esta última donde murió en 1749. Entre sus pacientes se encontraban los jesuitas de Loiola, lo que le dio la oportunidad de conocer a escritores tan amantes del euskera como Kardaberaz y Larramendi (Bilbao, 2006). Su profesión de médico no fue obstáculo para que su verdadera afición fuese la escritura.

Su obra es amplia y extensa, pero la mayoría de sus trabajos no se publicaron en aquel momento, y algunos de ellos se perdieron para siempre. De hecho, en vida del autor sólo vio la luz Lau-urdiri gomendiozco carta edo guthuna (1718) [Carta de recomendación (dirigida) a Lapurdi]. A través de esa carta conocemos sus intenciones, aunque no podemos saber qué obras había terminado ya para entonces.

Fue Julio Urquijo quien dio a conocer la obra de Joanes Etxeberri, pues encontró sus manuscritos en el convento de los franciscanos de Zarautz y los publicó en París bajo el título de Obras Vascongadas del doctor labortano Joannes D'Etcheverri (1907). De acuerdo con ese descubrimiento, se podría afirmar que este escritor tenía en mente un triple proyecto: por una parte, la obra Laburdiri Escuararen Hatsapenac [Fundamentos del euskera (dedicados) a Lapurdi] (a la que Xabier Kintana denomina Eskuararen ethorkia), una apología del euskera que actualmente se podría clasificar dentro del género del ensayo; por otra parte, la confección de una gramática, que apareció junto con la obra anterior, titulada Escuarazco hatsapenac latin ikhasteco [Fundamentos en euskera para el aprendizaje del latín]; y, finalmente, un Diccionario Cuádruple (euskera, castellano, francés y latín). De las primeras dos obras se han encontrado los facsímiles, mientras que acerca del diccionario no conocemos más que lo que Etxeberri menciona en su Gomendiozco carta [Carta de recomendación], es decir, que ya había empezado a escribirlo antes de publicar la carta: "Halakotz, bada, Eskualdunen pena eta neke hau ikhusirik hasi nintzen Eskuaraz, Latinez, Franzesez eta Espainolez hitztegi baten moldatzen" [Así pues, viendo este cansancio y esta pena de los vascos, empecé a elaborar un diccionario en euskera, latín, francés y español] (Lau-urdiri gomendiozko carta edo guthuna, 1718, 24. orr.) (traducción adaptada del euskera).

Lau-urdiri gomendiozco carta edo ghutuna [Carta de recomendación (dirigida) a Lapurdi] es una carta escrita por Joanes Etxeberri a la Junta de Lapurdi. En ella le informa sobre sus trabajos y pide por ellos una ayuda económica. La respuesta de la Junta es negativa, por lo que Etxeberri decide publicar en 1718 unas cuarenta páginas por su cuenta. De todos modos, tal y como lo demuestra el descubrimiento de Urquijo, J. D'Etcheverri había escrito otras obras, además de la citada carta, y así lo señala Urquijo en el prefacio del manuscrito que encontró:

"(...) pregunté a los RR. PP., que con exquisita amabilidad me habian (sic) recibido, si existía en su convento algún otro documento en lengua eúscara. A los pocos momentos tenía en mis manos el manuscrito que voy á editar (...)" (Urquijo, 1907, VIII).

Etxeberri había pedido a su hijo Agustín que entregase el documento a la Junta de Uztaritz (Ibiñagabeitia, 1951; Mitxelena, 1960; Bidador, 2000). El objetivo estaba claro: hacer creer a los allí presentes lo que su padre les decía en la carta. Pero fue un intento frustrado, ya que los afrancesados miembros de la Junta rechazaron su petición (Ibiñagabeitia, 1951, 8. orr.), pues en ese momento tenían otras preocupaciones, como la recaudación de la renta de las tierras (Rabelli, 2008). Gidor Bilbao (2006), sin embargo, no cree que esa carta la escribiera Etxeberri con el fin de enviarla a la Junta de Lapurdi, ni que su hijo hubiese hecho gestión ninguna con ella. Son tres las razones que aporta para justificar su opinión: que toda la documentación de 1718 archivada por esa Junta está escrita en francés (mientras que la que nos ha llegado a nosotros está en euskera); que el tiempo transcurrido entre la publicación de la carta (1718) y la respuesta de la Junta es considerable (la respuesta a la carta de Etxeberri aparece en los informes del año 1727); finalmente, Bilbao afirma que, como las alusiones a Axular presentes en los textos de Etxeberri son numerosas, esa carta le recuerda aquella otra que Axular dedicó a Bertrand de Etchaus en su obra Gero. Por tanto, habría que entenderla como una verdadera carta de recomendación, en el sentido que tiene la de Axular (2006, XLIII. orr.), es decir, lejos de solicitar ayuda a alguien que ya había fallecido, pretendería simplemente que la obra se publicase bajo la sombra protectora de un personaje de prestigio. En términos más bien retóricos, la carta de Joanes Etxeberri vendría a ser un recurso para remarcar el interés de sus trabajos.

La ya citada obra Labudiri Escuararen Hatsapenac [Fundamentos del euskera (dedicados) a Lapurdi] la creó con intención de demostrar la utilidad del euskera. Es, precisamente, el llamado "manuscrito de Zarautz", un trabajo escrito en euskera y en latín que contiene los siguientes apartados: por un lado, Laburdiri Escuararen Hatsapenac (a su vez dividido en dos secciones: "Escual Herrico gazteriari" y "Iracurtçailleari") y, por otro, Escuarazco hatsapenak latin ikhasteco [Carta de recomendación (dirigida) a Lapurdi].

Las intenciones de Etxeberri a la hora de escribir Laburdiri Escuararen Hatsapenac son obvias. Quería desmentir lo que ardorosos defensores del castellano y del francés habían dicho en contra del euskera:

"nik ere nahidut bilhatu egiteko huni dagokan egiazko orijinala, zeina baita Eskuara bera, (...) eta hunetarik beretik esperanza dut, atherako dudala beharden froga, eta argitasun ossoa" [yo también deseo examinar el verdadero original correspondiente a esta tarea, el cual es el Euskera mismo (...) y tengo la esperanza de que desde él conseguiré la necesaria demostración y la total aclaración] (Escuararen Hatsapenac, 5, §31) (traducción adaptada del euskera).

En ese sentido, Gidor Bilbao (2006) nos recuerda que en aquella época, para verificar una hipótesis en el plano científico, se exigía que respondiera a cuatro preguntas y ése fue, precisamente, el método que aplicó Etxeberri, aunque a nosotros sólo nos hayan llegado las dos últimas preguntas: "hirur garren galdea zenbat gisetarakoa dentz eskuara: eta eskualdun mintzaira diferenta nondik heldu dentz" [tercera pregunta: cuántos tipos de euskera hay y cuál es el origen del variado idioma vasco] (Escuararen Hatsapenac, 49) eta "laurgarren galdea: zertako dentz eskuara" [cuarta pregunta: para qué sirve el euskera] (ibid., 56).

En el apartado "Escual Herrico gazteriari" [A la juventud vasca] de ese libro, en vez de insistir en el valor del euskera, remarca la importancia que tiene el estudiar y anima a los jóvenes a hacerlo. Parece que su objetivo era doble: demostrar el valor de la lengua vasca y animar a los jóvenes a estudiar.

En la obra Gomendiozco carta edo ghutuna [Carta de recomendación] expone la razón que le mueve a escribir una gramática latina en euskera (Escuarazco hatsapenak latin ikhasteco): el ofrecer una oportunidad a los jóvenes para que no tuvieran que irse fuera a aprender idiomas.

También el objetivo del citado Diccionario Cuádruple era didáctico, ya que el autor quería facilitar a los vascoparlantes otra herramienta para aprender idiomas. Se trata de un diccionario que no hemos podido tener en nuestras manos, aunque, por las explicaciones de Etxeberri en su Gomendiozco carta, sabemos que lo estuvo escribiendo (aunque no explicita si lo terminó). Además, en el prólogo del Diccionario Trilingüe (1745) de Larramendi se menciona dicho diccionario, por lo que debemos concluir que se ha perdido:

"El doctor Don Juan de Echeberria, natural de Sara en Labort, oy medico de la Villa de Azcoitia, muy docto, y amante de su lengua, tiene años ha compuesto un diccionario quadrilingue de Bascuence, Castellano, Francés y Latin, que impresso puediera servir para entender los pocos libros, que ay en Bascuence (...)" (apud Salaberri, 2002, 118, pie de pág.).

Entre los escritores del siglo XVIII este autor ha sido el último en utilizar el labortano clásico, pero, por el carácter de sus trabajos, no se le puede considerar literato en su sentido más estricto. De todos modos, aunque no alcanza el nivel de Axular, es innegable que Joanes Etxeberri de Sara es un gran estilista, que combina en su escritura la precisión con la riqueza de matices, adornándola siempre con la excelente erudición de los clásicos.