Artista vizcaína nacida en Bilbao en 1975.
Cursa BBAA en la Universidad del País Vasco donde se licencia en la especialidad de pintura. Finalizados los estudios académicos, asiste a diferentes cursos y seminarios impartidos en el Museo Guggenheim de Bilbao y en el Centro Arteleku de Donostia-San Sebastián. En 1996 recibe una beca Erasmus que le permitirá una estancia en Inglaterra. La beca Talens para la ayuda a la investigación le será concedida en 1998 y un año después disfrutará de la beca Juan de Otaola y Pérez de Saracho ofertada por el Ayuntamiento de Basauri.
En el año 2000, obtiene la concesión de un espacio en el centro Bilbao Arte, donde tiene la posibilidad de realizar su trabajo durante algún tiempo. Su participación en exposiciones colectivas, comienza en 1995 cuando toma parte en De la obra que se exhibe en la Sala Araba de Vitoria y en École des Beaux Arts de Burdeos. En 1998 interviene en lugares como Sanz Enea en Zarautz o en la Sala ACEA's de Barcelona. Participa además en el IX Certamen de Pintura de la UNED en la Casa Velázquez de Madrid o en la muestra Cerrado por obras en la Sala de Exposiciones de Arteleku en 1999. Entre sus exposiciones individuales cabe destacar Sala de espera instalación realizada en Torre de Ariz de Basauri en el 2000.
Las obras de Arregi necesitan generalmente de la participación del espectador. Diferentes elementos de carácter pictórico, escultórico y fotográfico, componen el mobiliario de los lugares que habitan, utilizando la arquitectura y los elementos ofrecidos por el espacio e integrándolos como parte de la obra. Entremezcla disciplinas artísticas a la vez que conceptos opuestos, lo real y lo representado, lo natural y lo artificial, combinando artículos ofrecidos por el mercado con otros fabricados manualmente, generando diálogos continuos entre lo funcional y lo sensitivo. Crea espacios complejos con planteamientos geométricos donde los conceptos de limpieza y abigarramiento provocan sensaciones encontradas. En sus instalaciones, un uso personal del color creando fuertes contrastes y una gran cantidad de posibilidades compositivas por medio de elementos que pueden ser permutados, crean una puesta en escena que plantea al espectador un recorrido no organizado dando paso a su elección, lo cual genera una impresión de pérdida y desconcierto a la vez que promueve que el espectador utilice y complete la obra haciéndola rica y abierta.