Painters

Aróstegui Barbier, Juan

Acuarelista, odontólogo y escritor vizcaíno nacido en Gernika en 1899. Falleció en 1988.

Cursó medicina en Valladolid y se graduó de odontólogo en Madrid en 1924. En 1945 fue uno de los fundadores de la Sociedad Española de Ortodoncia, de la que luego fue vicepresidente.

En 1951 es director de las "Jornadas Dentales Internacionales de Santander". En 1953 fue nombrado presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la 7ª región. Desde su presidencia inició la publicación de Divulgación Cultural Odontológica y organizó las "Semanas de la Salud Dental". Por su intensa labor le concedieron la Encomienda con Placa de la Orden Civil de Sanidad.

Su actividad pictórica le había llevado en 1940 a la presidencia del Grupo del Suizo, de pintores amateur. En 1945 esta agrupación se convirtió en la Agrupación Artística Vizcaína; ocupó tres años la presidencia en la primera y quince en la segunda que, durante siete años, publicó el "Boletín Informativo de Arte", desaparecido al cesar en su presidencia. Había obtenido en 1946 la tercera medalla de la Exposición Provincial de Bellas Artes de Bilbao por su copiosa labor acuarelística.

Trabajador incansable, ha sido promotor de numerosas exposiciones y colaborador de varios periódicos. En los 60 y 70 escribe en la prensa bilbaína con los seudónimos de Juan de Izaro y Jotabé y fue vicepresidente del Centro de Iniciativas Turísticas de Bizkaia. Su conocimiento de la vida cultural le llevo a publicar La vida del pintor Barrueta (Editorial Vizcaina, Bilbao, 1976), y La pintura vizcaína de la postguerra. Del Grupo del Suizo a la Asociación Artística Vizcaína, prólogo de Julián Echevarría (La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1972).

"Siempre he tenido afición a la pintura y lo he hecho desde que tengo uso de razón. Yo he dibujado o pintado desde niño y ya mozo, hacía mis pinitos pictóricos, pudiendo decirse que acreció mi actividad, cuando con don José María Quintana y mi pariente don Nicolás Zubigaray, iniciamos los preliminares de la constitución del "Grupo del Suizo". Hasta entonces visitaba asiduamente las Exposiciones de pintura y cuando iba a Madrid, Barcelona y San Sebastián, oteaba los Museos y cuantas presentaciones de pintura hubiera en las salas comerciales, considerándome un verdadero aficionado, que ya había hecho una muestra en mi pueblo natal, con don Agustín de la Herrán -padre del escultor que también pintaba bellos bodegones- el escultor Eguía (que vive actualmente en Palma de Mallorca) y el malogrado "Chaparrito".

Fue el año 1940, cuando entré en contacto con Quintana, que diseñó y pintó las decoraciones para la función benéfica que se celebró por la clase aristocrática en el Teatro Social de Las Arenas, montándose una obra, titulada Romanza con palabras, con música de Mendelssohn y letra escrita por el binomio Conde de Superunda y Marqués de Bolarque, que tenía mucha gracia.

De este conocimiento con don José María, surgió la idea de la constitución de una agrupación de pintores amateur, que se llamó el "Grupo del Suizo", que luego se transformó en la Asociación Artística Vizcaína y del cual nació también la Agrupación de Acuarelistas Vascos, hasta cuyo momento yo pintaba al óleo, estimulado por los amigos Arturo Martínez Taubmann y Antonio Santafé Largacha, que desde la primera hora ingresaron en el citado "Grupo del Suizo".

"En tiempo de la primera guerra europea, aprovechando una caja de pinturas de mi padre, que encontré en casa, pintaba durante mis vacaciones, conservando desde entonces, un retrato de mi madre, el del Dr. José Ramón Sustacha, condiscípulo mío, cabezas de alemanes copiados de revistas, y paisajes, reproducciones del natural, regalados a los amigos.

Pero hete aquí, que en mis primeras vacaciones pasadas en Azpeitia, conocí en el hotel a don P. Alvarez Belluti, gran caballero, alto grado de la milicia nacional, que también era aficionado a la pintura y con el cual charlaba sin tasa sobre el arte del color. El me inició en la delicada especialidad acuarelística, prestándome papel, caja de colores y pinceles -puesto que tenía varias cajas para que practicaran sus hijos entonces muchachos- dándonos recipientes para el agua en el mismo hotel.

Entonces se inició mi entusiasmo por este procedimiento, acrecentado después al conocer personalmente al gran artista catalán Sabaté Jauma -que además de sus formidables acuarelas, ha dejado maravillosas muestras de forja de hierros artísticos- al oleísta Francisco de Asís Planas Doria, que anualmente hacía sus exposiciones en la Sala Delsa y al tan conocido en Bilbao, Ceferino Olive (salvo este último, todos fallecidos) y a los cuales incluso a don Manuel Risques, industrial y gran acuarelista presidente de la Agrupación Catalana hasta su fallecimiento, les tengo que agradecer las lecciones que me dieron sobre la pintura al agua. Como digo, todos fallecieron, menos mi pariente Zubigaray, que ha pintado hasta no hace muchos años.

El año 1940, en su último sábado, nos reunimos en el café Patxo, para iniciar la constitución del grupo. Pero decidimos por no ser apto, debido al exceso de público, trasladar nuestras reuniones a otro café, el del Suizo, que nos había de dar el nombre. Reuníamos en éste todos los sábados. La concurrencia iba en aumento, por la incorporación de muchos jóvenes amantes de la pintura.

A aquellas reuniones llevábamos lo que habíamos confeccionado durante la semana, para oír la opinión de los demás concurrentes y de ellas surgió las Exposiciones que poco después celebramos en la Sala Delsa, por galantería de don Isidoro Delclaux, amigo de Quintana, las cuales tuvieron lugar durante cuatro años consecutivos. En estas exposiciones aparecieron tres acuarelistas vizcainos, el ya mencionado Martínez Taubmann, Jesús de Uribe, miembro de la primera junta de la Asociación Artística Vizcaína y más tarde once años su presidente, y el que suscribe. Años después se incorporó al grupo don Manuel Urquijo (también fallecido) que ya tenía gran experiencia acuarelística.

Se fundó la Agrupación de Acuarelistas Vascos y con tal motivo, tuve contactos con los que estaban constituyendo la Agrupación Española de Acuarelistas en Madrid y no digamos con los catalanes, que más tarde me obsequiarían con un espléndido almuerzo, en una de mis visitas a la ciudad condal.

Muchos miembros de ella fueron buenos amigos y además del mencionado tenemos noticia de otro buen amigo fallecido, Felipe Trigo. El año 1952, nos reunimos en Madrid, la representación del acuarelismo español para constituir el Consejo Nacional de la Acuarela, acompañándome en el desplazamiento a la capital de España, en nombre de los Acuarelistas Vascos, A. Santafé Largacha.

Como recuerdo póstumo a los buenos amigos, he de recordarles a Popelreuter, don José Francés, último presidente del Consejo Nacional de la Acuarela y secretario perpetuo de la Academia de Bellas Artes, con varios más, que por miedo a omisiones, no las transcribo. A Francisco Bonnin, patriarca de los acuarelistas españoles y presidente de la agrupación canaria, con el cual me escribía frecuentemente, terminando esta parcela con los fallecidos de nuestra provincia a los que debemos recordar.

Don Joaquín de Zuazagoitia que como alcalde tanto favoreció nuestras incipientes organizaciones, don Pedro de Garmendia, que desde su puesto en la Junta de Cultura de Vizcaya, nos ayudó en lo que pudo. A don Matías Ángel Álvarez Jauría, eficaz secretario de la primera junta directiva de la Asociación Artística Vizcaína y luego presidente, a don José Ribera, activísimo secretario de las dos agrupaciones bilbaínas. También quiero recordar y agradecer a los que tomaron parte en el almuerzo con el que me obsequiaron en Barcelona, de los cuales recuerdo además de los mencionados Planas Doria, Sabaté y Risques, a Roig Enseñat, los cuales aparecen en una fotografía adjunta. José Prados López secretario perpetuo de la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid, Carlos Ribera, redactor artístico de la Voz de España de San Sebastián, Ostilio, de Zaragoza. etc. etc.".