Anthropologists

Armillas, Pedro

Antropólogo nacido el 9 de septiembre de 1914 en San Sebastián (Gipuzkoa), de familia de origen aragonés y riojano. Fallece en Chicago, Estados Unidos, el 11 de abril de 1984.

Estudió en Madrid en una escuela de hermanos maristas. Posteriormente ingresó al bachillerato en el Instituto Madrileño de San Isidro, pero como su familia se trasladó a Barcelona, concluyó en esta ciudad sus estudios de Bachiller en Ciencias.

Estudió también pintura, filosofía y letras, ya que le atraían el griego, el italiano y la cultura helénica. Se inscribió en Filosofía y Letras pero abandonó esta carrera para dedicarse durante un tiempo a la arquitectura.

En estos años (1935-1938) se hace catalanista y republicano y participó en este bando con todas sus consecuencias. Con motivo de la sublevación franquista, se incorporó a las milicias de los partidos obreros (P.O.U.M.) encargándose de la organización de la milicia universitaria de Barcelona. Fue destinado a la Escuela Superior de Guerra de Barcelona, de la que egresó pocos meses después, el 15 de noviembre de 1936, como primer lugar de su promoción y con el grado de alférez de campaña (Lorenzo, 1991: 16). Con ello adquirió instrucción militar y logró desarrollar su habilidad en la topografía, la logística y la fotointerpretación.

Fue enviado al frente de Huesca y herido seriamente en el muslo izquierdo durante un bombardeo de aviación. Al salir del hospital quedó como oficial de información en la Comandancia General de Artillería del Ejército del Este. En el verano de 1937 se casó con Ángeles Gil y en diciembre de 1938 abandonaron España con motivo de la batalla final de Cataluña.

Una vez en Francia es encerrado en el campo de concentración de Saint Cyprien mientras su mujer trabajaba en un hospital.

El 23 de mayo de 1939 logran su esposa y él dirigirse a México y el 19 de junio llegaron a Veracruz. En México consigue trabajo como ingeniero topógrafo en Chiapas - el gobierno chiapaneco le otorgó el título "por decreto"- y ahí entra en contacto con la realidad indígena mesoamericana.

A su regreso a la ciudad de México en 1941 se inscribe en la Escuela Nacional de Arqueología e Historia, de la que había oído hablar, y en la que además consigue trabajo como maestro de topografía. Al mismo tiempo que avanza en sus estudios es ayudante de Kirchhoff en sus trabajos sobre la distribución de rasgos culturales. Su situación económica era mala, pero logra su primer trabajo de campo por contrato que fue el levantamiento topográfico de la fortaleza mexicana de Oztuma, Guerrero. Este trabajo dio pie a su primera ponencia en la Sociedad Mexicana de Antropología.

Otros trabajos fueron el levantamiento de Cacaxtla y la excavación del juego de pelota en Xochicalco, ésta última bajo la dirección de Eduardo Noguera. En 1942 se convirtió en ayudante de cátedra de Alfonso Caso, luego rector, y además éste le ordena iniciar excavaciones en Teotihuacan en el ahora llamado Grupo Viking, patrocinadas por la fundación del mismo nombre. En ese mismo año Caso le encargó la localización en un plano de las más de 150 tumbas encontradas en Monte Albán.

Durante los dos siguientes años siguió trabajando en Teotihuacán, donde llegó a consolidar la estratigrafía cerámica y su periodificación, que sigue siendo la columna vertebral de la que hoy utilizamos. También comenzó la excavación de Tepantitla donde descubrió los murales de Tlalocan. Ya en 1942 había obtenido la nacionalidad mexicana, que conservó hasta su muerte a pesar de vivir luego muchos años en los Estados Unidos como consecuencia de su "segundo exilio".

En 1946 obtuvo una beca Guggenheim y se fue a Nueva York junto con su familia, a estudiar en la Universidad de Columbia. Por su formación académica y sus múltiples lecturas, accedió a la obra de Vere Gordon Childe, que junto con su experiencia de campo en Teotihuacán y Monte Albán, le sugería la semejanza del proceso de Revolución Urbana, tanto en el Cercano Oriente como en Mesoamérica.

Como nos menciona el maestro José Luis Lorenzo, se da una ruptura en las dos etapas de Pedro Armillas: una primera en la que tiene una visión localista de acuerdo con la Escuela Mexicana de Arqueología en la que se formó en México y una segunda de perspectiva evolucionista cultural mayor y universal donde trata de explicar el desarrollo.

En una entrevista que se le realizó en diciembre de 1983 nos habla un poco de esta estancia en Nueva York:

"Otro de los resultados fue que llegando a Nueva York, una de mis primeras visitas fue a la librería de la Universidad de Columbia porque en aquel tiempo las librerías de México no estaban muy ampliamente surtidas en materiales de fuera. Recuerdo que había conocido en persona a Ruth Benedict y quería su famoso clásico Patterns of Culture. Había sido uno de los textos que se manejaban en aquel tiempo, posiblemente yo lo había tenido en una lista de lecturas sugeridas, pero por una cosa u otra nunca lo había leído. Me fui para ver qué había en la librería y comprar el libro de Benedict. Pero mirando, vi uno de Gordon Childe: What Happened in History. El nombre me era familiar porque en un curso que había tomado en México con el doctor Bosch-Gimpera, catalán de la Universidad de Barcelona, de prehistoria de Europa, había mencionado a Childe y su interpretación sobre la expansión de la agricultura por el Danubio al norte de Europa. Como el nombre me era familiar lo compré, y me fui con mis libritos a la casa internacional donde estaba alojado en la Universidad de Columbia. Miré el libro de Ruth Benedict, era el mediodía, luego lo dejé y agarré el de Childe. Lo abrí, comencé a leer, seguí leyendo y no me levanté hasta que lo había terminado, a las siete de la tarde que era hora de cenar."

A su regreso a México se dedica a la docencia en la E.N.A.H. y comenzó a dar una serie de seminarios sobre la agricultura en Mesoamérica, la guerra y la urbanización. Entre los estudiantes estaban Angel Palerm, Esteva Fábregat, José Luis Lorenz (también exiliado), René Millon, Eric Wolf y William Sanders.

El maestro Carlos Navarrete recuerda el curso de Arqueología de México y Centroamérica II -del Clásico al momento de la Conquista- que iniciaba dedicándole un par de sesiones a las etapas anteriores, con atención al problema olmeca que era una de sus obsesiones. Nos dice el maestro Navarrete citando sus notas:

" Por suspuesto- nos decía en sus apuntes de clase, recordando la polémica-, resulta más fácil pensar en términos de cabeza de pera, boca de jaguar, enanos asexuados y rasgos estéticos, que discutir aplicando conceptos de dinámica social, como revolución urbana; más bonito explicar una lista de doce rasgos, surgidos por milagro en una sociedad de brujos -ironizando las ideas de Covarrubias- que saber por qué misterio se retiraron a vivir apartados en la isla de La Venta, mientras sus discípulos aplicados recorrían el mundo convirtiendo a los pobres aldeanos en la religión del Gran Tigre."

También a finales de los 40 Crawford lo invita a publicar en "Antiquity" sobre las fortificaciones mesoamericanas.

En 1951 participó en la Mesa Redonda de la S.M.A. en Jalapa sobre el tema Huaxtecos, totonacos y sus vecinos. A decir de Armillas, las mesas redondas, desde la primera no fueron redondas sino que tenían cabecera y allí estaba Caso. Y es que en la arqueología de los 50, con el incipiente surgimiento de las instituciones para la investigación, la influencia de los caudillos culturales como Caso eran determinantes. Lo que decía Caso se aceptaba, aunque fuera a regañadientes, por su posición. En esa mesa por defender el enfoque de estadios culturales y cifras de productividad según distintos sistemas agrícolas, presentado por William Sanders, se enfrentó a Caso públicamente, lo cual le valió verse marginado y tener que abandonar al tiempo su país de adopción.

De 1949-1954, independiente del I.N.A.H (Instituto Nacional de Antropología e Historia), fue maestro de Arqueología del naciente Mexico City College y de 1952-1954 trabajó en la New World Archaeological Foundation en Tabasco. La intención era encontrar las tablas de oro que apoyarían definitivamente el credo de la iglesia mormona, ya que se señalaba en el Libro del Mormón que en una región climática y topográficamente similar a la del área del Grijalva, se situaba la "ciudad perdida" en donde estarían dichas tablas de oro. En 1954, a dos años de iniciado el proyecto y por la falta de apoyo económico, se suspendió la investigación, ya que los dirigentes mormones consideraban que Armillas y compañía, no estaban muy convencidos de la misión que tenían encomendada (Lorenzo, 1991: 2425). En 1955 da clases de arqueología mesoamericana en la Universidad del Sureste en Mérida, Yucatán.

Harto de su maltrecha situación económica, se traslada a los U.S.A. En 1956 imparte cursos en el Bowdoin College en Brunswick Maine y de ahí la UNESCO le da una misión arqueológica en el Ecuador de 1956-1959, tras la cual regresa a los Estados Unidos.

De 1960 a 1966 estuvo en Carbondale y realizó trabajo de campo en México en La Quemada, Zacatecas, como parte del proyecto general que la Universidad del Sur de Illinois estaba realizando bajo la dirección de Charles J. Kelly. De 1965 a 1968 está en la Universidad de Chicago y aprovecha las vacaciones de verano para investigar sobre las chinampas del sur de la Cuenca de México. De 1968 a 1972 se traslada a la Universidad de Nueva York en Stony Brook y realiza dos temporadas de excavación, 1968 en Tláhuac y 1969 en la región chinampera al NE de Xochimilco.

En 1973 P. Armillas, junto con William Sanders y Kent Flannery, organizaron un taller avanzado de arqueología para investigadores y alumnos en coordinación con el I.N.A.H. De Stony Brook se cambió en 1972 a la Universidad de Illinois en Chicago Circle, en la que permaneció hasta su muerte.

Es necesario resaltar la importancia de Pedro Armillas en la formación de arqueólogos norteamericanos en su itinerario por las diversas universidades de los Estados Unidos y del Mexico City College (más tarde Universidad de las Américas) en México ya que difundió las perspectivas teóricas de las escuelas europeas poco conocidas en este continente, sobre todo en lo que se refiere a la relación de hombre y ambiente y de lo que después sería la arqueología del paisaje, como lo menciona Eric Wolf en Anthropology: "Pedro Armillas en Southern Illinois University con sus interpretaciones "paleosociológicas" de las secuencias arqueológicas de Mesoamérica influyó a una generación de arqueólogos americanos que trabajaban en México..." (p.70).